Cierre del Proyecto «Voces de mujeres. Historias que transforman»

El sábado pasado, se llevó a cabo en el Centro Cultural Autogestivo El 77 el cierre del proyecto Voces de Mujeres, historias que transforman. A lo largo de la tarde se presentaron los trabajos que desarrollaron las participantes, por lo que hubo videos, cápsulas de radio, foto ensayos, plataformas digitales y una instalación. Para quienes no pudieron asistir, les contamos que publicaremos semanalmente a partir del mes de noviembre cada una de estas historias.

Foto del CCA El 77

Voces de mujeres comenzó hace aproximadamente un año, cuando integrantes de las colectivas Luchadoras, La Sandía Digital, Social Tic y Subversiones nos reunimos para hacer un proyecto colaborativo. Éste, atendía la necesidad de que las mujeres estemos presentes en la construcción de la identidad de nuestras comunidades, de nuestros lugares, y no mediante imágenes estereotipadas que no nos representan, sino mediante el acto revolucionario de hablar nuestras verdades, miedos, sueños y alegrías. Nuestras historias existen, cambian al mundo todos los días.

El proyecto se llevó a cabo como un laboratorio de apropiación de herramientas narrativas, audiovisuales y digitales en el que mujeres de 12 estados del país hicieron visible (o escuchable), con su propia voz, el papel transformador de mujeres luchadoras en sus comunidades.

A lo largo de los últimos seis meses nos encontramos un fin de semana de cada mes para compartir, para tejer juntas poco a poco las historias de nuestras abuelas, de nuestras hermanas, de nuestras compañeras. En el camino se construyó comunidad, se labró una tierra compartida.

«Hoy habitamos nuestras historias desde la solidaridad y la lucha, rehacemos nuestras genealogías, combatimos los estereotipos y nos reconocemos en colectiva. Hoy compartimos las historias que nos nacieron juntas. Un relato alternativo de mujeres creadoras de cambio social. Mujeres que deciden sobre su propio cuerpo, mujeres sanadoras, curadoras, mujeres de maternidad alternativa, menstruantes, feministas jóvenes, activistas, trabajadoras sexuales, artesanas, feministas, mujeres rockeras.»

El aprendizaje que permitió este poyecto, superó por mucho nuestras expectativas. El trabajo colectivo venció uno a uno los obstáculos. Juntas escribimos otra historia, la nuestra, una de sororidad y construcción que nos dejó el corazón rebasado. No nos queda más que trabajar para que ocurra de nuevo.