Por Carolina Saldaña
Imagen: Common Dreams
La huelga nacional de 2018 en las prisiones de todo Estados Unidos se inició el 21 de Agosto Negro —el aniversario del asesinato de George Jackson en la prisión San Quintín en California— y terminó el 9 de septiembre, 47 años después de la rebelión en la prisión de Áttica, en el estado de Nueva York. Dos fechas históricas en el movimiento revolucionario dentro de las prisiones del país.
El 17 de julio de este año, el artista, escritor y organizador Kevin ‘Rashid’ Johnson, del New Afrikan Black Panther Party, escribió un artículo que sitúa esta huelga en el contexto de varios actos de resistencia anti-carcelaria realizados desde 2010 en los estados de Texas, Georgia, Alabama, California y Florida. Rashid argumenta que está surgiendo un nuevo movimiento contra la esclavitud y las condiciones inhumanas en las prisiones. Ese movimiento, añade Rashid, está erosionando las estructuras de aislamiento impuestas hace casi medio siglo para acabar con el movimiento que existió en las décadas de los sesenta y ochenta.
Durante la Huelga Nacional de 2018, hubo acciones en por lo menos 36 instituciones en 17 estados.
Los resultados de la huelga nacional fueron anunciados el 13 de septiembre por Amani Sawari, la vocera pública del colectivo de presos-abogados Jailhouse Lawyers Speak (JLS), el cual ofrece asesoría jurídica a otros presos y presas, y ha tenido un papel clave en la coalición de presos que organizaron la huelga de 2018.
Al felicitar a todos los colectivos y personas que ayudaron a hacer de esta movilización un gran éxito, la vocera afirmó que bajo el liderazgo de las y los presos fue posible sumar los esfuerzos organizativos de cientos de grupos e individuos anti-carcelarios en diferentes partes del país; llamar la atención de un importante segmento del público sobre las intolerables condiciones carcelarias, y comenzar a poner las demandas básicas de la huelga en la agenda nacional. Además de los reportajes de distintos medios libres e independientes, la cobertura en los medios comerciales del país y del resto del mundo ha sido más amplia y, con frecuencia, más favorable de lo normal.
Entre las fuentes de valiosa información, destacan el periódico San Francisco Bay View, la página anarquista It’s Going Down, y la página de IWOC.
Los informes de acciones siguen llegando a pesar de las dificultades de comunicación, del maltrato a huelguistas y de las declaraciones de autoridades que han negado la realización de la huelga en sus prisiones. Esto ocurrió en Colorado, Florida, Georgia, Indiana, New York y Carolina del Sur, entre otros estados. “En Georgia, no hay ninguna huelga,” escribió la vocera del Departamento de Correcciones Joan Heath, en un mensaje típico.
En la calle…
Fuera de las prisiones, el International Workers Organizing Committee, (Comité Organizador de Trabajadores Internacionales, IWOC por sus siglas en inglés) y grupos locales organizaron acciones de solidaridad en por lo menos 21 ciudades para lanzar la movilización.
Durante los 20 días de la huelga en agosto y septiembre, se llevaron a cabo más de 100 manifestaciones de ruido, marchas, mítines, proyecciones de filmes, foros, seminarios, y noches para colgar grandes mantas, hacer graffiti, crear varias formas de arte, y escribir cartas. En momentos de represión, se organizó una lluvia de llamadas telefónicas para defender a los presos. Las acciones solidarias eran realmente impresionantes. En un mitin fuera de la prisión San Quintín en California, por ejemplo, casi 500 activistas participaron.
A veces las acciones se llevaron a cabo en el exterior de las mismas prisiones donde los presos actuaban, y en otros casos se realizaron cerca de otras prisiones o lugares indicados. En una manifestación de ruido afuera del Centro Metropolitano de Correcciones en la ciudad de Nueva York, por ejemplo, se parpadeaban luces de agradecimiento en el interior de la institución.
En el mundo…
A nivel internacional, los presos solidarios en la prisión de Burnside en Halifax, Nueva Escocia, en Canadá, estuvieron entre los primeros en expresar su adhesión a las demandas de la huelga y en protestar para exigir un trato digno como seres humanos.
