En foto de portada: Samir Flores en el Caracol de Oventik durante el 5to CNI y el 20 aniversario de los Caracoles, 1 de enero de 2017. Por Dante A. Saucedo
Texto por Camila Plá
Siguiendo los acuerdos de La Asamblea Nacional e Internacional del Congreso Nacional Indígena / Concejo Indígena de Gobierno y adherentes a la Sexta, Redes de Resistencia y Rebeldía, organizaciones y colectiv@s «El Istmo es Nuestro» en Juchitán, Oaxaca a principios de septiembre de este año, el pasado 12 de octubre de 2019 se llevó a cabo la Jornada global de lucha en defensa de la vida y de nuestros territorios «SAMIR FLORES VIVE» y en solidaridad con el Pueblo Kurdo y el Movimiento Indígena y Popular de Ecuador. Se registraron más de 50 acciones a lo largo y ancho del país y otras tantas en ciudades de otros países.
Existe una guerra declarada en contra de los pueblos originarios, en contra de la resistencia y a favor del capital, en el mundo. Esta guerra tiene más de quinientos años y ahora queda más claro que nunca que la articulación de los poderes político y económico sienta las bases de la opresión. Desde Ecuador hasta Rojava, desde la Ciudad de México hasta la selva Lacandona la guerra en contra de aquellos y aquellas que luchan por la dignidad, que viven fuera de los ritmos del miedo y la muerte, que se niegan a decidir sin consultar y que construyen caminos colectivos de autonomía y anticapitalistas, se ha intensificado. Basta con observar las acciones de quien gobierna para comprender la rabia de aquellos y aquellas que levantan la voz y se rebelan.
Así como los de arriba se organizan, articulan y confabulan unos junto a otros para acrecentar sus ya exuberantes ganancias quemando selvas, secando ríos y asesinando a aquellos que defienden sus territorios, desde abajo se ha ido tejiendo una red que no deja de crecer. Esta red es silenciosa y cautelosa, se construye en colectividad y no es de unos cuantos, es de muchos, de muchas. Se ha ido hilando desde hace años, cada día es más fuerte y tiene mayor potencia.
Cuando los procesos del capital apuntan hacia políticas de muerte y destrucción, la resistencia va en el sentido contrario construyendo y sembrando, marchando y viviendo, hermanando luchas en diferentes geografías. Las formas de resistir son diversas, pero ante la guerra respondemos tod@s.