La voz de Ostula en el DF: «Estamos más unidos que nunca»

El proceso de reorganización de la policía comunitaria en Santa María Ostula (municipio de Aquila, Michoacán) fue el tema de foros y reuniones los días 9, 10 y 11 de junio, en los que una comitiva llegó al Distrito Federal para compartir información sobre los sucesos ocurridos a partir de la toma de esta tenencia, el 8 de febrero del 2014, en contra de los grupos del crimen organizado.

En vista de la gran cantidad de información distorsionada y contradictoria que hay en los medios comerciales sobre las policías comunitarias y grupos de autodefensa en Michoacán, fue especialmente importante escuchar las experiencias y puntos de vista de algunos de los participantes clave en la lucha que se está llevando a cabo en esta comunidad indígena.

En los varios eventos ocurridos en el Distrito Federal, el vocero de la comunidad de Santa María Ostula, Agustín Vera, presentó un documento que destaca el derecho a la autodefensa indígena; resume algunos recientes sucesos clave y exige a los gobiernos garantías para los autodefensas y policías comunitarias, para su funcionamiento en contra del crimen organizado, por el respeto al territorio de Xayakalan como parte de Ostula, y para que haya castigo a los responsables de 32 asesinatos y 4 desapariciones en esta comunidad. (Más información al respecto en la página de facebook Solidaridad con Ostula).

El asesor jurídico Carlos González explicó que la policía comunitaria tiene una larga historia en las comunidades indígenas, pero que en 1989 el gobierno decretó su desaparición. El primer esfuerzo por reorganizar la policía comunitaria en Santa María Ostula ocurrió como respuesta a la privación de  1,200 hectáreas de tierras en abril del 2008. Los comuneros se reunieron el 8 de abril y tomaron la decisión de defender sus tierras, es decir, su vida. El 14 de junio de 2009, el Congreso Nacional Indígena proclamó que ante la destrucción y despojo del territorio indígena, era necesario organizar grupos para velar por  la seguridad y el respeto a la autonomía y autodeterminación de los pueblos.

La toma de tierras, el 29 de junio de 2009 y el establecimiento del poblado de Xayakalan en el paraje conocido como la Canaguancera, dio nuevas esperanzas a miles de personas; aunque dos años después, la embestida del Estado e intereses privados resultó en  muchos asesinatos, desapariciones y un poblado ocupado por los delincuentes del crimen organizado.

Ahora, dice Carlos González, «se reorganizan, pero de otra manera, de acuerdo con la Asamblea General de los comuneros. Al compañero [Semeí  Verdía, comandante de la policía comunitaria] lo nombraron en la asamblea. A finales de abril se tomó protesta a todos los policías comunitarios. Ahora el consejo está desarrollando el reglamento de  la policía comunitaria para determinar cuáles son sus funcionamientos, sus alcances y sus límites». El abogado insiste en que la policía comunitaria debe estar subordinada a la autoridad civil «para cumplir con los anhelos y sueños de la comunidad».

El asesor también señala que un importante logro de la comunidad reorganizada de Ostula es haber puesto fin al saqueo de maderas preciosas, y en particular, a un codiciado árbol en peligro de extinción conocido como “sangualica”.  También destaca la búsqueda de los desaparecidos y la reciente localización de los cuerpos sin vida de tres comuneros secuestrados el 25 de noviembre de 2013. Da información sobre los cuatro comuneros desaparecidos y los 32 asesinados, y menciona que el actual comandante general Semeí Verdía fue el objetivo de un atentado contra su vida cuando 12 hombres fuertemente armados abrieron fuego contra él mientras jugaba fútbol en la cancha de La Ticla el 20 de febrero del 2011. El compañero logró esquivar la lluvia de balas para llegar al monte donde logró esconderse y sobrevivir.

Antes de vivir en el exilio, Semeí había participado en todos los trabajos por la recuperación y defensa de las tierras de Xayakalan, desde que empezó a asistir a las reuniones convocadas a las dos o tres de la madrugada, por don Trinidad de la Cruz Crisóstomo para organizar ese gran esfuerzo. Y al regresar a Ostula el pasado 8 de febrero, encabezó la reorganización del pueblo.

Hay quienes han buscado desarticular a los grupos de policías comunitarios de la región; al respecto el comandante dice «pero no lo lograron y no lo lograrán porque cada vez estamos más unidos. ¿Por qué? Porque lo que hacemos es por el bien de toda la ciudadanía. También lo hemos dicho nosotros. No venimos abanderando tampoco a ningún partido político. Venimos por el bien de la sociedad. Estamos sufriendo todos… ».