En Grecia, 127 presos en la prisión Larissa colgaron una manta y enviaron un mensaje de solidaridad.
Y desde Palestina, el Frente Popular por la Liberación de Palestina (PFLP) envió un comunicado que enfatiza los motivos comunes entre esta huelga y su lucha desde las cárceles israelíes por la liberación de su tierra y su pueblo del colonialismo y la ocupación. El PFLP expresó también su estima por el gran George Jackson, “una verdadera voz de lucha”, y anotó que después de su asesinato, los poemas del poeta palestino Samih al-Qasem fueron encontrados en su celda. Saludan a las y los luchadores encarcelados del movimiento de liberación negra, incluyendo a Mumia Abu-Jamal, “cuyo internacionalismo y lucha basada en principios se conoce y resuena en todo el mundo”. Exigen su libertad y la de los presos políticos Leonard Peltier y Mutulu Shakur, entre otros.
¿Qué es lo que detonó la Huelga Nacional de 2018?
Originalmente, el plan era que la huelga estallara en 2019. La decisión se tomó luego de una batalla ocurrida el 16 de abril en la Institución Correccional Lee en Carolina del Sur, donde por lo menos siete presos murieron, seis de los cuales eran afroamericanos.
La vocera Efia Nwangaza del Free South Carolina Movement dijo en una manifestación afuera de la prisión: “Estos hombres perdieron sus vidas y hay muchos otros con heridas permanentes debido a la mala administración, el liderazgo irresponsable, los guardias y personal sin capacitación, el almacenamiento de seres humanos, el encarcelamiento masivo y las sentencias largas diseñadas a crear una cultura volátil en las prisiones”. Sus demandas incluyen una política de cero tolerancia para “el racismo, sexismo o cualquier forma de opresión o tratamiento inhumano.”
Según un integrante del IWOC, Cole Dorsey, cuando las prisiones se usan como almacenes, todos los problemas tras las rejas se multiplican. Al trabajar durante años por 13 o 18 centavos la hora, una persona se desespera, especialmente cuando no hay oportunidades para estudiar o capacitarse para encontrar un buen trabajo al salir de prisión. Con su teléfono celular, el ex preso ha ayudado con la comunicación entre diferentes organizadores dentro y fuera de las prisiones. Expresó su aprecio especial por el apoyo del San Francisco Bay View, el cual ha difundo las metas y acciones de la huelga nacional en periódicos enviados por correo a cientos de presos.
Sawari dijo que es cierto que la batalla descrita en los medios como “pandillera” involucró gente de varias organizaciones callejeras, pero lo que casi no se ha dicho es que el conflicto fue instigado por los guardias, quienes quitaron los lockers de un grupo de presos para después asignarlos a vivir en las celdas ocupadas por otros grupos. Las muertes de los compañeros podrían haber sido evitadas “si la prisión no hubiera estado sobrepoblada debido a la avaricia provocada por la encarcelación masiva, y una falta de respeto por la vida humana que es una parte integral de la ideología carcelaria de nuestra nación”, dijo la vocera de JLS.
Agregó que en vista de la situación volátil después de la batalla, muchos presos en distintos partes del país sintieron que no pudieron esperar para actuar. Se pusieron de acuerdo sobre diez demandas.
Las demandas
- Mejoras inmediatas en las condiciones de las y los presos y en las políticas de encarcelamiento, las cuales deben reconocer la humanidad de los presos hombres y mujeres.
- Cese inmediato a la esclavitud carcelaria. Todas las personas encarceladas en cualquier lugar de detención bajo la legislación de Estados Unidos deben recibir el sueldo prevaleciente en su estado o territorio por su trabajo.
- El Acta de Reforma al Litigio de la Prisión debe ser rescindido, permitiendo a los encarcelados un canal adecuado para abordar reclamos y violaciones a sus derechos.
- El Acta de Sentencia de la Verdad y el Acta de Reforma a las Sentencias deben ser rescindidas para que los encarcelados tengan una posibilidad de rehabilitación y de libertad condicional. Ningún ser humano debe ser sentenciado a muerte por encarcelamiento o cumplir una condena sin la posibilidad de libertad condicional.
