«Lo más importante es el derecho a la verdad». Llega a México la XIII Caravana de Madres Centroaméricanas en busca de sus hijxs migrantes desaparecidxs

Nadie deja su casa a menos que la casa te escupa
fuego bajo tus pies
sangre caliente en tu vientre
no es algo que alguna vez pensaras hacer
pero la guadaña quemó
amenazas en tu cuello
y aún entonces murmuraste el himno
bajo tu aliento.
«Hogar», W. Shire

 

Ojalá hubiéramos podido recibir a sus hijos e hijas como las estamos recibiendo a ustedes, con los brazos abiertos. Quiero insistir que este país, México, es un paraíso para los turistas que traen mucho dinero, pero es un infierno para los migrantes centroamericanos. El objetivo es encontrar a sus hijxs vivxs, porque vivxs salieron de allá y vivxs los queremos de regreso. Gracias por enseñarnos esta tenacidad, esta lucha. Que sus lágrimas, que se han derramado y se seguirán derramando, sean semillas, para que toda esta región de nuestros países se hermanen, en una sola causa, que es la causa migrante. Bienvenidas y bienvenidos todos y todas.

Fray Tomás recibiendo a la XIII Caravana en el punto fronterizo de Ciudad Hidalgo, Chis. Fotografía: SubVersiones

Con estas palabras, Fray Tomás González Castillo, del albergue de migrantes “La 72” ubicado en la ciudad fronteriza de Tenosique, Tabasco, saluda y recibe el grupo de 45 madres y 5 padres procedentes de Centroamérica y que llegaron, este viernes 1 de diciembre de 2017, a Ciudad Hidalgo, municipio de Suchiate, Chiapas.

Son las madres y padres de la XIII Caravana de Madres Centroamericanas en busca de sus hijos e hijas migrantes desaparecidxs, organizada por el Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM) y que se llevará a cabo del 1 al 18 de este mes, a través de 12 estados y 22 localidades de la república mexicana. El objetivo es, como siempre, buscar a ciento de migrantes procedentes de Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, que han desaparecido en algún punto de la ruta migratoria hacia Estados Unidos. También es la ocasión para denunciar las condiciones, siempre más inhumanas, en las cuales este viaje se lleva a cabo. «Parece imposible», dice Fray Tomás, «pero cada año a los migrantes les va un poco peor».

Hay nuevas maneras de hacer daño a los migrantes, a parte de las que ya había, como los secuestros y las violaciones sexuales. Las autoridades siguen metidísimas y ahora hay un recrudecimiento del Instituto Nacional de Migración (INM), acá en Tapachula les acaban de negar el acceso a la estación migratoria al Centro Fray Matías, en Chihuahua hay una situación de verdaderas razias.

«La presencia de las agencias internacionales ayuda», dice Fray Tomás, “todo ayuda”. Sin embargo, a pesar de sus palabras, viendo situaciones como la de Tapachula o Tenosique, nos parece que las preguntas sobre la efectividad de estas organizaciones dedicadas a la protección de los migrantes siguan rebasando ampliamente las respuestas. En otras palabras, nos parece que todavía no exista una respuesta al interrogante principal y que es, al mismo tiempo, el más banal y sencillo: ¿por qué en cambio de invertir tanto tiempo y dinero en la maquinaria de la ayuda humanitaria, no se invierte por lo menos una parte de estos fondos en garantizar la sobrevivencia en los países de origen de los migrantes?

