El magisterio en lucha no vive actualmente en el café descafeinado-con leche deslactosada de vida que suelen llevar las dirigencias sindicales. Quienes pasan los días y las noches en un plantón instalado en la explanda del Monumento a la Revolución, tienen que resolver las necesidades más inmediatas de alimentación y encontrar lugares aptos para descansar, necesidades sanitarias básicas y el fortalecimiento de su estructura organizativa. Mujeres y hombres, niños y niñas, familias enteras se mantienen firmes en su protesta contra la reforma educativa, firmes en defender su derecho a construir una educación distinta, firmes en debatir cuáles son las necesidades educativas de este país. Es la base del movimiento magisterial quien siempre resiste y aguanta las lluvias más duras de esta temporada (sean en el plantón o en sus estados de origen), es la base la que termina poniendo el cuerpo en las vallas que protegen las movilizaciones, son quienes trabajan con sus alumnos en escuelas mal equipadas. Es la base del magisterio la que ahora improvisa una vida cotidiana de marchas y tormentas, una vida en la que además de hacer valer su decisión colectiva, tiene que dar una imagen clara que rompa con los estigmas de la prensa comercial. Son estas personas, sencillas, de a pie, quienes ahora aparecen en esta galería fotográfica. Luego de que las fuerzas policiacas federales y capitalinas desalojaran al campamento del Zócalo, el nuevo campamento se fortalece cada día más.
Texto: Heriberto Paredes
Fotografías: Martina Oliveira
Dos profesores de la CNTE descansan horas antes de que inicie la marcha rumbo a la Secretaría de Gobernación. Fotografía: Martina Oliveiro
Una vendedora espera de clientes en las inmediaciones del campamento que mantienen profesores de la CNTE en el monumento a la Revolución. Fotografía: Martina Oliveiro
No al pacto traidor contra México. Fotografía: Martina Oliveiro
Un profesor improvisa un tendedero en uno de los lazos que sostienen las carpas del campamento. Fotografía: Martina Oliveiro
A pesar de las adversidades profesores de la CNTE intentan llevar su vida de manera cotidiana. Fotografía: Martina Oliveiro
Una profesora reparte comida en el centro de acopio que se ha instalado provisionalmente en el campamento de Revolución. Fotografía: Martina Oliveiro
Los maestros se acomodan sobre avenida de la República minutos antes de comenzar su marcha rumbo a SEGOB. Fotografía: Martina Oliveiro
En el campamento las familias de los maestros también forman parte de la lucha. Fotografía: Martina Oliveiro
La cotidianeidad entre marchas y plantón hace que día a día maestros y maestras de la CNTE compartan su vida en espacios muy cercanos o reducidos. Fotografía: Martina Oliveiro
“pensar es gratis, no hacerlo nos va a costar muy caro”. Fotografía: Martina Oliveiro
Fotografía: Martina Oliveiro
Un profesor de la CNTE lanza consignas en contra de Peña Nieto. Fotografía: Martina Oliveiro
“Gracias por tu apoyo”. Fotografía: Martina Oliveiro
“Sección 22, la única no hay dos”. Fotografía: Martina Oliveiro
Profesores de la CNTE lanzan consignas. Fotografía: Martina Oliveiro
Las vallas metálicas y un nutrido grupo de policías antimotines impiden el paso de la marcha hacia SEGOB. Fotografía: Martina Oliveiro
“El maestro luchando también esta enseñando”. Fotografía: Martina Oliveiro
Esta lucha no es únicamente por las conquistas sindicales de los profesores. Esto es de importancia nacional y no exagero al afirmar categóricamente, de seguridad nacional. Porque la «reforma educativa» es un eslabón más del proyecto entreguista y esclavista, que los pésimos gobiernos neoliberales han venido añadiendo a esta ya, larga cadena.
Se nos ha insertado el proyecto individualista y no colectivo inherente a una nación. Nos han atomizado, de esta manera nos han quitado cohesión, consecuentemente fuerza social. Acabar con esta, es su meta para lograr el sometimiento y autoritarismos total.