Amilcingo y los pueblos del volcán

El siguiente material fue generado por las y los diversos participantes el taller de fotografía y fotoperiodismo comunitario realizado en el Encuentro de medios libres y radios comunitarias en defensa del territorio, en Amilcingo, entre el 22 y 24 de agosto. Copia, difunde y distribuye, citando autoría y sin fines comerciales. CC BY-NC 4.0 México, 2014.

T’neki tlalle uan atl para tenochti, amo timikiske por tumi.

Queremos tierra y agua para todos, no morir por dinero.

FPDTA Puebla-Morelos-Tlaxcala

El amaranto es la vida, el gasoducto la muerte

Amilcingo, perteneciente al municipio de Temoac, en el estado de Morelos, se encuentra a unos 40 kilómetros de distancia del volcán Popocatépetl y es una de las comunidades que está siendo afectada por el Proyecto Integral Morelos (PIM) que contempla la construcción de una termoeléctrica, un acueducto y un gasoducto. Este último ya se encuentra por debajo de algunos sembradíos de la comunidad.

«Todavía no contamina el gasoducto y las tierras ya no producen como antes», nos comentó un integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua (FPDTA) Puebla-Morelos-Tlaxcala». Los campesinos y ejidatarios de esos tres estados afectados por el proyecto, han denunciado constantemente cómo las máquinas de construcción comenzaron a rascar sin permiso y nunca se consultó ni informó a los pobladores sobre el megaproyecto y sus implicaciones. En las tierras ejidales ya se pueden observar las afectaciones al crecimiento de las plantas de amaranto y maíz, producciones importantes en la región; además del sorgo, calabaza, camote y cacahuate, y la contaminación en el río.

El gasoducto no sólo afecta al medio ambiente y la producción agrícola, también pone en peligro a las comunidades aledañas al volcán, pues se han bloqueado las pocas salidas de emergencia que existían. «La tubería que transportará el gas natural rodea toda la comunidad. Con los temblores que causa el volcán, puede provocar que el gasoducto explote. Esto es una bomba de tiempo. Si por acá venimos escapando de la lava, por este otro lado nos encontramos con las tuberías de gas», mencionaba el campesino del Frente, quien también es representante del CNI.

El gobierno nos ha perjudicado, nos ha dividido, nos ha confrontado entre familia y vecinos. Estábamos tan tranquilos cuando ellos llegaron a violentarnos con este proyecto. Hasta ahorita han enterrado los tubos en todo Morelos, falta Puebla y Tlaxcala que también forman parte del PIM. Da tristeza ver a nuestras tierras lastimadas de esta manera, antes todo esto estaba lleno de vida, de árboles, ya no está como antes. Cuánta gente tuvo que morir para quitarle a los hacendados lo que nos habían robado y pa’ que estos na’más vengan a quitarnos la tierra de nuevo. Tanta lucha que dio Emiliano Zapata para que tuviéramos dónde sembrar. ¡Da tristeza, mucha tristeza! —Comentaba el ejidatario que no dejaba de mostrar los caminos rasgados por la maquinaria, los tubos abandonados y un río contaminado por el desagüe del drenaje.

Proyecto Integral Morelos: agua, gas, energía y ¿progreso?

De las 82 comunidades afectadas por el megaproyecto, de los estados de Puebla, Tlaxcala y Morelos, sesenta son por el gasoducto, diecinueve por el acueducto y una –Huexca, que es el corazón del proyecto–, por dos termoeléctricas.

«Danos chance de pasar un gasoducto por tu tierra, tú la vas a seguir sembrando, y no tienes nada de qué preocuparte, solamente la queremos rentada por 30 años, pero va a seguir siendo tuya…».

Con estos argumentos se trataba de convencer a la gente de la comunidad de firmar los permisos, sin información suficiente sobre sus impactos y del proyecto en general.

«Los pobladores se fueron enterando casi como rumor… Y cuando se negaban…»

El gasoducto, que afecta a Amilcingo, está planeado para recorrer 160 kilómetros y cruzar los tres estados. Uno de los principales motivos por los que resulta una obra inviable y de alto riesgo es que se sitúa dentro de una zona de riesgo volcánico. El gasoducto pretende transportar casi diez mil litros de gas natural al día, desde Tlaxca, Tlaxcala, hasta las termoeléctricas proyectadas en Huexca, Morelos.

