20 años de impunidad

 

Por Débora Cerutti
Fotografía de portada de CEDOC

Se cumplen dos décadas del atentado en la fábrica militar de Río Tercero, provincia de Córdoba, Argentina.

En el año 1995 hicieron volar una fábrica de municiones militares para encubrir que de allí salían armas de manera ilegal a Croacia y Ecuador, que en ese momento se encontraban en conflicto bélico con Bosnia y Perú, respectivamente. Siete muertos, más de 300 heridos, centenares de casas completamente derrumbadas por la onda expansiva, esquirlas y bombas desparramadas por toda la ciudad. Al lado de la fábrica militar hay dos industrias petroquímicas, y a unos kilómetros, una central nuclear. Para el otro lado, está el pueblo de Río Tercero. Las bombas fueron direccionadas para este último, para que en esta creación del «accidente» evitar que cayeran sobre las plantas químicas, puesto que esto hubiera provocado la muerte de muchas personas más y que la ciudad fuera arrasada.

En el juicio que se realizó muchos años después de las explosiones, 17 imputados fueron procesados y luego sobreseídos en las causas de tráfico ilegal de armas. Entre ellos, el ex presidente Carlos Menem y el ex jefe del ejército Martín Balza, en funciones al momento de los hechos. Un crimen de Estado, planificado para eliminar pruebas de contrabando. Las responsabilidades todavía no han sido establecidas por la justicia cordobesa. Asesinos que andan sueltos. Verdad histórica que le falta al pueblo riotercerense.

Los rostros son lo que más recuerdo
la vecina mirando hacia el cielo
la señora rezando bajo un árbol
el que pasaba en la bicicleta haciendo señas
el espanto en el niñito de la casa de al lado
los perros chillando
el río tercero turbio
trozos negros de esquirlas por el cielo
el sol oscurecido por el humo
el puente lleno de gente cruzando
el espanto la incertidumbre
el olor a pólvora
la primer explosión
la segunda explosión

20 años no es nada
lo recuerdo como si fuera ayer
lo siento en la piel
y en los ruidos
las casas caídas los vidrios estallando
el proyectil a media cuadra de mi casa
grabado a fuerza de temperatura en el pavimento
la digna rabia del pueblo
que se mantuvo en quienes quisieron ver la masacre
crónica tv la prensa amarilla todos ellos
anunciando la desaparición del mapa de los habitantes
y nosotros escuchando todavía la radio
en la casa que nos refugiaron
al otro lado del río
lugar que luego supimos
fue minado por bombas que cayeron

El hongo de fuego
la mano de dios
todo eso se dijo luego
yo lo vi en vivo y en directo
un poroto al lado de hiroshima
pero en esa bomba nuclear pensé cuando tenía 9 años
porque había visto un documental por la tele
y hacía poquito le había preguntado a mi papá
terminando de comer un asado
en la primavera obrera riotercerense
con olor a fábrica en las reposeras
y la pelopincho con agua en el fondo del patio
que qué pasaba si explotaba la central nuclear
y que para dónde correr
y cómo identificar de dónde venía el viento
y yo me imaginé por la ruta cruzando campos sembrados
esquivando sojas y glisfosato
(aunque el campo todavía era un lugar para jugar y no para morir)
pero
y qué pasaba
no qué hacer
y por primera vez, en la respuesta de mi viejo
escuché la posibilidad de la tragedia
de lo impensable hasta ese momento

Mamá volviendo a casa en bicicleta
papá en la petroquímica escapando
hermano chiquito llorando
la yeye cuidándonos
los abuelos qué hacen
no fue ficción ni imaginación
estalló por los aires
la fábrica militar

Fotografía: Débora Cerutti

La escuela por suerte era después del medio día
siempre me costó levantarme temprano
quedarme dormida
llegar tarde
que un ratito más
que no, no me destapen
y 9 años y tareas de la escuela
y no me acuerdo si me despertó mi hermano
o la yeye que nos hizo el téconleche
y nos puso en la mesa unas galletitas de agua con dulce
pero nos levantamos temprano
y empezamos a tomar el desayuno
hermano buscando no sé qué en la habitación
yo sentada con el ventanal atrás
y que vení que se te enfría el téconleche hermano
yeye tendiendo ropa
y vino

la explosión

9 de la mañana
la más fuerte
y la otra
y la otra
y la otra
y la otra
y perdí la cuenta

y los vidrio de las muchas y grandes ventanas de mi casa
se hicieron añicos, se espolvorearon por la mesa
por el téconleche
por las camas donde dormíamos
por el piso
por el baño
y las persianas se doblaron
y se rajaron las paredes
y la onda expansiva
la onda expansiva
onda expansiva
¿y eso cómo se siente?

Fue un accidente
un accidente desgraciado
la eficacia de los funcionarios públicos
para dar respuestas mentirosas
y un presidente
fue el presidente
menem helicóptero patillas la r arrastrada
llegó rápido a lamentar las muertes
pero fue un accidente muchachos
no hablen de atentado, háganme el favor
que ilegal qué?
que la venta ilegal de armas a ecuador
en guerra con perú
croacia y bosnia dónde están
6500 toneladas de armamento militar
pero no se dan cuenta que soy el que los va a llevar a la estratosfera
créanme síganme no los voy a defraudar
y memoricen esto
fue un accidente

A 20 años de impunidad
no creímos
no perdonamos
sin justicia
sin responsables
con dignidad
que los cuerpos
que los pueblos
no olvidemos
el 3 de noviembre de 1995