Afirma que la policía comunitaria de Ostula tiene una buena relación y coordinación con el Dr. José Manuel Mireles y algunos de los comandantes de los grupos de autodefensas que han surgido en las comunidades mestizas de Tierra Caliente y otros lugares.

Dice: «Es lamentable lo que estaba sucediendo en nuestras comunidades, ver cómo había destacamentos de la Marina a escasos 500 metros del poblado donde se encontraba el jefe de los Caballeros Templarios y sucedían las extorsiones, los levantones, y el gobierno no veía eso. Sólo el pueblo lo veía y no podía acudir a ningún nivel de gobierno a hacer una denuncia porque más tardabas en llegar a dónde se hacían las denuncias [que] en que llegaras a tu casa, te podrían tener trozado o embolsado».

Semeí niega que las policías comunitarias y autodefensas son un nuevo cártel. Asegura que la mayoría se levantaron en armas porque tienen familiares asesinados o secuestrados. En su caso son seis, entre tíos y primos asesinados por el crimen organizado.

Ante el público, que en su mayoría tienen poco o nada de confianza en el gobierno federal, el comandante afirma que las reuniones con el comisionado Castillo siguen, pero que el gobierno no ha resuelto el problema del crimen organizado y no ha liberado a 19 presos políticos. Dice que «estamos dentro de las fuerzas rurales», pero destaca que no hay desarme, sólo registro de armas. En Casa Lamm, aclaró varias posturas controvertidas:

«La policía comunitaria es responsable de cuidar los bienes de la comunidad. Éste es mi cargo. No voy a tomar el cargo de policía rural [aplausos]. […] Se tomó la decisión que se va a hacer la fuerza rural aquí en el municipio. ¿Por qué? Porque la zona es conflictiva y mientras más armas nos de el gobierno, mejor […] Se ha difundido la información que iba a haber desarme el día 10 de mayo y que las autodefensas y policías comunitarias iban a desaparecer.  Era una información que daba el gobierno a la prensa. Ustedes se dan cuenta de que al Dr. Mireles lo destituyen un día antes del día 10 como vocero. ¿Por qué? Porque el gobierno federal había dicho que el día 10 se habría arreglado Michoacán […] Nosotros hemos dicho que no peleamos contra el gobierno, sino contra los criminales. Claro, si entre los criminales hay alguien del  gobierno, pues… [risas y aplausos]».

Durante su estancia en DF, los represententantes de Ostula acudieron a distintos foros para difundir la situación actual de Michoacán. Fotografía: Sari Dennise

Entrevista con el comandante Semeí Verdía

Después de la conferencia de prensa en el Centro PRODH, fue posible hacer la siguiente entrevista con el comandante Semeí Verdía:

En su opinión ¿qué es lo más importante que ustedes han logrado en Santa María Ostula?

Lo más importante para mí es que parece que la seguridad prevalece en nuestra comunidad indígena. ¿Por qué? Porque después de que organizamos nuestra policía comunitaria y tomamos nuestras tierras en 2009, hubo muchas represalias, mucha violencia contra nuestra gente. Desarmados,  permitimos que el gobierno se encargara de la seguridad pero  la verdad, no pudo. Pero ahora, gracias a los grupos de autodefensa y la policía  comunitaria que ya reorganizamos en nuestras comunidades, la situación ha cambiado. Durante cuatro meses en Santa María Ostula, la gente está trabajando, los niños van a la escuela, no hemos tenido ningún asesinato, ningún asalto, ningún secuestro y  parece que las cosas siguen mucho mejor de lo que  estaban  durante tres o cuatro años atrás.

¿El movimiento de los autodefensas en Michoacán tuvo que ver con que pudieras regresar a tu comunidad?

Pues la verdad sí. ¿Por qué? Porque si no fuera por ellos, no habría manera de enfrentar al crimen organizado, que  nos estaba golpeando muy fuerte. La verdad, yo agradezco a los grupos que se han formado en Tierra Caliente o donde sea. Desde el exilio yo busqué la manera de organizarme con unos compañeros. Gracias a ellos, puedo decirlo, volví a mi comunidad, a mi municipio.  La gente de la comunidad tenía la esperanza de que yo anduviera en un grupo  de estos porque me conocen. Saben lo que soy en la comunidad y lo que he sido y lo que  he hecho para la comunidad también. Ellos me decían que tenían la confianza en mí y en mis compañeros, que mientras estábamos fuera de la comunidad nos reorganizáramos. Si no hubiera sucedido esto, a lo mejor todavía estaríamos allá fuera. Entonces sí, el movimiento de los autodefensas tiene mucho que ver con mi regreso, con nuestro regreso. Y el otro factor crítico ha sido el apoyo de nuestra gente.