Estas construcciones –una de ellas ya terminada– se encuentran en una barranca situada dentro del mapa de riesgo volcánico realizado por el CENAPRED.

El sentido de las propias termoeléctricas y sus supuestos beneficios también están en duda.

«Si somos en verdad parte de ese desarrollo, si estamos en ese proyecto que a veces dicen que son incluyentes, vean en donde estamos incluidos, y si no eso se llama imposición eso se llama despojo, eso se llama el robo, eso se llama exterminio, eso es el capital salvaje».

Sus impactos negativos, sin embargo, son claros. Estos proyectos generan energía a través de agua y gas; y en ese proceso, emiten bióxidos de nitrógenos que al combinarse con los isopropenos –emitidos por los plantíos de sorgo de la región– producen ozono, el cual genera oxidación en la tierra, reduce la producción agrícola y afecta la diversidad de especies.

El acueducto, por su parte, avala el despojo de agua a diecinueve ejidos del municipio de Cuautla y Ayala, con la finalidad de utilizar 50 millones de litros de agua al día para generar energía; 40% de la misma está destinada a evaporarse y un 60% –contaminado con azufre, gas cloro y otros químicos– a desecharse en el río Cuautla. Esta corriente de agua, que alimenta los cultivos de Ayala y de otros sembradíos del sur del estado de Morelos, al llenarse con químicos, afectará los cultivos, alimentos y salud de los pobladores cercanos al río.

Finalmente, la idea de progreso que abandera el proyecto es el inicio de un plan a mediano plazo para impulsar la creación de parques industriales en toda la zona oriente de Morelos. Estos planes de supuesto desarrollo, como se ha demostrado en otros corredores industriales, en realidad son proyectos de despojo, contaminación, muerte, enfermedad y destrucción para los habitantes de la región.

Como parte de la resistencia a las obras del gasoducto, los ejidatarios de Amilcingo solicitaron el freno de obras y pidieron a los trabajadores que no operaran en las tierras donde los pobladores no han dado ningún tipo de consentimiento –a pesar de la presión y hostigamiento a la que habían sido sometidos–.

En lugar de privilegiar el diálogo y escuchar las consideraciones de la comunidad, el gobierno impulsó una estrategia de represión y persecución hacia los opositores. Fue así que el 13 de abril del año en curso entró la fuerza pública municipal y estatal a reprimir a la gente por defender sus tierras.

Los compas se encontraban vigilando sus tierras por donde hasta a la fecha no les han dado permiso pero ya pasaron, entonces en ese momento dicen «pues vamos a verificar nuestras tierras, porque no les hemos dado el permiso (…) tenemos que ir a ver». Se va una comisión y entonces fueron emboscados en el campo, no les dieron chance ni siquiera de acercarse ya de regreso. Aproximadamente ya como a 50 60 metros les empiezan a tirar desde esa distancia gas lacrimógeno balas de goma y balas de plomo, cuenta Samir, integrante de Radio Comunitaria Amiltzinco.

Por su parte, integrantes del FPDTA explican la lucha de sus comunidades contra el PIM:

Los gobiernos estatales encabezados por Rafael Moreno Valle del PAN en Puebla, Graco Ramírez del PRD en Morelos y por Mariano González del PRI en Tlaxcala, se han encargado de difundir, a través de operadores e instituciones (CFE, SEMARNAT, diputados, senadores, presidentes municipales, entre otros), la idea de que el progreso y el desarrollo llegará a nuestros pueblos si aceptamos el proyecto». El plan de Graco para Morelos es imponer a golpes un «progreso» sin considerar a los habitantes de los pueblos para decidir sobre el presente y futuro de sus territorios.

Zapata y Vihn Flores: la lucha histórica

En el centro de Amilcingo resaltan esténciles, murales, empapelados y mantas relacionadas con la lucha actual contra el PIM. Las pintas son variadas, algunas muy trabajadas –como el mural, a las afueras de la escuela, que cuenta la historia del pueblo a partir de sus paisajes, personajes y organización–; y otras más espontáneas, que retratan y refuerzan el sentir de la comunidad. Abundan mensajes como «CFE: una empresa de tranza mundial», «Pres@s polític@s libertad», «No al gasoducto» y «Amilcingo, en resistencia por la vida». Los rostros de el caudillo del sur, Emiliano Zapata, y del luchador social Vihn Flores Laureano, son presencias constantes que conviven, desde los muros, con la gente que camina habitualmente por el pueblo.

