Es una noche helada. La luna se asoma entre Palacio Nacional y el Templo de Santa Inés, devenido vecindad en 1967 y remodelado en 1992 para recibir el museo José Luis Cuevas. Un par de individuos del Colectivo de Grupos de la Asamblea de Barrios de la Ciudad de México (CG-ABCM) nos espera en el la esquina de Academia y Moneda, una de las calles que el actual gobierno del Distrito Federal ha decidido “limpiar” de ambulantes. Aunque algunos miembros de esta organización se dedican a vender en las calles, la mayoría practica la venta de tela y retazo en pequeños locales comerciales. —Ya empezó la fiesta —dice uno de ellos a modo de saludo.
No es la primera vez que tratamos con esta organización heredera del movimiento urbano popular ni que nos adentramos en la vecindad ubicada en el número 9 de Academia. En 2011, SubVersiones retrató la historia de la dirigente mazahua que desde hace dos décadas encabeza la lucha de los habitantes por permanecer en el lugar. Sin embrago, esta noche es particular. Hoy van a salirse del predio que han defendido desde los sismos de 1985, para permitir la entrada de la empresa que rehabilitará el edificio histórico con recursos de los propios habitantes y del Instituto de Vivienda del Distrito Federal (INVI). Toda la organización está alerta, tanto el dirigente histórico Raymundo Hernández como los habitantes de los cinco predios circunvecinos donde el CG-ABCM tiene presencia; no se sabe cual será la reacción de los habitantes contrarios a la “desocupación” (un par de familias sobre una veintena) ni si el gobierno respetará el compromiso adquirido de rehabilitar el lugar sin dejar fuera a sus moradores.
Baltazar Peña Ríos desenfunda su cámara y comienza a grabar los movimientos de la gente, a los comerciantes que cargan los rollos de tela en los camiones estacionados al frente del edificio, a los niños que corretean en los pasillos, a las señoras que vacían dolorosamente sus departamentos con el apoyo de sus hijos adolecentes. Desde abril de 2013, el joven realizador, originario de San Luis Potosí, ha venido registrando la vida cotidiana de los integrantes del colectivo con la ilusión de presentar hacia finales de 2014 un retrato íntimo del Centro Histórico. Si bien ya ha realizado un cortometraje y ha participado en varios proyectos cinematográficos, esta es la primera vez que se adentra en el género “documental”.
La gente dijo que sí
A inicios del año pasado, Baltazar tuvo la oportunidad de conocer a Marie Védie, una estudiante francesa que se encontraba desarrollando su tesis de maestría acerca de las transformaciones recientes del Centro Histórico y los conflictos sociales derivados de éstas. Védie había establecido una relación de amistad y de confianza con el CG-ABCM y deseaba llevar su sujeto de estudio más allá del ámbito académico. Convencida de que podía sacar a Baltazar de sus ficciones y atraerlo hacia la realidad popular del centro, lo invitó a las asambleas semanales de la organización. Juntos empezaron a plantear la posibilidad de filmar un documental. —Empecé yendo a las juntas del colectivo y obviamente no llegaba a grabar, llegaba a escuchar; aunque no entendía muchas cosas, la primera vez que fui a una junta quise ir a una segunda. Había cosas ahí a las que yo era completamente ajeno pero que eran importantes conocer —asegura el camarógrafo.
Poco antes de que Marie volviera a Paris para entregar su tesis en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS, por sus siglas en francés), se dio el acuerdo por parte de la asamblea. “Le preguntamos al colectivo si querían que lo hiciéramos. No me pidieron ninguna credencial, con conocer a Marie fue suficiente para que confiaran en mi. Por otro lado, antes de que se lanzara la pregunta, Raymundo (dirigente de la organización) habló a favor del documental. Me da la impresión de que las gestiones que llevaba el colectivo pasaban momentos malos y entonces habló de la importancia que podía tener el documental y su valor incluso práctico para el colectivo. Nosotros repetimos que no íbamos a hacer propaganda y aún así aceptaron. Raymundo preguntó —¿cómo ven compañeros? —Y la gente dijo que sí”.
Desde esa fecha, los realizadores del documental –Védie y Peña Ríos– han concentrado centenares de horas de grabación: marchas, asambleas, entrevistas y todo tipo de actividades cotidianas, como se muestra en el trailer. Ahora también cuentan con materiales fílmicos de un momento clave para la organización en su intento por rehabilitar el edificio más antiguo y el más emblemático, pues en él se ha desarrollado la lucha inquilinaria del CG-ABCM desde principios de los noventa para después irradiar hacia los otros predios.
