Residuos de acciones + Migración interna

Por Natalia y Elis Monroy

La relación con nuestro cuerpo, con su historia, sus transformaciones, sus alcances y sus límites; la necesidad de reconocerlo para entonces también poder reconocer el de lxs demás, y comprender su espacio vital y su dolor. Reflexiones que requieren de un cambio de mirada para accionarse o tal vez, de ser testigxs de estos elementos en alguien más, alguien enfrente, alguien en el escenario.

Leonor Maldonado y Franghia Ballesteros, coreógrafas, interpretes, bailarinas, artistas escénicas, nos presentan dos piezas unipersonales en donde nos enfrentan con la relación que ellas han forjado con sus cuerpos.

Por Elis Monroy

Por Elis Monroy

En entrevista, Leonor Maldonado nos cuenta que después de haber trabajado para diferentes compañías de danza, necesitaba generar sus propias piezas, partiendo de qué era lo que ella quería decir y de qué manera quería hacerlo. Todo parte entonces de cuestionar la normalización de los cuerpos y del movimiento, buscando reflexionar sobre cómo nos relacionamos con el mundo a partir de ellos.

Su pieza, Residuos de acciones,  revisita las lesiones de su cuerpo y a partir de ellas, su historia. Consigue su nombre debido a los residuos que a pesar de estar ahí, no se alcanzan a ver; residuos que son quiebres en las historias y que nos llevan a lugares diferentes que no teníamos planeados.

A mi me interesa mucho ese lugar del error, de lo no planeado y de resolver, y así comencé a revalorar mis lesiones y  los caminos que no se hubieran abierto si no las hubiera tenido. Es un juego entre la memoria y el presente

Una de la obras que más influyeron en este montaje es, Dolerse: textos desde un país herido, libro de Cristina Rivera Garza en donde plantea que si no hay un proceso de duelo que pase por el cuerpo ocurre una inmovilización y el antídoto es que regresemos al cuerpo, sintamos el dolor que tengamos que sentir y accionemos a partir de eso.

La política de los cuerpos es un tema en común para ambas artistas, quienes plantean que en el momento histórico de violencia en el que nos encontramos es importante cuestionarnos la relación que tenemos con nuestro cuerpo y con el de los demás.

La pieza de Franghia Ballesteros, Migración interna, aborda a la migración más allá de un contexto social, sino como la necesidad inherente del ser humano por transformarse, en donde el nacimiento es la primera gran migración que vivimos.

Esta obra, que en un principio fue pensada para la ciudad de Berlín, fue creada en la Ciudad de México junto con Ernesto Malaca, compositor chileno. Durante aproximadamente tres meses, llevaron a cabo una compilación de los sonidos de la ciudad a partir de los cuales se sentaron las pautas para la coreografía.

La intención de la pieza es generar un estado en donde el espectador se sienta como parte de esta migración constante que tenemos todos los seres vivos. 

Franghia comenta que para ella la danza se refiere a algo muy primitivo, antes de lo estético, ya que al trabajar directamente con el cuerpo se cubre una necesidad humana y se conecta con el movimiento. Nos plantea que es a partir del movimiento que se descubren cosas en diferentes contextos, no nada más en el nivel de la habilidad física, sino también en otras maneras de percibir la vida y de relacionarse.

Ambas piezas se presentarán los jueves 5 y 12 de febrero en el recinto Un teatro, que se encuentra en Nuevo León #46, enfrente del parque España, en la colonia Condesa, Ciudad de México