“¡No somos pobres mujeres, sino mujeres fuertes, que no se conforman, no callan y luchan!”

Por Eugénie Moreau

Video: Eugénie Moreau con una colaboración especial en imágenes de Docteur Caca

“La violencia contra las mujeres puede ir desde un piropo hasta su forma máxima, FEMINICIDIOS. Te invitamos a mostrar que estamos hartas de la violencia contra nosotras, ¡no queremos más compás asesinadas!”. Es lo que se podía leer sobre los volantes que habían distribuido un grupo de mujeres en Oaxaca, antes de salir a las calles este domingo 13 de octubre. “Acompáñanos vestida de negro o morado, lleva tus pancartas. ¡Porque tenemos derecho a una vida digna, mientras exista cualquier acto violento hacia nosotras, nos defenderemos!”, seguía el texto. Se llaman “Acción Radical Anti-patriarcal”, y frente a la multiplicación del número de los feminicidios en el estado de Oaxaca y al imobilismo de los gobiernos, tienen su propia propuesta: la autodefensa.

Los feminicidios no son crímenes como cualquier otro: son asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres. “Yo te mato porque desobedeces, pero además dejo el mensaje a las otras mujeres de que no desobedezcan, porque si no corren el riesgo de ser asesinadas; a todo eso responde el feminicidio”, explica Francesca Gargallo. Para ella, los feminicidios tienen su utilidad social dentro de un sistema en el cual las mujeres son explotadas, dominadas y educadas a la obediencia y el miedo bajo el uso de la violencia. Si bien suelen ocurrir en los espacios públicos, la propia familia es en realidad el lugar más peligroso del mundo para las mujeres. Y todos los hogares son concernidos, o sea, de todas las clases sociales, y todos los países del mundo. Así, más de 5 000 mujeres mueren cada año, asesinadas por su padre, hermano o marido, por desobediencia o conducta considerada vergonzosa, particularmente en Jordania, Brasil, India o en los países del Magreb. En Francia, según ciertas estimaciones, 6 mujeres mueren cada mes asesinadas por sus compañeros. En Europa, las mujeres de 15 a 44 años tienen más probabilidades de morir a causa de la violencia conyugal que de los accidentes de coches, los canceres, la guerra y la malaria reunidos. De todos los crímenes cometidos anualmente allá, el 25% son productos de la agresión de un hombre sobre su esposa o compañera. El 70 % de los asesinatos de mujeres son perpetuados por sus compañeros.

En el estado de Oaxaca, del año 2010 hasta la fecha, han sido asesinadas más de 200 mujeres, adolescentes y niñas, lo cual equivale a una cifra promedio de 6,7 muertas al mes. Además, en el mismo lapso, se ha reportado la desaparición de 18 mujeres de entre 15 y 30 años de edad. La alternancia política, con la elección del gobernador Gabino Cué, no ha representado una disminución de los asesinatos de mujeres y niñas, sino su aumento, hasta llegar a una situación nunca vista antes. Frente a los “resultados” de las dos administraciones publicas precedentes, bajo el gobierno actual se ha duplicado la cantidad de asesinatos cometidos contra mujeres por mes, de tal manera que Oaxaca se encuentra hoy entre los cinco estados con más altos índices de feminicidios. La dinámica no es muy distinta a nivel nacional ya que, según el Estudio Nacional Sobre las Fuentes, Orígenes y Factores que Producen y Reproducen la Violencia Contra las Mujeres, nueve entidades del país registran una tendencia creciente de asesinatos de mujeres: Chiapas, Chihuahua, Distrito Federal, Durango, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Sinaloa y Sonora.