- Un cese inmediato a los cargos excesivos, sentencias largas, y negaciones de libertad condicional por motivos raciales en contra de seres humanos negros o de color. Las personas negras no deben seguir recibiendo negaciones a su libertad condicional a causa de que la víctima de su crimen fuera una persona blanca, lo cual es un problema particularmente frecuente en los estados del Sur de Estados Unidos.
- Un cese inmediato al aumento de racistas leyes anti-pandillas en contra de seres humanos negros o morenos.
- A ningún ser humano encarcelado se le debe negar el acceso a los programas de rehabilitación en su lugar de detención debido a una etiqueta de “ofensor violento”.
- Las prisiones estatales deben ser financiadas específicamente para ofrecer más servicios de rehabilitación.
- Las becas Pell deben ser disponibles de nuevo en todos los estados y territorios de los Estados Unidos.
- Los derechos al voto de todos los ciudadanos que cumplen sentencias o detenciones preventivas en prisión, y de los “ex convictos”, deben hacerse válido. Demandamos representación. ¡Todas las voces cuentan!
La Convocatoria
El 24 de abril, JLS convocó a presas y presos en todas partes del país a participar en la huelga nacional que se llevaría a cabo basándose en las demandas acordadas, utilizando huelgas laborales, huelgas de hambre, sit-ins (protestas sentadas), y boicots de llamadas telefónicas y de artículos vendidos en el comisariado, dependiendo de la situación en cada prisión. También se llamó a simpatizantes fuera de las prisiones a ayudar con comunicaciones, acciones de protesta y difusión de las demandas.
Además, los grupos organizadores expresaron su apoyo por la campaña “Redistribuir el Dolor”, que había empezado con bastante éxito el primero de febrero de 2018.
Sus metas y tácticas fueron explicadas por Bennu Hannibal Ra-Sun, antes Melvin Ray, uno de los voceros principales del Free Alabama Movement junto con Kinetic Justice (Robert Earl Council) antes y durante la huelga nacional del año 2016. Cabe recordar que los dos organizadores fueron castigados duramente y trasladados a las prisiones peligrosas de Kilby, Limestone y Donaldson, donde han pasado mucho tiempo en aislamiento. A pesar de todo, los dos siguen en resistencia.
Redistribuir el Dolor
Al hablar de la campaña Redistribuir el Dolor, Bennu Hannibal dijo:
El 21 de enero de 2018, nuestro amado anciano, líder revolucionario y maestro, el Honorable Richard ‘Mafundi’ Lake volvió con los antepasados.
Ojalá su transición sirva como otra lección sobre la urgencia de nuestra situación tras estos muros y nos recuerde por qué no podemos esperar para comprometer nuestro todo a la lucha para poner fin a la esclavitud en América. Todavía somos, sin duda, esclavos y propiedad de otros por ningún otro motivo que el color de nuestra piel…
Hemos concluido cuatro meses de nuestra campaña bimestral de boicot…a las llamadas por cobrar, al comisario/botanas/paquetes de incentivos o a máquinas dispensadoras durante visitas. Nuestro objetivo es quitar fondos de los sistemas carcelarios y presupuestos gubernamentales para dirigir estos fondos a construir una organización nacional con el propósito y la agenda de poner fin al encarcelamiento masivo y la esclavitud en las prisiones.
Estos fondos nos ayudarán a generar y difundir materiales educativos y libros sobre el encarcelamiento masivo, la esclavitud carcelaria y la Enmienda Trece; ayudar a nuestros luchadores por la libertad encarcelados a hacer libros, artículos, poemas, artesanía y otros materiales para financiar nuestro movimiento; ayudar a desarrollar una plataforma de e-negocios para centralizar el financiamiento; y ayudar a financiar el desarrollo de nuestra propio app para consolidar y organizar toda la información de nuestro movimiento con un clic. Nunca seremos un movimiento de independencia si no establecemos una estructura independiente.
¿Cuáles son las acciones que se llevaron a cabo en las prisiones?
En el transcurso de la huelga nacional de 2018, las y los presos participaron de distintas maneras. En algunos casos sólo una o dos personas actuaron, mientras en otros, decenas o cientos de personas se sumaron a la movilización. Aun antes de la fecha del 21 de agosto, hubo protestas en algunas prisiones. Los estados que llaman la atención por tantos presos involucrados son Florida, Carolina del Sur, y Washington. ¿Por qué?