Don Pablo, con mucha paciencia y ánimo, nos platicó algunas batallas que ha vivido Amilcingo. Episodios como bloqueos carreteros, cuestionamientos al gobierno, detención de autoridades corruptas y enfrentamientos con policías federales, dan cuenta de que «el pueblo nunca se deja, digamos, siempre estamos en pie de lucha».

Algunas anécdotas datan de mediados del siglo XX, otras se remontan a los años 70. Una de las más recientes es la del 10 de abril de 2002, cuando el pueblo, reunido para conmemorar el aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, fue atacado por policías federales, quienes les acusaban de secuestrar al esposo de la presidenta municipal y, con ese pretexto, realizaron una represión «ejemplar» al pueblo organizado:

Nos agarraron como los conejos, haciendo el quehacer, contentos (…) Ya estábamos aquí reunidos para bajar la bandera [a media asta, como símbolo de luto] cuando nos dicen: “ya entraron los granaderos, vienen para acá”, no, pues pensábamos que venían en son de paz pero no, ¡venían entrando y dando! Sinceramente sufrió el pueblo, digamos, les pegaron y los agarraron como presos. Entre aquí y Huazulco se llevaron 60 personas varones como reos y los metieron a la cárcel (…) se fueron casa por casa y hasta con una señora, que estaba bañándose en su cuartito y la llevaron así, encuerada.

A la Escuela Normal Rural, que ha sufrido represión, amenazas y secuestros, Don Pablo la concibe como un logro que la comunidad está dispuesta a defender:

La escuela nació a base de lucha del pueblo y por eso, con orgullo, Amilcingo, siempre nos hemos apretado el cinturón, no le hace que nos repriman. Ora sí nos han dado los cocolazos pero también les hemos dado. Yo ya estoy viejo pero no me hecho pa’trás, me gusta ser combativo y estoy con mis hermanos, de mi raza, luchando por un derecho.

El 20 de agosto de este año, el comisariado ejidal realizó un acto más de complicidad con el despojo y ha violado las actas que certifican que los ejidatarios no quieren al gasoducto. Frente a esta situación, los ejidatarios desconocieron su cargo y él abandonó la comisaría, aunque está intentando regresar.

Hablando de la lucha zapatista revolucionaria, en contraste con las personas que están a favor del megaproyecto, Don Pablo nos habló sobre los sentimientos que le afloran al pensar que se están entregando las tierras a las empresas y que el gobierno está desarticulando los derechos colectivos de los pueblos con las nuevas reformas:

Ellos [las personas del pueblo que están a favor del megaproyecto] quieren dinero pero ¡no saben! (…) Porque un pedacito de tierra no nos lo dieron de buenas a primeras, es que se ganó con sangre, quitárselo a los extranjeros, y ahora estos canijos ¿lo van a entregar en una charola de plata?

La barranca: territorio escondido

El área urbana de Amilcingo está delimitada al oriente por una serie de profundas barrancas que traen agua desde las faldas del Popocatépetl. Éstas se juntan con el Río Grande a la altura de Axochiapan y en el estado de Guerrero alcanzan las aguas del Río Balsas, que desemboca en Lázaro Cárdenas, Michoacán. Al adentrarnos en este lugar de particular belleza, entendimos por qué los habitantes de Amilcingo recelan tanto su comunidad y pudimos compartir con algunos bañistas el temor de que se contamine el río a causa del gasoducto.

Dulces comunitarios

Dulcería Sanarte, familia Velázquez. El enmielado aroma de la cocina sofoca y cautiva los paladares desacostumbrados, mientras Jorge Velázquez comenta sobre uno de los pilares económicos de la comunidad que es la elaboración de dulces de amaranto, por lo menos desde hace 20 años. Alegrías, obleas, palanquetas, galletas y panqués, están listos para su venta.