Además, el feminicidio es un delito que queda mayormente impune. El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio reportó que de 2005 a 2010 hubo 1003 presuntos casos de feminicidios, sin registro de responsables detenidos. La falta de investigación, juzgamiento y sanción por el sistema de administración de justicia en el país, o sea su ineficiencia, es evidente. El caso Oaxaqueño es particularmente significativo en este sentido. A pesar de la propaganda asumida por el gobierno perredista de Gabino Cué -que finge tomar medidas para enfrentarse a este contexto dramático- varias son las organizaciones y personas que alzan la voz para denunciar su (in)actividad. Si bien las reformas aprobadas al artículo 411 del Código Penal del estado de Oaxaca establecen ahora que “comete el delito de feminicidio[1] quien prive de la vida a una mujer por razones de género” y que “a quien cometa el delito de feminicidio se le impondrá una sanción de cuarenta a sesenta años de prisión y multa de quinientos a mil salarios mínimos” (artículo 412), en los hechos los culpables no han sido sentenciados.  A su ves, y a pesar de haber sido pedida 2 veces –la última durante este verano– la emisión de la Alerta de Género prevista en la Ley General de 2007 ha sido rechazada de manera sistemática. El artículo 24 establece que “la declaratoria de alerta de violencia de género contra las mujeres se emitirá cuando los delitos del orden común contra la vida, la libertad, la integridad y la seguridad de las mujeres, perturben la paz social en un territorio determinado y la sociedad así lo reclame”. Las demandas ya han sido hechas por parte de la sociedad, ¿será que más de 200 feminicidios en menos de 3 años no son suficientes para considerarles una perturbación a la paz social? Al parecer, así lo ven los miembros del Gobierno. En estas condiciones, no es muy sorprendente que no disminuyen, sino que aumenten, los ataques hacia la vida de las mujeres. En este mismo sentido, para la antropóloga Marcela Lagarde, el feminicidio es, además de un crimen de lesa humanidad, un crimen de Estado. “Si el Estado falla se crea la impunidad, la delincuencia prolifera y el feminicidio no llega a su fin”, precisa.

Frente a esta situación,  el domingo 13 de octubre, mujeres de la ciudad de Oaxaca decidieron salir a las calles, para levantar la voz y denunciar la situación a la cual se están enfrentando. “Decidimos organizarnos, somos mujeres de diferentes sectores, de diferentes edades, de diferentes incluso lugares de procedencia pero tenemos esta inconformidad, este enojo, esta rabia hacia la violencia que vivimos. (…) Estamos hartas ya de esta situación, por esto decidimos organizarnos, decidimos salir a las calles, tomar nuestra voz, tomar acción en nuestra vida, por nuestro derecho a la vida y a defenderla”, explica una de las integrantes del colectivo “Acción Radical Antipatriarcal”. El rostro cubierto por su seguridad, marcharon en la ciudad vestidas de negro y morado con sus pancartas y machetes. “Los machetes simbolizan nuestro derecho a defendernos, los colores que portamos representan nuestra forma de lucha”, precisaban.

“La violencia tiene muchas caras, la violencia está en nuestras casas, en nuestras instituciones, en las escuelas. Todas las formas de violencia se practican a la luz del día, con el permiso de autoridades, y con el permiso de la propia ley”, declaro unas de mujeres movilizadas en Oaxaca. En el comunicado que leyeron al llegar al zócalo de la ciudad, también denunciaban: “el feminicidio es la consecuencia más extrema y manifiesta de un sistema machista y heterosexual que se va reproduciendo en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana tomando diferentes formas como abusos de poder, acoso, cumplimiento obligado de los roles que nos son asignados como la limpieza, cuidado de los demás, silencio, sumisión, vulnerabilidad, debilidad, victimismo. Ante esto decimos “basta”, nos rebelamos y decidimos organizarnos fuera de instituciones como partidos políticos, ONG’s y dependencias de gobierno, pues en su mayoría reproducen la mima lógica del sistema patriarcal que nos oprime y porque creemos en nuestra capacidad a la hora de actuar juntas.”

