Pobladores del Noroeste de Chihuahua desalojan a la Policía Federal

Ascención, Chihuahua, 9 de julio de 2012. Los pobladores de la región noroeste del estado de Chihuahua tenían programada una reunión con la representación de la Policía Federal (PF) en esta comunidad. Con anterioridad hubo encuentros entre estas dos partes y los resultados habían sido mínimos: apenas esta nueva cita y la reducción, casi a cuentagotas, de las extorsiones que esta institución cometía a lo largo de la carretera que une los municipios de Galeana y Casas Grandes, pasando por Lebarón y Nuevo Casas Grandes hasta llegar a la combativa comunidad de Ascención. Muchos años llevan los pobladores de esta zona presentando sus quejas al mismo tiempo que pierden el fruto de su trabajo a cambio del miedo que los agentes ofrecen en cada extorsión, en cada revisión. Cada que un agente de la Policía Federal de Caminos –y de otros que presuntamente pertenecen a otras corporaciones- exige una cuota por el uso del camino se demuestra que este país ha perdido sus instituciones y se pretende instaurar la deshumanización como modo de vida.

Campesinos, menonitas, representantes de cámaras de comercio locales, los presidentes municipales José Mendoza Valdez del municipio de Janos, Isidro Vega de Buenaventura y Jaime Domínguez Loya de Ascención, así como transportistas, llegaron desde temprano al lugar de la reunión, el Centro Cívico Social Municipal de la comunidad de Ascención. En la puerta hay muchos campesinos y transportistas platicando, un rumor constante y de expectación invade las banquetas, el aire arde y quema. Por fin llega la hora y todo mundo entra apresurado. Dentro el auditorio presenta un aire ordenado que resalta los lugares destinados a los comandantes y oficiales de la policía que prometieron venir a conversar con los habitantes de esta región. La reunión no se lleva a cabo por la ausencia de las autoridades invitadas y un malestar recorre los rostros de las personas, acentúa sus rasgos y los motiva a endurecer su postura: harán un cierre de la carretera justo afuera de las oficinas de la Policía Federal de Caminos.

Reunión comunitaria de Ascención, Chihuahua

Con impresionante calma, la gente, hombres y mujeres, salen del auditorio y se dirigen a sus vehículos para conducir hasta el tramo de carretera que se elije. En el aire, la emoción es evidente sobre todo por la esperanza que genera el descontento organizado; la claridad de que no será con la violencia con la que se combata la violencia institucional es la que inspira contundencia y unidad. Eso se respira mientras vamos con las cámaras listas en la parte trasera de una camioneta, aprehendiendo las imágenes de los ciudadanos, los detalles, los olores. No hay miedo sino adrenalina y esto hace la diferencia fundamental.

 Al llegar, con la misma tranquilidad con la que se estacionan frente a su casa, todas las camionetas y los trailers se detienen para cerrar el camino, en diez minutos el bloqueo se hace y no hay nada que lamentar. Los autos se acumulan como fichas de dominó y la gente comienza a descender de ellos, nosotros empezamos a tomar las primeras imágenes de lo que se prolongará por varias horas. La policía sigue sin aparecer. El calor arrecia y el bloqueo se fortalece con mantas, información a la gente que pasa por ahí, un par de carpas en donde se improvisa la instalación de un sonido; de pronto una patrulla de la Policía Federal aparece y un resuelto oficial también, desarmado se acerca a la gente mientras pregunta lo que sucede y aclara que él es el nuevo encargado en el lugar. Nuevamente la misma estrategia, a los que delinquen los salvan y mandan a una persona desconocida que tiene que asumir, entre otras cosas, la exigencia de traer a su superior y de hacerlo rápidamente.

El descontento de la comunidad no se deja esperar, los presidentes municipales, Julián LeBarón, miembros de la comunidad y pobladores le piden a los oficiales que aborden sus vehículos y abandonen sus oficinas ya que no los quieren más en el municipio. Ellos, al ver la decisión de los pobladores, deciden cerrar con un candado las instalaciones y suben a su vehículo para esperar al coordinador estatal de la PF, Raúl Castillejos. Los mandos han  faltado a dos citas programadas con los pobladores.

Bloque carretero ante la corrupción de la Policía Federal

Dos miembros de Ascención colocan una manta en la puerta de las oficinas de la PF con la leyenda: “Ciudadanos Hartos de obstrucciones y extorciones, ¡abran paso y dejen de joder!”. A las siete de la tarde, a lo lejos, se ven tres patrullas de la PF que se acercan, los comuneros se preparan y abren paso para que entren los vehículos. El coordinador Raúl Castillejos, con un tono prepotente, inicia el diálogo con los  pobladores quienes lo enfrentan reclamando y cuestionando las extorsiones a las que se enfrentan diariamente en las carreteras de su ciudad.

El oficial Demián Martínez, quien acompaña al coordinador, es reconocido por varios pobladores, como uno de aquellos que extorsionan constantemente; por su parte el comandante Raúl Castillejos se compromete a tomar las medidas pertinentes sobre los mismos. Después de  media hora de señalamientos directos de la gente al mando de Castillejos, el coordinador reconoció las graves faltas de sus oficiales y pidiendo disculpas anunció a la población que la PF dejaría la subestación de Asención.

Alrededor de las  nueve de la noche, el coordinador Raúl Castillejos y sus oficiales abandonaron las instalaciones de la PF en Ascención, llevándose un Hammer y un Land Rover  nuevos que se encontraban dentro de la bodega de las instalaciones. Todo el tiempo, los pobladores acompañaron a los oficiales a las afueras de las oficinas, para finalizar colocando candados en la puerta.

La Policía Federal acusada de extorsión en los caminos del Noroeste chihuahueño

El poder popular comienza a surgir luego de la expulsión de la Policía Federal

Nota: Esto es un adelanto del reportaje que está en construcción y que será publicado dentro de algunos días.

*Fotografías: Heriberto Paredes Coronel

Por Heriberto Paredes Coronel  y Mario Marlo

Agencia Autónoma de Comunicación (AAC) en colaboración con

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