Miradas del 8M: documentar nuestra historia

Luchamos porque queremos que las calles sean nuestras todos los días, no sólo el 8M o durante las movilizaciones feministas. Queremos transitar el espacio público sin miedo, así como también queremos sentirnos seguras y libres en nuestra casa, escuela, trabajo y donde sea que estemos. Luchamos por contar nuestra historia, desde nuestras miradas y narrativas, luchamos como mujeres que somos por nosotras, por ti, por las que vienen, por las que nos arrebataron, por todas.

Nuestra vida importa, nuestro trabajo también, por eso quisimos hacer esta entrega desde una de las trincheras de lucha de seis mujeres documentalistas mexicanas que no sólo acompañamos el movimiento feminista, sino también formamos parte de este a través de nuestras imágenes.

Natalia Magdaleno (@titaoficialol)

 

Nora Hinojo (@nora.hinojo)

 

Regina López (@la_reynalda)

Salir a marchar no es nuestra única forma de luchar, nosotras resistimos todos los días en nuestra cotidianidad, trabajamos por construir mundos que se contrapongan a este horror, y no lo hacemos solas, buscamos a otras y nos ponemos manos a la obra, construimos desde la rabia, pero también desde el amor. Somos mujeres que luchamos y no vamos a parar.

Reivindico la rabia, el hartazgo de ser ignoradas, violentadas, abusadas, asesinadas, y que la sociedad haga como si nada pasara. También comparto la idea de que los monumentos son símbolos del Estado (y sistema) opresor, que representan sólo una pequeña parte de la historia, donde la mayoría de las mujeres han sido omitidas, una historia patriarcal, colonialista, de esclavitud y masacres hacia los pueblos originarios. Esos monumentos no me representan, ni me pertenecen. La historia ahora está siendo narrada por nosotras y para nosotras.

¡Esos muros gritan verdades de colores!

Aquelarre feminista en el Zócalo de la ciudad de México.

 

Xilonen Pérez (@sinton__nison)

 

Renard Riot (@renardproyectodefoto)

Archiva de graffitis en la noche del 9 de marzo 2020

Las protestas sobre monumentos nos hablan de un pendiente, de un deber y de un evidente hartazgo. Son un recordatorio de las muertes que no debería de haber. Los medios no le daban importancia antes a estas noticias y ahora no tienen opción, las paredes hablan de verdad, hablan de una realidad, pero también hablan de deseos, de querer a tu amiga, compañera o hermana a salvo de vuelta en casa, se habla de esperanza, de que todo esto algún día pasará y no serán necesarios los mensajes anónimos en ninguna pared, ni en ningún pedazo de cemento para mencionar las ausencias.

En esta ciudad sobrevivimos cada día las mujeres, con el pensamiento cotidiano de saberte en territorio feminicida. Esas paredes rayadas solo representan un poco de la rabia atravesada. De impotencia hablan, de intentos fallidos por callarnos, de un acompañamiento anónimo, de alguien que deja un mensaje para hacerle saber a la otra que no esta sola, que creemos en su denuncia, en sus miedos, en su voz, dejar palabras en las paredes para hacerse escuchar. Mensajes para las mujeres, para que se sepan acompañadas, pero también, mensajes para lxs incautos que no se posicionan, o les parece ajena o lejana esta situación violenta del país.

 

Ana Larco (@analarco)

Ser parte la marcha del 8M en la CDMX fue una experiencia poderosa, nunca había asistido a una marcha tan concurrida. En el aire se sentía mucha fuerza y determinación. Asistir a la marcha junta con compas fotógrafas, me dio otra perspectiva, una en la que la valentía es la clave para captar momentos inesperados. Xilo, Nora, Regina y Marialy fueron mi ejemplo de que, cuando estás con tus compas, estás segura y protegida. Estoy muy feliz de ver que más mujeres como ellas, están documentando historias independientes, reales y empáticas con la lucha de todas.

 

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¡Nos sembraron miedo nos crecieron alas! El 8 de marzo del 2020, en la CDMX viví una de las marchas más alucinantes de mi vida. Las calles estaban abarrotadas de una marea morada, de lejos, el color de las pañoletas parecía el color de las jaracandas. Este 8 de marzo, millones de mujeres en Latinoamérica nos tomamos las calles con la consigna: ¡Queremos vivir, sin miedo, libres y seguras! Ser para vivir, porque aunque muchos no lo crean nos matan todos los días en nuestras casas, en los lugares donde estudiamos, en las calles porque ni el estado ni la policía nos cuidan. Por eso, la importancia de denunciar los abusos que sufren nuestros cuerpos por el simple hecho de reconocernos como mujeres. Por eso, la importancia de estar rodeada de más mujeres que nos apoyan, que junto con nosotras, alzan la voz por las hermanas que ya no están. Por eso, salir a la calle y quemarlo todo porque estamos hasta la madre de los atropellos que sufrimos a diario por un sistema que quiere vernos bajo la tierra. Hoy, me siento agradecida por poder alzar la voz, por mis bis abuelas – Conchita y Mariana, por mis abuelas – América y Emma – por mi mamá Sandra porque ellas son mi ejemplo de lucha. El domingo pasado fue un día para reivindicar la lucha, unirnos y reclamar lo que siempre nos quieren arrebatar. Hoy y siempre, celebro a todas las mujeres increíbles que me rodean porque junto con ellas estamos escribiendo una nueva historia, despejando el camino para que más niñas y mujeres no tengan que vivir esta violencia. ¡Qué vivan y vivamos las mujeres para cantar y aullar infinitamente! Mantengamos siempre el fuego encendido. ¡Feliz #8M, feliz lucha! La canción del vídeo es de Rosalba Cruz López y la interpretaron las maravillosas mujeres de Crisálida

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