En Alabama, el 21 de agosto, Swift Justice informó a Al-Jazeera que los presos en su prisión estaban protestando al no presentarse para trabajar.
En Arizona, varios presos enviados desde Nevada empezaron una huelga de hambre el 21 de agosto.
En California, se inició una huelga de hambre el 21 de agosto por Heriberto García, quien hizo una grabación en su teléfono celular de su rechazo a aceptar comida. Cuando se enteró del menú, dijo: “Que sirvan burritos o no, este día no estoy comiendo. Estoy en huelga de hambre”.
En otra acción, un grupo llevó una huelga de hambre en la prisión de Lancastar.
En Carolina del Norte, alrededor de 100 presos se manifestaron con mantas que llevaban las palabras “Solidaridad”, “Libertad condicional”, y “Mejor comida”, mientras se llevó a cabo una manifestación en apoyo a la Huelga Nacional de 2018 fuera de la prisión Hyde en el pueblo de Swanquarter.
En Carolina del Sur, huelgas laborales y boicots han sido confirmados en las prisiones de Broad River, Lee, McCormick, Kershaw y Lieber. Un boicot también se realizó en la prisión federal de Edgefield. Pregunta: ¿Todas estas acciones fueron planeados antes de la masacre en la prisión Lee? ¿O fueron una respuesta a la represión?
En Colorado, alrededor de 20 internos de la prisión Sterling empezaron a actuar a principios de agosto, antes del día 21, cuando iniciaron una huelga de hambre con demandas sobre el confinamiento en solitario, el castigo de todo un grupo por la acción de una persona, y la falta de programas educativos, entre otras.
En Florida, The Guardian reportó huelgas en 11 prisiones el 23 de agosto, mientras una semana después se confirmaron huelgas laborales y boicots en las prisiones de Charlotte, Dade, Holmes, Appalachee, y Franklin. Según informes de los presos, en Charlotte, 40 presos se negaron a trabajar y 100 hicieron boicot al comisariado. En Dade, entre 30 y 40 estaban en huelga, en Franklin entre 30 y 60, en Holmes 70 participaron y en Appalachee un número desconocido. ¿Por qué tanta participación? Tal vez porque tantos presos ya estaban participando en la Operación Push desde febrero.
En Georgia se han realizado huelgas laborales y boicots en las prisiones de Reidsville y Jackson. Cabe señalar que en la huelga de 2010 que empezó en Reidsville y se extendió a prisiones en todo el estado, la represión fue especialmente cruel, incluyendo ataques de los guardias con martillos, que dejaron algunos compañeros irreconocibles.
En Indiana, presos en una unidad de aislamiento en Wabash Valley iniciaron una huelga de hambre el lunes 27 de agosto para exigir comida adecuada y el fin de temperaturas frías en la unidad.
En Kentucky, un boicot fue confirmado en la prisión federal de Manchester.
En Maryland, integrantes de un grupo se negaron a trabajar en la prisión de Jessup.
En Michigan, un grupo de presos en la prisión de Alger, hizo un boicot de contacto telefónico y pagos a Global Tel Link.
En Misuri, por lo menos un preso estaba en huelga de hambre en la prisión federal de Leavenworth.
En la prisión Polk, por lo menos un preso fue castigado por declararse en huelga.
En Nuevo México, la tensión fue tan intensa en tres unidades de la prisión del condado de Lea financiada por la corporación privada GEO, que los presos encontraron imposible esperar hasta el 21 de agosto para actuar. El 9 de agosto, se declararon en huelga debido a la reducción de visitas familiares, el hostigamiento a familias durante visitas, la revisión al desnudo de familiares de mayor edad y el hostigamiento y abuso de internos. Como respuesta, el Departamento de Correcciones impuso un ‘lockdown’ —un cierre— en las 11 prisiones del estado el 20 de agosto. Pregunta: ¿La situación en las prisiones privadas siempre va a ser más intolerable?
En Nueva York, una huelga se realizó en la prisión en Coxsackie, y se llevaron a cabo una huelga laboral y boicots en la Institución del Este.