¿Tenías la expectativa de tanto apoyo de la comunidad?

Pues puedo decir que sí. ¿Por qué? Porque uno lo siente. Lo ha vivido,  cómo ha sido en su comunidad. Pero no sabía si sería tan rápido porque la gente ha sufrido muchas agresiones y podría tener miedo. Y cuando llegamos el día 8 de febrero, así fue. Pero dicen los dichos que lo que siembras cosecharás y yo no he sembrado terror. He sembrado amistades. Y gracias a Dios obtuvimos el respaldo de toda la comunidad.  Al principio llegaron alrededor de 70 personas para platicar con nosotros, luego 200, y el otro día ¡500! Casi no me lo pude creer. Luego un general del Ejército nos desarmó pero con el apoyo de la comunidad, lo obligamos a devolvernos  las armas. Y el día 13, llevamos a cabo una asamblea donde 1300 personas decidieron reorganizar nuestra  policía comunitaria y me nombraron comandante general. Esto me conmovió mucho.

Y el apoyo no sólo es de mi comunidad.  Ahí tenemos la policía comunitaria porque somos una comunidad indígena. Pero no todas las comunidades en el municipio  de Aquila son indígenas, solo cuatro, por eso en el municipio nos organizamos en los grupos de autodefensa, bueno, es el nombre que el estado nos da. El municipio entero de Aquila me arropó porque los autodefensas liberamos al municipio independientemente de mi comunidad. Yo la verdad iba para  rescatar a mi comunidad pero me dieron una carga más, que tenía que coordinar a todo el municipio. Entonces ahora tengo dos cargas –Comandante General de la Policía Comunitaria de Ostula y Coordinador de los Autodefensas de Aquila.  Parece que vamos por un buen camino.

¿Dices que en Ostula fue la asamblea que tomó la decisión de reorganizar la policía comunitaria?

Sí, la reorganización de la policía comunitaria en Ostula bajo su autoridad es algo nuevo. En el 2009, no fue así. Pero la verdad, todas las decisiones importantes se toman en la asamblea general. Ahí estamos nada más los comuneros de la comunidad, y vemos los asuntos de la comunidad, los asuntos internos y no ocupamos gente de otros lados,  aunque a veces les invitamos para que vean la organización. Como es en una comunidad indígena, es muy distinta a los ejidos o a los que tienen propiedades o a los avecindados, porque nuestras reuniones son continuas. Los avecindados casi  no se reúnen como las comunidades indígenas, no tienen esa tradición, por eso, invitamos  a los demás compañeros para que vean lo que es una comunidad y se den cuenta  de cómo se puede organizar.

¿Cuál es la situación en Xayakalan?

Durante más de tres años estuvo muy triste.  Asesinatos, despojos, amenazas, violencia. No fui el único obligado a vivir en el exilio. Muchos tuvieron que salir o ser asesinados. Hace cuatro meses, cuando llegamos a Ostula, tuvimos que trasladarnos para Xayakalan. ¿Por qué? Porque nos avisaron que grupos de policías ministeriales estaban agrediendo a la gente. Yo en cuanto llegué a mi comunidad  me dijeron que los estaban amedrentando, que los querían desalojar de Xayakalan. Logramos que los ministeriales salieran de ahí. También se han ido todos los del crimen organizado. Ahora muchas familias han regresado y la gente vive con una tranquilidad que no ha conocido desde hace mucho tiempo. Podemos decir que la situación en Xayakalan está muy bien.

¿Qué ha pasado con las personas que torturaron y asesinaron a Don Trino?

Algunos de los delincuentes, incluyendo algunos de los que asesinaron a don Trini, fueron asesinados antes de la reorganización, no sabemos por quiénes. Y otros se fueron. Están fuera de la comunidad y fuera del municipio y fuera del estado de Michoacán. Están fuera.

¿Hay algo más que te gustaría agregar?

Pues nada más invitarles a visitarnos. Nuestras playas son algunas de las más bonitas y ahora las más seguras del país. ¿Por qué? Porque los del crimen organizado ya no están ahí. Durante tres años los turistas no nos visitaban como antes, porque los delincuentes solían robarles su dinero, sus camionetas. Pero ahora no. En Semana Santa volvieron los turistas y no hubo ningún asalto. Puedo decirles que la paz en nuestro municipio y nuestra comunidad de Ostula volvió y primeramente Dios así seguirá. Y los esperamos  allá.

Gracias.