Una de las madres de la XIII Caravana enseñando la foto de su hijo desaparecido, Parque Miguel Hidalgo, Tapachula, Chis. Fotografía: SubVersiones

“Nadie deja su casa a menos que la casa sea la boca de un tiburón” escribía la poeta somalí Warsan Shire. Ella hablaba de África, pero lo mismo está pasando en América Central y no es cosa de este año, ni del pasado. Son décadas de vejaciones las que los pueblos centroamericanos cargan en sus espaldas, y que los llevan ahora a buscar una posibilidad de vida afuera de sus propios países. Ya en 2015, Marta Sánchez, fundadora del MMM, destacaba que «no tiene sentido seguir hablando de sueño americano, como si todavía fuera esa la motivación que mueve miles de personas a dejar el país».  Al tiempo que ponía en evidencia que:

Ya no se trata de migrantes sino de refugiados. En los años pasados, entrevistándolos resultaba que la mayoría salía de su país en busca de una vida mejor, de una oportunidad de trabajo, de la realización de este mítico sueño americano. En 2014 la causa principal del desplazamiento cambió y se volvió la violencia. Violencia física, mental, estructural. Violencia de los gobiernos centroamericanos hacia su población, violencia de los gobiernos del norte (México y Estados Unidos) hacia los centroamericanos. La gente huye de condiciones de vida que ya son inaguantables. Ahora ya no son sólo migrantes, ahora también son refugiados.

Este año, mientras esperábamos la llegada de las madres, sentadas en una banquita frente a las oficinas del INM de Ciudad Hidalgo, Marta confirmó sus palabras, y añadió que ahora «lo que llama muchísimo la atención son también las deportaciones, que están muy fuertes, y no sólo de Estados Unidos, sino desde México, que ahora está deportando más personas que el país del norte».

El problema con estas deportaciones es que a muchos lo están matando al regreso. Las maras los están esperando. Yo dije alguna vez que la sentencia de muerte de las maras no tiene caducidad, es permanente, y lo confirmo, porque están cazando a la gente para asesinarla. Y esto cada vez se está dando más, y siempre más hay gente que está tan desesperada que ya no sale para nada de su casa cuando la deportan. No tienen opciones, no saben qué hacer, es una olla de presión que se puede reventar en cualquier momento.

“Una olla de presión que puede reventar en cualquier momento”, dice.  Y, al parecer, en Honduras, está reventado justo en estos momentos.

Los cuatro días de conteos de actas y espera de resultados que siguieron a las elecciones presidenciales del pasado 26 de noviembre, resultaron en una protesta difusa en toda la nación y que culminó, en la noche del primero de diciembre, en un toque de queda ilegal en todo el país y el rompimiento de las condiciones de dialogo entre el gobierno y la Alianza de Oposición, en una capilar revuelta popular que se extendió a todos los sectores sociales. En estos mismos momentos no cesa el clamor contra el fraude electoral y contra los representantes de la dictadura del ex-presidente supuestamente re-electo Juan Orlando Hernández. Los enfrentamientos y desalojos de los plantones populares que el Ejercito y policías hondureños están llevando a cabo desembocan en verdaderas persecuciones con disparos de arma de fuego y, quien vive en la frontera sur de México, sabe que esto se convierterá, muy pronto, en una nueva oleada migratoria.

Este es el contexto en el cual se mueve esta decimotercera edición de la Caravana, que por eso es aún más importante, porque puede contribuir a denunciar tanto las condiciones de degrado de los derechos humanos en los países de origen de los migrantes como el “resurgimiento de políticas de extrema derecha que favorecen una retórica anti-inmigrante de odio y xenofobia”. Fray Tomás habla del “Efecto Trump”, a raíz del triunfo con el cual “se ha desatado una serie de eventos con las autoridades y la misma sociedad mexicana que se ha vuelto profundamente racista y discriminatoria, y que hace de los migrantes los apestados de siempre”.