En Ohio, las autoridades de la prisión en Lucasville le quitaron el derecho de Siddique Hasan a llamadas telefónicas y le prohibieron comunicarse con gente en el exterior sobre la Huelga Nacional de 2018. Como respuesta, él se declaró en huelga de hambre. Presos reportan que las autoridades llegaron al extremo de poner bolsas de arena afuera de su celda para que no pudiera enviar o recibir mensajes e información. El preso político ha estado en el pasillo de la muerte en Ohio desde la rebelión de Lucasville en 1993, y desde su celda ayudó en organizar la Huelga Nacional de 2016.
También en Ohio, los presos en por lo menos un pabellón en la prisión supermax de Youngstown participaron en un ayuno durante los primeros días de la Huelga Nacional y un boicot del comisariado durante las tres semanas.
En la prisión de Toledo, por lo menos dos presos, David Easley y James Ward, empezaron una huelga de hambre el 21 de Agosto en solidaridad con las demandas nacionales y en protesta contra la violencia de los guardias y una falta de atención médica. Las autoridades los enviaron a una unidad de aislamiento y cortaron sus comunicaciones con personas afuera de la prisión, pero se supo que después de descontinuarla durante unos días, siguieron con la huelga aún después del 9 de septiembre.
En Texas, el compañero Keith ‘Malik’ Washington, director adjunto del New Afrikan Black Panther Party e integrante de IWOC, estaba en la prisión McConnell en el pueblo de Beeville, donde algunos presos participaron en una huelga laboral. Este año las represalias contra él empezaron alrededor del 15 de agosto, cuando lo pusieron en aislamiento. En su celda hecha de concreto con hollín en las paredes, la temperatura llegó a más de 38 grados Celsius. No pudo bañarse y no pudo comunicarse por teléfono. Desde su celda, hizo huelga de hambre. Dijo el compañero Malik: “Estoy bien despierto. ¿Y ustedes?”
Jason Walker, en la prisión de Telford, fue confinado en aislamiento a partir de julio cuando escribió un artículo sobre las condiciones inhumanas en las prisiones de Texas. El integrante del New Afrikan Black Panther Party también sufrió represalias por su ayuda en organizar la huelga nacional actual. No pudo bañarse o tener ropa limpia, toallas, o papel de baño. Desde su celda, hizo huelga de hambre.
Robert Uvalle, quien ha estado en aislamiento durante casi 25 años, hizo huelga de hambre en la prisión de Michael, donde otros presos también se negaban a comer.
En la prisión Stiles cerca del Golfo, dos presos en aislamiento hicieron huelga de hambre como parte de la acción nacional. El 23 de agosto, uno de ellos envió un mensaje a IWOC: “Me siento súper bien. ¡Pero tengo mucha hambre! No porque no tengo comida, sino porque durante 48 horas estamos en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas. Es la única manera que podemos mostrar apoyo desde la Segregación Administrativa. Avisen a todos que pueden contar con nosotros.”
En Virginia, un grupo de presos en Sussex II enviaron un comunicado que anunció dos ayunos de 24 horas cada uno. El texto publicado en Conscious Prisoner dijo que durante esos días, ellos se dedicarían al estudio, capacitación y organización en memoria de Jonathan y George Jackson, en el espíritu de los presos que se levantaron en la prisión en Áttica, NY; de los presos asesinados en la prisión Lee en Carolina del Sur; y de su compañero John Trans, asesinado por los guardias en Sussex II, quienes mostraron un flagrante desprecio por la vida humana. Al saludar a las y los luchadores sociales, instaron a todos a seguir perjudicando el sistema de esclavitud post-plantación.
En el estado de Washington, los inmigrantes encarcelados en el Centro de Detención en Tacoma realizaron tres huelgas de hambre sólo en el año 2018. El 21 de agosto, más de 200 presos se declararon participantes en la movilización nacional con una huelga de hambre y una huelga de trabajo. Exigieron la clausura de los centros de ICE, un fin a la separación de niños y niñas de sus familias y un fin a las detenciones y deportaciones.