En 2013 comenzó el proyecto de radio comunitaria en Amilcingo. «Al principio no vimos tantas dificultades, sólo que los vecinos se quejaban mucho de que todos los domingos a medio día se comenzaba el programa en la bocina y terminábamos hasta las 4 o 5 de la tarde», cuenta Fanny, quien participa como locutora actualmente.

Las primeras emisiones trataban sobre la historia del pueblo y sus luchas. Por ejemplo, la conformación del municipio de Temoac, en 1970, y luchadores sociales como el profesor rural Vinh Flores, Nabor Barrera, entre otros. Además de la formación de la Escuela Normal Rural Emiliano Zapata a raíz de la lucha por el acceso a la educación, en 1973.

Otro tema que se amplificaba desde las distintas bocinas en la comunidad, era sobre las leyendas, del territorio y cultivos como el cacahuate y el amaranto, un «alimento muy representativo de estos pueblos de Temoac», continúa Fanny.

Desde el 6 de enero de este año empezaron a transmitir en FM, los compañeros de Axocotzin Radio los ayudaron a conseguir el transmisor, que se compró con las cooperaciones de la comunidad. «Iban dando de a poquito conforme tenían, hasta que se logró tener la cantidad requerida y todas las personas daban su punto de vista y su confianza para el proyecto».

A partir de esto, ya empezaron a hablar sobre el Proyecto Integral Morelos y sus perjuicios, del hostigamiento que han enfrentado por hablar de temas como el gasoducto, que se incrementó desde el mes de abril. Así como del despojo que sufrieron en las comunidades de Zacatepec y Tlaxcalancingo, Puebla –que son parte del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, Morelos, Puebla y Tlaxcala–; de cómo les afecta «porque son radios que también han sido voz del movimiento contra la termoeléctrica y el gasoducto».

«Otra cosa por la que también luchamos es por la libertad de los presos políticos de Puebla: Juan Carlos Flores, Enedina Rosas y Abraham Cordero». Fanny subraya que seguirán con su labor de comunicar y dar voz al pueblo, y que rechazan la nueva ley de telecomunicaciones, que acota mucho más la posibilidad de que existan ese tipo de proyectos autónomos.

Es importante que sea la comunidad la que gestione la radio porque no le pertenece a un grupo ni a una persona, sino de toda la comunidad y los aportes, según la posibilidad de cada quien, permite ser parte de ella.

Las voces de Radio Comunitaria Amilcingo se extienden «desde la montaña de Hueyapan, que es municipio de Tetela del Volcán, hasta Jonacatepec, así como las comunidades colindantes del estado de Puebla; son alrededor de 18 comunidades», de acuerdo con la joven locutora.

Al final de la entrevista, Fanny señala que uno de los aprendizajes del Encuentro «fue la posibilidad de trasmitir en internet y hacer trasmisión en vivo, y muchos otros que ya andamos poniendo en práctica».

Encuentro de resistencias

La comunidad náhuatl de Amilcingo representa una lucha donde además confluyen otras experiencias de lucha, unas cercanas otras lejanas, mas no ajenas. El encuentro del 22 al 24 de agosto de este año, entre radios comunitarias de varios estados del país con medios libres, autónomos o comunitarios, tiene importancia porque se trata de un nuevo momento y una posibilidad de transformar los modos de comunicación en una lucha más sólida y contundente.

Quienes dan vida y color a Amilcingo nos recibieron con alegría, fraternidad y esa manera tan cordial que tienen los pueblos campesinos de hacer sentir a las visitas como en casa. Nos mostraron sus tierras, nos permitieron caminar sus calles, entrar a sus casas, comer de su comida, nos dieron espacios para trabajar y para descansar, nos dieron protección y sobre todo, nos dieron el ejemplo de organización y resistencia que tenemos que captar para compartir con otras comunidades que se encuentran en situaciones similares.

El material presentado en este fotoreportaje, así como el siguiente video –y la declaratoria conjunta de medios libres y radios comunitarias– se construyeron durante los talleres del encuentro. Quienes aportaron su mirada y narrativa visual son parte de un esfuerzo conjunto por documentar y compartir nuestras diversas luchas, tanto en Morelos como en otras geografías, por lo que contar con un espacio de compartición de conocimientos es fundamental. Transformamos un espacio asediado por empresas y funcionarios en un lugar lleno de diversidad y creatividad.

Levantar los ojos, alzar la Voz

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