Fotorreportaje de Alan Ortega
Texto por Heriberto Paredes
Este domingo 14 de diciembre de 2014, de manera muy similar a como sucedió a finales de febrero de 2013, un amplio número de autodefensas se levantó en armas en la región michoacana conocida como Tierra Caliente. Sin embargo, las demandas son diferentes a las que motivaron el primer levantamiento, ahora también se lucha por la liberación de 383 autodefensas que aún se encuentran presos en distintos penales del país, incluido el Dr. Juan José Mireles Valverde. Otra de las demandas es la salida del virrey Alfredo Castillo, comisionado especial para pacificar el estado, y por la extinción de las Fuerzas Rurales, cuerpo policiaco creado por el gobierno federal para incorporar a diversos grupos de autodefensas en la estructura institucional. Es preciso señalar que una cantidad considerable de integrantes del cártel de los Caballeros Templarios –identificados y denunciados por los propios autodefensas y habitantes de esta región– fueron cobijados en este cuerpo policiaco y, con el uniforme y el permiso de portación de armas, continuaron cometiendo abusos y crímenes impunemente.
Apatzingán, Buenavista Tomatlán, Tepalcatepec, Parácuaro, Cuatro Caminos, Peribán, Los Reyes, Huetamo y Uruapan fueron algunas de las poblaciones que vieron este nuevo alzamiento con más de 30 bloqueos. También, a lo largo de esta jornada, varios contingentes de las Fuerzas Rurales –en su mayoría, grupos de ex-templarios– hicieron acto de presencia en las calles y carreteras de la región y, tratando de sacar ventaja de la situación y confundir a la población, quemaron sus uniformes para «sumarse» al levantamiento y legitimarse frente a la gente. Por este motivo las autodefensas que se han mantenido como tales decidieron hacerles frente y evidenciar el engaño. Éstas son las complejas características que conforman el nuevo episodio de este proceso, el cual, sumado a la situación estatal y nacional, viene a intensificar el contexto socio-político en todos sus sentidos y dimensiones.
En la serie fotográfica podemos observar los bloqueos a vialidades que se llevaron a cabo en la carretera conocida como Siglo XXI en las afueras de Uruapan.
A diferencia de lo que Alfredo Castillo afirma ante los medios comerciales, el crimen organizado no ha sido frenado y por el contrario, se fortaleció entre las reconfiguraciones de grupos y bajo la máscara de la Fuerza Rural.
Existe una disputa por el control de ese territorio michoacano, sobre todo entre las autodefensas –que buscan la salida definitiva de delincuentes de sus poblaciones y una real aplicación de justicia en todos los casos necesarios– y los criminales que en ocasiones se muestran como fuerzas de seguridad del Estado, en otras como integrantes de Los Viagras (sicarios y criminales que, bajo el cobijo del gobierno y de los Caballeros Templarios continúan con actividades criminales y violentas) y en últimas, como autodefensas.
Un nuevo y complejo escenario vuelve a configurarse en la región de Tierra Caliente. No es fácil distinguir las acciones de un grupo y otro por lo que, consideramos, es necesario tomar con mucha prudencia las distintas informaciones que se van difundiendo. Por el momento dejamos este trabajo fotográfico que muestra una región en disputa, un territorio que no corresponde con la vida pacífica que quienes lo habitan, desean. El Estado mexicano miente –como acostumbra– en sus declaraciones de estabilidad y paz y es responsable de haber generado más violencia en lugar de asumir el papel de escucha y servidor del pueblo.
A continuación una entrevista con Jorge Vázquez, integrante de las autodefensas en el municipio de Aguililla y principal vocero de quienes se autodenominan ahora como autodefensas legítimas.