Lo trágico, lo feo es que México tiene recursos, no sólo para garantizar los derechos a la salud, la educación y el trabajo a los mexicanos, sino también a los migrantes, pero el nivel de corrupción es increíble. (…) La dureza del Estado mexicano es impresionante, no tiene voluntad de proteger a nuestros hermanos migrantes y ahora que estamos con el tema del refugio lo vemos claramente en la decisión de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) de cerrar sus oficinas en Tenosique bajo el pretexto de las afectaciones por el sismo. Claro, el sismo nos ha afectado a todos, pero no es para que cesen las actividades. (…)

Que el sismo sea sólo una excusa para interrumpir las actividades de acompañamiento a los solicitantes de asilo lo confirma el hecho que, al igual que las instituciones mexicanas, también la organización de la Caravana ha sido afectada por los daños causado por los temblores. Sin embargo, esto no ha detenido ni a los activista del MMM ni a los familiares de lxs migrantes desaparedxs, que han decidido atrasar la Caravana pero no suspenderla. Comenta Marta Sanchez:

Esta Caravana se organizó en el marco de los terremotos que hubo en la Ciudad de México y en la zona del Istmo de Tehuantepec, y tuvimos muchos problemas, porque, primero, no sabíamos si la podíamos llevar a cabo, tampoco sabíamos cómo habían quedado los medios de comunicación, las carreteras, los puentes… y luego, por todo el descontrol que hubo en la sociedad, en términos de mirar hacia otros proyectos cuando estaba latente el de sobrevivencia. Así que nos costó la decisión de hacerla o de no hacerla, de retrasarla o no… y finalmente la retrasamos casi un mes, y decidimos no pasar por Oaxaca, porque justo ahí es donde más trabajamos y es la zona que está más destruida. Sin embargo, pensamos una nueva ruta, para tener un margen de maniobra por cualquier cosa, y también para tocar estados donde nunca habíamos parado por motivos de seguridad, como Michoacán, donde en cambio este año nos quedaremos a visitar la gente de Elvira Arellano [activista mexicana defensora de los migrantes], que desde siempre nos acompañan en nuestro caminar.

El viejo dicho que «queres es poder» se confirma para esta XIII Caravana que, como cada año, no enfrentará sólo las dificultades organizativas sino también las “amenazas mexicanas”, mismas que enfrentan los migrantes cuyos pasos la Caravana recorre. Un claro ejemplo es el «nuevo gobierno de Veracruz», del cual Marta desconoce su postura frente al movimiento en defensa de los derechos de los migrantes.

No hemos pedido reunión con el gobierno de Veracruz, pero ellos siempre se aparecen, siempre están presentes para decir lo maravilloso que son. Yo no sé si con este nuevo gobierno va a ser lo mismo… La caravana en Veracruz está en buenas manos, quien encabeza la recepción trabaja muy bien y nosotros vamos a dar una conferencia de prensa y vamos a decirle al gobierno de Veracruz qué es lo que pensamos realmente de lo que hacen, independientemente de si están o no están presentes. También en Acayucan tenemos una parada. Ya lo hemos hecho otras veces, pero hemos parado en el centro de detención migratoria, mientras que en este año vamos bajo los auspicios de una sucursal del albergue “Hermanos en el Camino” del padre Solalinde.  Ahí tendremos una conferencia de prensa, y seguramente van a estar muchas autoridades electas del estado. Luego vamos con las Patronas, donde nos vamos a reunir con ellas y con los familiares de lxs desaparecidxs en México, específicamente con el Colectivo Solecito. De regreso llegamos al Puerto de Veracruz, y nos vamos a reunir con las autoridades de la Procuraduría General de la República (PGR), vamos a comparar muestras de ADN, vamos a ver su registro, vamos a ver qué están haciendo, y vamos a ver que tomen nota, les vamos a entregar los resultados de muestras que tomamos en la Caravana anterior.

Pasos firmes e ideas claras. Hoy, 3 de diciembre de 2017, estamos al día 3 de la Caravana, las madres ayer visitaron cantinas y cuarterías de Huixtla, municipio aledaño a Tapachula, Chiapas y en estos momentos están visitando el centro de detención de Tapachula, exponiendo sus fotos en el parque buscando pistas. Como cada año estaremos atentxs a su andar por México, compartiendo sonrisas y lágrimas con lxs integrantes de esta XIII Caravana, porque como nos dijo Marta Sánchez «lo más importante es el derecho a la verdad».

 

Recorrido de la XIII Caravana – Click en la imagen para abrir mapa en googlemaps