Dos respuestas más a las represalias
Ronald Brooks, del proyecto Decarcerate Louisiana, había organizado una huelga laboral en la notoria prisión de Angola el mayo pasado y estaba ayudando a organizar la Huelga Nacional de 2018. Con un celular de contrabando había grabado un video desde Facebook en el cual un preso dice: “Estamos en contra de la esclavitud y estamos organizando para transformar nuestros guetos en comunidades y nuestras cárceles y prisiones en lugares de redención humana”.
A finales de junio, Ronald fue trasladado al Centro de Correcciones ‘David Wade’, una prisión aún más represiva que Angola en Luisiana, según algunos observadores. A su familia le cuesta trabajo visitarlo ahí y su madre ha denunciado su traslado como una represalia debido a la organización que estaba haciendo. No le sorprendió que su hijo empezó a denunciar las condiciones inhumanas en David Wade. “Aun estando encarcelado, Ronald siempre estará intentando hacer lo que pueda para cambiar las condiciones”, dijo.
Kevin ‘Rashid’ Johnson había planeado participar en la huelga nacional de 2018 en Florida, donde ayudó a organizar acciones a partir del 15 de enero bajo el nombre de Operation Push.
Como represalia por esto, el pasado 12 de junio fue devuelto a la prisión Red Onion en Virginia, “la escena original del abuso criminal”. Al llegar, fue asignado a la “unidad de tortura” que él había denunciado en 2010. Dijo: “Excepto por mí, todo el pabellón de 22 celdas está vacío, y desde que he estado aquí, a diferencia de otros presos, no me han permitido bañarme, tampoco tomar ejercicio fuera de mi celda”.
Pero Rashid no permaneció mucho tiempo ahí. El 10 de Julio fue trasladado a la prisión de máxima seguridad, Sussex II, en Waverly, Virginia, donde lo pusieron en el corredor de la muerte aunque él nunca ha tenido sentencia de muerte. En un artículo suyo publicado en The Guardian el 23 de agosto, dice que participará en un boicot del comisariado, haciendo lo que pueda para informar a la gente sobre la esclavitud en las prisiones, y apoyar a los otros presos que están en huelga. Dice: “Puede ser que me encuentre en el aislamiento total, pero estoy al lado de los hombres y mujeres que rechazan la esclavitud en América”.
¿Qué dice JLS sobre su análisis, demandas y opciones para actuar?
A mediados de agosto, Jared Ware, de Shadowproof, entrevistó a un(a) representante de Jailhouse Lawyers Speak, quien no reveló su nombre debido a la búsqueda y represión de los organizadores de la Huelga Nacional de 2018 dentro de las prisiones. Entre otras cosas, hablaron de la esclavitud carcelaria, el control social, y las demandas y opciones de cómo actuar en la huelga. Aquí ponemos unos extractos de la entrevista
JW: Hay varios análisis sobre el concepto de esclavitud carcelaria. Hay quienes argumentan que las prisiones no son la esclavitud, sino una forma de control social. ¿Cuál es su análisis de esto?
JLS: Creo que los dos son correctos… Son un mecanismo de control social y también de esclavitud.
Tengo que decir desde una perspectiva Nuevo Afrikana —porque muchos de nosotros, especialmente de JLS, venimos desde diferentes perspectivas culturales pero siempre de una perspectiva Nuevo Afrikana—: siempre me han enseñado que el sistema carcelario actual viene directamente de los días en las plantaciones.
Desde que los Africanos bajaron de los barcos… esa conexión ha sido definida con mucha claridad. Me acuerdo de cuando mi bisabuelo y otros hablaban de esto. La prisión es la esclavitud. Es algo que siempre hemos entendido. Claro, ahora es más sofisticado y algunas personas han intentado cambiar las palabras hasta que ha sucedido una desconexión.
Esto se nota con muchos de nuestros compañeros caucásicos. No han vivido la continuación de la esclavitud, por eso no lo entienden así.
Por otro lado, creo que algunas personas piensan que no vemos que también es un mecanismo de control social. Sí, lo entendemos y entendemos la relación con el capitalismo y cómo el sistema carcelario se ha extendido como negocio por todo el mundo. Pero me parece una grave injusticia ignorar el hecho de que sigue siendo una continuación de la esclavitud.