Si bien decidieron no dejar de denunciar a los gobiernos por su actitud y seguir exigiéndoles –no pidiéndoles– justicia, revindican no creer que el poder, tanto político como judicial, sea una solución. Para una de las participantes, la situación es bastante clara: “el gobierno cumple una función especifica, no es que tenga cierta culpabilidad, es que el gobierno esta perpetuando estas formas de violencia, tanto económica, estructural, simbólica… De repente suelen llamarle “complicidad” a lo que hace el gobierno. Pero no creo que sea así, yo creo que son quienes perpetúan tal cual esto porque les conviene mantener esta estructura que han creado”.

“Solo a partir de nosotras vamos a poder generar un cambio, solo a partir de que nosotras salgamos y alcemos la voz vamos a poder ser escuchadas”, seguía otra de sus compañeras. De ahí, sale la propuesta del grupo: frente a la violencia, “autodefensa, paso firme a la autonomía”. Entendida como una necesidad de seguridad pero también como un reconocimiento y una re-apropiación de sus vidas, la autodefensa parte del rechazo al paternalismo y la carga social de lo que implica ser mujeres en nuestras sociedades. A través de la recuperación de la palabra y del cuerpo, la autogestión y el compartir, tienen un objetivo claro: luchar en contra del sistema buscando la construcción de su autonomía.

“Como mujeres, siempre hemos sido criadas bajo un paternalismo, ya sea de tu familia, de la escuela, del estado, de todo esto. Entonces es un poco mostrar que nosotras tenemos la capacidad de defendernos a nosotras mismas, que no necesitamos ni siquiera este asunto de leyes, porque al final sabemos bien como funciona este tipo de cosas también. Entonces la autodefensa podría ser la alternativa, una propuesta para salir de las instituciones, salir de esta estructura”, explico una compañera. La frase con la cual terminaron su intervención en el zócalo también merece ser subrayada, ya que refleja bastante bien su postura y firmeza: “Queremos cambiar las cosas, y lo queremos hacer desde la fortaleza, y no desde el victimismo. No somos pobres mujeres, sino mujeres fuertes, que no se conforman, no callan y luchan.”

 “¡EL DERECHO A LA AUTODEFENSA NO SE DISCUTE. SI TOCAN A UNA, NOS TOCAN A TODAS!”

Referencias :

1. «La tasa de feminicidios en México se dispara; la impunidad alienta estos “crímenes de odio”: expertos», Ana Leticia Hernández Julián, http://www.sinembargo.mx/22-04-2013/594745.
2. «Alerta de Violencia de Género: letra muerta», Flor Goche, disponible en línea.
3. «Crecen feminicidios en México», Flor Goche, disponible en línea.
4. Alternative Libertaire
5. Se puede consultar la siguiente página: http://francescagargallo.wordpress.com/


[1] Cabe precisar que la tipificación jurídica de “feminicidio” ni siquiera existe en todos los estados del país. Hasta el INEGI todavía se niega a usar el término, prefiriéndole la calificación (absurda) de “homicidios de mujeres”.

There is one comment

  1. Laura Susana Chía

    Me comenta esta mañana un amigo respecto de lo vivido durante el apoyo que dio a su hermana en el momento que decidió ella separarse de su pareja: ella fue a presentar una denuncia por violencia en la pareja; el hombre su ex pareja la quería sacar de la casa, le quito documentos de propiedad de casa, coches,la amenazó si ella decía algo, el llevó a sus hermanos y mamá a quedarse en esa casa a vivir, para seguir violentándola y amenazándola, el no trabajaba desde hace 2 años; ella quiso poner esa denuncia en el MP en Puebla para protegerse, pero ahí le dijeron; ¿le pegó? ¿trae ud golpes en el cuerpo?¿ le robo dinero efectivo? ¿noooo?, ay señora discúlpenos pero eso NO es violencia y no podemos levantar un acta por esto que ud dice! . ¿Como la ves?¿que esto no es violencia, que no existe un marco legal contra esta violencia? ¿o es solo hasta que les golpean como bultos y matan que actúa el MP?

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