Inicia semana cultural, política y de protesta en Cherán

Como cada año, los hogares de San Francisco Cherán abren sus puertas a propios y extraños que vienen a conocer la experiencia de autogobierno y seguridad comunitaria, emprendida a raíz del levantamiento del 15 de abril de 2011 contra el crimen organizado. Además de esta celebración que amenaza con desplazar –en términos simbólicos– a las tradicionales fiestas septembrinas de una patria sin cauce, se suman los festejos de pascua, convirtiendo a esta pequeña ciudad purépecha en un remolino de colores y emociones.

En vísperas del domingo de ramos, tuvimos la oportunidad de asistir a una actividad que se había visto disminuida en los últimos años: la fiesta de las palmas. Desde muy temprano, se juntaron vecinos y familiares de cada uno de los cuatro barrios que componen la cabecera municipal, para construir gigantescas palmas ornadas de telas, prendas y servilletas bordadas. En punto de las seis de la tarde, arribaron estos pesados artefactos hasta la plaza, donde ya los esperaba una multitud jubilosa. Los contingentes de cada barrio iban encabezados por la figura femenina de la jueztemba y por la figura masculina del tumbijuez, este último siendo designado por el cabildo eclesiástico en un acto que tradicionalmente tenía tintes pre-nupciales. Ahora, sin embargo, estas figuras representan sobre todo la comunión de un pueblo con su iglesia y con su territorio.

—¡Vaya que los familiares no escatiman gastos! —exclamó el presentador cuando entró a la plaza la palma del barrio primero acompañada de la Banda San Francisco. También al ritmo de sus propias bandas fueron entrando los demás contingentes, luciendo sus pesadas palmas.

Menos vistosas pero no menos importantes, unas extrañas cruces de troncos, ramas y frutas que sólo podrían cargar unos treinta hombres, hicieron su aparición. Estas “ramas de fruta” recorrieron la plaza de lado a lado con estrepitosos giros que hicieron tropezar a más de uno. El ambiente, ya cargado con la mezcla musical que producían las diferentes bandas, se alzó entre carcajadas y bailes, mientras algunos de los participantes aventaban frutas de la rama al público.

Sin fiesta no hay revolución

Aunque las actividades culturales terminaron por opacar el foro político-ambiental que debía inaugurar los debates de este tercer aniversario del levantamiento, no cabe duda de que sin este tipo de actividades, la lucha de los cheranenses por recuperar su territorio y su libertad hubiera sido simplemente imposible. En estas tradiciones están cifradas la solidaridad y el reconocimiento mutuo que son la base del proyecto comunitario: sin ellas, los habitantes tal vez nunca se hubieran atrevido a cometer la osadía de enfrentar a los talamontes y mucho menos a desafiar al Estado mexicano al cancelar la actividad de los partidos políticos y plantearse otra forma de organizarse políticamente. Hoy, a pesar de la urbanización del pueblo y la migración hacia Estados Unidos –principalmente Carolina del Norte–, Cherán es el único municipio sin presidente municipal, regido por un concejo de mayores elegidos en asambleas abiertas.

A tres años del levantamiento, faltando escasos meses para renovar a los integrantes de dicho consejo, las condiciones para mantener la autonomía y el proyecto de gobierno indígena siguen siendo adversas. El estado de Michoacán se convulsiona, la aplanadora priista se encuentra al acecho de los movimientos autónomos, y todavía no queda claro si la sociedad mexicana será capaz de superar a los malos gobiernos para construir otro México.

Hoy y en los días siguientes, veremos con qué elementos cuenta el pueblo de Cherán para resistir estos embates. Desde la Agencia Autónoma de Comunicación SubVersiones, estaremos cubriendo las actividades de esta «semana cultural, política y de protesta» en continuidad con el trabajo que hemos venido realizando aquí desde abril de 2011.

Series fotográficas (en orden): Kinoluiggi, Xilónen Pérez, Nicolás Tapia, Nora Hinojo y Regina López.
Texto: Jerónimo Díaz y Sari Dennise.