Esta publicación forma parte del proceso de documentación realizado por la Caravana Climática, una gira de acción por América Latina que busca recolectar historias de pueblos que luchan en defensa de la tierra y por justicia climática. La Caravana se dirige hacia la vigésima Conferencia de las Partes de la ONU que realizará en Lima, Perú el próximo diciembre.
Video: Caravana Climática
El Plan Integral Morelos es un megaproyecto impulsado por la Comisión Federal de Electricidad y empresas extranjeras (principalmente las españolas Elecnor, Abengoa y Enagas) que pretende imponer la construcción de dos plantas termoeléctricas en Huexca, además de un gasoducto –de 160 km de Huexca a Tlaxco, Tlaxcala– y un acueducto –de 12 km desde Ayala hacia las plantas– para alimentarlas, afectando con ello la vida de habitantes de más de 60 comunidades dentro de Morelos, Puebla y Tlaxcala.
El 18 de marzo, en el marco del 76 aniversario de la expropiación petrolera, –el primero después de la aprobación de la reforma energética– integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, de Puebla, Morelos y Tlaxcala, se dieron cita en la ciudad de Cuernavaca para realizar una protesta pública. El objetivo fue entregar un documento a la cámara de diputados y al palacio de gobierno para dar cuenta sobre la inconformidad de los pueblos al respecto de la construcción del gasoducto en las faldas del volcán Popocatépetl, pues de llevarse a cabo la obra se expondría a un millón de habitantes en caso de erupción o temblor.
«Llegaron y nos engañaron desde el principio. Primero dijeron que serían casas, después una subestación eléctrica; nunca nos llegó información, nos la impusieron [la termoeléctrica]» cuenta Teresa, quien reprueba el intento por dividir a su pueblo mediante el engaño y la compra de consciencias. Desde que se enteraron del megaproyecto, los habitantes de la región se han organizado para resistir el embate empresarial. El 16 de mayo de 2012 los habitantes de Huexca detuvieron las obras. Durante seis meses se mantuvo el bloqueo hasta que en octubre fueron reprimidos violentamente. Desde entonces las amenazas y agresiones no han cesado.
«Se nos acusa de obstrucción de obra para reprimirnos, pero nunca fuimos informados, mucho menos consultados»
La termoeléctrica provocaría desabasto y contaminación del agua y el aire debido a la enorme emisión de hidrocarburos, impidiendo con ello la siembra en las comunidades afectadas, lo cual transformaría radicalmente su forma de subsistencia.
El gasoducto transportará 9 mil 61 millones de litros de gas metano al día. Aunque pobladores detuvieron su construcción en 2012, en meses recientes se reactivaron los trabajos; ante ello pobladores resisten pese a la respuesta represiva por parte de las autoridades ¡Zapata vive, la lucha sigue!
Sólo durante los primeros días de abril de este año fueron detenidos y consignados tres integrantes del FPDTA-MPT por delitos fabricados por las autoridades locales. El 13 de abril, mientras se realizaba una manifestación para exigir la libertad de l@s compañer@s en Amilcingo, Morelos, la policía estatal irrumpió violentamente, reprimió la marcha y detuvo a cinco personas más, evidenciando claramente la protección de intereses privados por sobre los de las comunidades.
La operación de las termoeléctricas emitirán óxidos de nitrógeno que afectarán los cultivos, ocasionarán efecto de invernadero y causarán lluvia ácida a 50 km a la redonda, provocando enfermedades respiratorias como bronquitis; además, al tratar el agua con gas cloro y ácido sulfúrico –como parte del proceso de la termoeléctrica– dejaría inutilizable el vital líquido. «¿Quién va abastecer a la ciudad de México? es poner en peligro la soberanía alimentaria de todos los pueblos, rurales y urbanos, doblegarlos ante el capital extranjero» comentan con digna rabia quienes portan pancartas.
La mayoría de l@s manifestantes son mujeres. «Luchamos por agua, tierra y libertad; han intentado desarticular al movimiento pues somos de distintos estados pero no se vale que nos replieguen por ello, todos somos mexicanos y esta lucha es de todos» reflexionan las presentes.
En Morelos, 23 kilómetros de este gasoducto se ubicarán en una zona de alto riesgo. La termoeléctrica que se pretende construir en 45 hectáreas aledañas al pueblo indígena de Huexca demandará el abastecimiento de agua de la planta tratadora de Cuautla, utilizando 20 millones de litros de agua al día para su funcionamiento. Esto en un territorio en el cual se ha padecido escasez de agua por más de dos décadas.
A pesar de las protestas se sigue avanzando en la construcción de la termoeléctrica. «Está a 100 metros del kinder y la secundaria, muy cerca del centro de la comunidad. Ahora vivimos en peligro permanente» lamenta Teresa, quien no se desanima ante la indiferencia y violencia por parte de las autoridades morelenses.
«No aprobamos que de nuevo los españoles vengan a despojarnos. Tampoco creemos que nos quieran dar trabajo porque sobrevivimos gracias al campo. Nunca pedimos la termoeléctrica, eso no es desarrollo» manifiestan participantes de la protestas, quienes evocan a Zapata como ícono de resistencia en Morelos.
Cuando leo y reflexiono Sub Versiones, siento que el largo camino de mi vida tiene sentido. Mi espíritu se rejuvenece y se ensancha.