Sobre ruedas en una caja de arena movediza: Ciudad Juárez

Las tonalidades de un tarro de cerveza: café, amarillento, opaco, se resienten al interior de las Rutas, el  transporte público del desierto urbano que recorro, el cual aparece como la escenografía idónea, pues ambas brindan el mismo sabor amargo. El camino es seco, desteñido, polvoriento. Los respaldos de los asientos, como la frontera nacional que delimita la ciudad, dividen tajantemente a los usuarios. Quienes están sin estar. El silencio aturde, sólo se escucha el motor esforzado y el aluminio que envuelve al autobús rebotando insostenible.

Así, el vehículo parece hacer lo posible para que nadie se monte en él. Sus ventanas son reducidas y sólo hay una puerta a un lado del chofer para acceder y bajar del autobús. A través de esas pantallas transparentes, se transmite lo poco y único evidente en la ciudad.

Escasos árboles, deshidratados y anémicos. Construcciones de una misma altura que, en pleno día, no alcanzan a impedir el pisotón cotidiano del sol, el cual ahora apenas emite los primeros destellos y advierte su próxima incursión. El suelo llano se somete a la violencia sobre sí, a la sangre derramada, a los tiroteos, a pasos arbitrarios de militares y policías, a los arrancones, a las “Rutas” destartaladas y sus frecuentes carreritas por ganar el pasaje. Empresas, edificios de gobierno, fraccionamientos, maquilas, bares, centros comerciales, negocios clausurados.

Vamos rumbo al centro histórico. Éste, no tan céntrico, se ubica en los límites con el país vecino del norte. Famoso no por la arquitectura o por la historia que lo constituye, sino, en el mejor de los casos, por los establecimientos cesados a causa de las extorsiones. El pan de cada día. En el peor, es reconocido por las desapariciones de mujeres adolescentes, ahí concentradas desde hace aproximadamente 20 años. Y eso, sólo de acuerdo con lo difundido en la prensa.

Han pasado unos minutos después de las cinco de la mañana, aún no amanece. Mientras esperamos la “Ruta”, el frío acribilla sin reparo los abrigos y la piel; tal como un policía dispara a un presunto sicario, sin saber ciertamente si lo es; así como el que sí es sicario asesina a quien se le ordenó. El viento helado se incrusta por los poros y se esparce, como acostumbra a esas horas y en esa época del año, enero. En cambio, aquellos son indiferentes del tiempo y del espacio, lo hacen sin ton ni son.

Seguimos esperando, resignados. La tardanza de la “Ruta” se debe a que los choferes no tienen horarios fijos, pues carecen de salario. Entonces, todo depende de cuánto quieran y necesiten ganar[1]. No es como en el D.F. donde tienen tantas alternativas de transporte en un horario muy amplio y por todas partes –señala un amigo mío que vive allá y ha visitado la ciudad de México-. El trazado de la metrópoli se asemeja al del otro lado del muro fronterizo, así como las intenciones de transporte. Si tienes coche, la movida es fácil y rápida; en cambio, quienes andan a pie, se las arreglan como pueden. Primero, porque la cuota no es tan accesible: seis pesos; luego, las “Rutas” no transitan más que en avenidas principales o calles de segunda relevancia; y finalmente, sucede que el servicio termina aproximadamente a las siete y media de la noche.

Lo anterior, a partir de la ola de inseguridad de los últimos años, por no arriesgar a los transportistas, aunque sí a los transportados, ahora peatones. Y, por ejemplo, los estudiantes que salen a las ocho o diez de la noche de su última clase, no cuentan con un medio de transporte público. La única opción, el taxi, es impagable. Sólo si algún compañero “buena onda” te da ride a casa o te acerca, ya la hiciste. Si no, y de cualquier forma, para salir y moverse en Ciudad Juárez, sólo zapateando sobre esa caja de arena movediza. Podría optarse por no salir y quedarse confinados a sus hogares, sin embargo, también hay que vivir.

Por Xilonen Pérez Bautista

Agencia Autonoma de Comunicación (AAC)

 


[1] Luis Manuel Lara. La Despersonalización de Responsabilidades en el caso del  transporte público de Ciudad Juárez. Disponible en: http://www2.uacj.mx/icsa/Investiga/RNIU/pnencias%20pdf/Ponencia%20Luis%20Manuel%20Lara.pdf