JW: Veo que las demandas esta vez son más comprensivas. La gente con distintas ideas y experiencias, ya sean radicales o simplemente personas a quienes les importan los demás, pueden ver que son asuntos de derechos humanos. También las opciones de acciones son más amplias. Quería darte la oportunidad de comentar sobre la estrategia de JLS y de las varias demandas y opciones de actuar.
JLS: Hablamos con un gran número de presos en diferentes lugares cuando intentamos decidir sobre las demandas nacionales. Al principio tuvimos alrededor de 30 demandas y queríamos tener una lista más corta. Queríamos ser justos e incluir cosas que nos afectan a todos. Y sí, definitivamente lo consideramos desde un punto de vista de derechos humanos.
Una cosa que vimos en la última huelga [de 2016] es que muchas personas sentían que no tenían la oportunidad de participar. Decían, “no todos trabajamos”. Varios estuvimos en una unidad bajo un ‘lockdown’ [donde los presos están cerrados en sus celdas sin visitas]. Otros presos simplemente no tenían trabajo, por eso no pudieron participar en una huelga laboral. Algunos tenían trabajo que no querían perderlo participando en la huelga, pero querían mostrar solidaridad con los demás presos.
¿Qué pasa, por ejemplo, cuando hay ‘lockdown’ en una prisión? ¿Cómo pueden participar los compañeros? En este caso el boicot es ideal. Entonces una de las cosas que decidimos fue hacer boicot. Y creo que el hermano Bennu abrió esa opción en su programa Redistribuir el Dolor. Lo revisamos una y otra vez y nos gustó porque se dirige al sistema y específicamente debilita sus economías. Es algo que queremos hacer.
Otros presos sin trabajo querían una acción un poco más visible y les gustaba la opción de la sit-in, una protesta sentada. En por lo menos dos prisiones hay gente que quiere hacer esto.
Entonces la huelga de hambre era para los que estaban en un ‘lockdown’. Podrían participar al negarse a comer, y así resistir y mostrar su solidaridad. Y esta etapa desde el 21 de agosto hasta el 9 de septiembre se trata de mostrar solidaridad de unos con otros.
Creo que al dar más opciones, tuvimos mayor participación.
Nuevas propuestas
El éxito de la Huelga Nacional de 2018 da un nuevo aliento a personas que quieren ver un mundo sin prisiones. Es especialmente alentador en un momento cuando hay oposición a políticas carcelarias cada vez más desalmadas, como hemos visto recientemente en el estado de Pensilvania con la prohibición de libros y cartas en las manos de presos o la propuesta en el estado de Nueva York de promover tele-visitas en lugar de visitas presenciales.
Mientras Trump aboga por más prisiones privadas, hay oposición a la privatización de los servicios médicos en muchas prisiones. A la vez, presos que habían ganado la salida de cientos de presos de situaciones del “confinamiento en solitario” en California ahora resisten el incumplimiento de acuerdos que limitaron esta forma de tortura. Mientras el Ku Klux Klan y grupos neo-nazis intentan hacer legítima la supremacía blanca que siempre ha existido en el país, grupos antifa y de derechos humanos los enfrentan. En este contexto, el éxito de cualquier grupo opositor da fuerza a todos los grupos que buscan la abolición de las prisiones y la emancipación en la sociedad. ¡Cuanta más comunicación exista entre estos grupos, mejor!
En un mensaje enviado el 16 de septiembre, la vocera Amari Sawari invita a todas las personas que apoyaron la Huelga Nacional de 2018 a seguir colaborando con Jailhouse Lawyers Speak y otros colectivos e individuos que están promoviendo las demandas de las y los presos.
Es de importancia especial organizar y participar en acciones para apoyar a los presos que están viviendo represalias, incluyendo: Imam Hasan, Kevin Rashid Johnson and Jason Walker.
Todavía hace falta difundir los logros de la huelga y reportar sobre las acciones que siguen en pie.
Habrá nuevas acciones este año, incluyendo otra Huelga Nacional y una Marcha Nacional para lanzar la huelga. JLS también promueve la formación de una Coalición Nacional para promover las iniciativas de los presos y un fondo para recibir donativos.
¡La resistencia sigue!