Aunque el título del documental está sujeto a debate dentro del mismo equipo de producción –que se ha venido ampliando en los últimos meses– la intensión general es bastante clara. “Es un retrato de personas y de lo que significan para el Centro Histórico”. Ríos no desea caer en un discurso propagandístico a favor de una organización u otra, sin embrago, tampoco se admite romántico y entiende la complejidad de intereses que gravitan en torno a este territorio cuasi-sagrado para el Estado y sumamente lucrativo para las empresas turísticas y otros agentes inmobiliarios. A través del relato de los habitantes de estos cinco predios, él pretende mostrar un crudo retrato del corazón histórico de México: “En el Centro Histórico hay un conocimiento bien especial. Estén o no organizados, estén con la organización con la que estén, la gente que vive ahí tiene un conocimiento que no se encuentra en cualquier parte del país o de la capital misma, es bien valioso y hay que difundirlo”. Y remata:
—No son personas que normalmente se tenga en cuenta para contar la historia del país, pero ahora mismo tienen muchísima relevancia. Yo creo que hay un interés por que no se conozcan sus relatos. Definitivamente, hay personas a las que no les convendría que estas historias se conozcan, y esas personas son bastante poderosas.
Relevancia del proyecto
Aunque no sea su principal objetivo, el documental pondrá a prueba la versión oficial de un gobierno que pretende “regenerar” el patrimonio de los mexicanos de manera incluyente y democrática. En 2003, en el marco del Programa de Edificios en Alto Riesgo dependiente del INVI, la administración de Andrés Manuel López Obrador decidió expropiar más de cien predios del Centro Histórico a favor de los habitantes, entre los cuales estaba el predio de 9 de Academia. Once años después, casi ninguno de estos edificios expropiados ha sido rehabilitado y muchos habitantes han tenido que abandonar su hogares para evitar catástrofes predecibles. En este sentido, los testimonios que han empezado a recoger Baltazar y Marie son un botón de muestra de lo que representa la lucha popular por permanecer en el centro, el calvario administrativo con diferentes instancias de gobierno, las horas de desvelo en asambleas internas y los conflictos con vecinos que no adhieren a la propuesta organizativa, también incluidos en el documental.
Por otra parte, el desgaste de la gente y la inacción del gobierno en materia de política social han sido proporcionales al increíble desenvolvimiento del sector empresarial en el área. Desde que Carlos Slim y su grupo empresarial asumieron la tarea (y los beneficios) de “rescatar” al Centro Histórico, a finales de 2001, cada centímetro de este territorio se encuentra en disputa. Ya no digamos la calles y plazas que diariamente son el escenario de operativos anti-ambulantes, como si eso solucionara el problema estructural de la economía mexicana hecha añicos. Además, existen en el centro cientos de propiedades dañadas desde los sismos del 85 –frecuentemente intestadas y aún así habitadas por familias pobres– que están adquiriendo valor en el mercado inmobiliario o que pretenden ser recuperadas por el GDF para convertirlas en museos. Ubicados a escasos metros del Palacio Nacional, rodeados por el museo José Luis Cuevas, la Academia de San Carlos y el Templo Mayor, los miembros del CG-ABCM se saben amenazados por los sectores más poderosos del país. Están consientes de que el comercio popular del cual dependen, tiende a ser desplazado por las grandes cadenas comerciales –Sears, Sanborn’s, Oxxo, 7Eleven– y por las nuevas sucursales bancarias.
Finalmente, este esfuerzo documental ofrece una renovada visión del movimiento urbano popular (MUP) que retrató a principios de los ochenta Óscar Menéndez en Primer Cuadro: Tepito, La Merced y la colonia Morelos. Ahora bien, a pesar de su relevancia histórica en el proceso de democratización de la Ciudad de México, este complejo y disgregado conjunto de organizaciones sociales ha desaparecido del espectro mediático, más no así de la realidad social de la capital del país. Incluso, desde el punto de vista de numerosos intelectuales, el MUP se ha corrompido al asumir el poder junto con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), reproduciendo prácticas clientelares de control social de las masas populares. Con el venidero documental Centro Histórico, o cual sea que resulte el título de la obra, se tendrán elementos para evaluar no sólo la pertinencia política de una organización particular, sino sobre todo para comprender el sentido de la lucha desde la perspectiva de las “bases”. Desde luego, también aflorarán las contradicciones del CG-ABCM, pero ellos mismos han decidido dar a conocer su historia y su praxis.
Le deseamos la mejor suerte a los realizadores de este valioso trabajo, asumiendo como agencia de comunicación el acompañamiento de su labor documental sobre la realidad social mexicana, que es igualmente independiente de la producción cultural hegemónica y de los gobiernos que la nuestra.
Para mayor información, consulta la página del documental en Facebook.