Porque aún nuestros días se bañan de sangre e impunidad

Texto de Marlene Mondragón

El contingente marítimo

Los contingentes al unísono cantaban, bailaban, corrían, gritaban consignas: la lírica de protesta tomó las calles.  Algunos venían de lejos, otros venían desde sus aulas. Estudiantes, campesinos, anarquistas, familias enteras. Todos confluyeron para recordar aquella trágica escena que marcó  al pueblo de México. 2 de octubre no se olvida… y no se nos puede olvidar a los mexicanos porque aún nuestros días siguen envinados de una dictadura. Un pueblo dizque democratizado. Porque aún nuestros días se bañan de sangre e impunidad.

Fotografía: Elena Gutiérrez

Fotografía: Elena Gutiérrez

El 2 de octubre no se olvida porque hay decenas de estudiantes desaparecidos en Guerrero. ¿Cómo olvidar entonces el 2 de octubre? Cada día sentimos la misma rabia como si volviéramos a vivir la masacre en Tlatelolco y vemos cómo la historia se escribe con la tinta sangre de nuestro pueblo. Cada día se bañan nuestras comunidades de zozobra por no saber dónde se encuentran sus hijas e hijos.

Fotografía: Paulina Moreno

Fotografía: Paulina Moreno

El 2 de octubre, las ratas se meten a sus alcantarillas, amurallan sus dinastías, ignoran el fuego de las calles, ignoran los puños que miran el cielo en busca de un cambio, ignoran la pintura fresca de los muros que vomitan hartazgo. El espíritu de las luchas que aplasta el gobierno con sus reformas y leyes absurdas resurge hoy, se hace presente, reivindicando el conformismo que enloda nuestra suerte.

Fotografía: Heriberto Paredes

Fotografía: Heriberto Paredes

A la voz del «¡Goya!», los estudiantes se hicieron presentes como cada año, ofrendando sus danzas y consignas a los compañeros muertos del 68 y a las nuevas generaciones que siguen sufriendo represión como un mal patológico, inherente al gobierno. Juntas se abrieron paso las universidades: Nacional Autónoma de México, Autónoma de la Ciudad de México, Autónoma Metropolitana, Pedagógica Nacional, la Escuela Nacional de Antropología e Historia y el Instituto Politécnico Nacional, entre otras.

La marcha comenzó en la Plaza de las Tres Culturas, avanzó por Eje Central y desembocó en la plancha del Zócalo.  Las consignas, las capuchas, las pintas, las porras, las danzas y los disfraces improvisados fueron la sustancia del tradicional 2 de octubre, que año con año renueva su rebeldía para expresar  las injusticias que nos joden cada día.

Fotografía: Heriberto Paredes

Fotografía: Heriberto Paredes

El pavimento se inundó de diversos frentes y organizaciones; algunas fueron: el Frente Popular Francisco Villa Independiente (FPFVI), la Liga de Trabajadores Socialistas (LTS), el Frente Nacional del Movimiento Urbano Popular (FNAMUP), Tejiendo Organización Revolucionaria (TOR), la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata-Centro (UPREZ), el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), el Movimiento de Trabajadores Socialistas (MTS), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), además del Heroico Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal.

La lucha del agua fue encarada por la Tribu Yaqui, que también se hizo presente, sus pancartas pedían la libertad de Mario Luna, vocero de la tribu, y de Fernando Jiménez,  integrante de la guardia tradicional.

Fotografía: Elena Gutiérrez

Fotografía: Elena Gutiérrez

El contingente libertario avanzó y peinó los aires con la consigna: «No somos Porros, somos anarquistas»; su postura no sucumbió a la violencia. Dieron paso con mantas roji-negras siendo fieles a su aversión por el Estado, sólo dejando a su paso algunos vidrios rotos y pintas.

Fotografía: Cristian Leyva

Fotografía: Cristian Leyva

Hay que destacar que el ambiente –durante la manifestación– fue tranquilo, no se presenciaron granaderos, aunque sí una vigilancia muy cautelosa por parte de elementos policíacos vestidos de civil. La mayoría de los contingentes tuvieron mucha precaución basándose en la costumbre histórica que tiene el gobierno de reprimir y violar los derechos de los protestantes.

Aspectos de la manifestación conmemorativa en Chilpancingo, Guerrero, la cual fue, sobre todo, una protesta contra la violencia extrema ejercida en días anteriores en contra de estudiantes normalistas. Los asesinatos siguen impunes y no se sabe aún en dónde están los desaparecidos. Aspectos del bloqueo que llevaron a cabo miles de normalistas en la Autopista México-Acapulco.

Aunque las manifestaciones en la capital mexicana no tuvieron el elemento de violencia que en años anteriores las ha acompañado, la tensión no cede: a todo mundo le parece sospechoso que la policía no esté en las calles imponiendo su supuesta fortaleza. Sin embargo, en otros estados del país las cosas suceden de diferente forma, son otros los mecanismos para conmemorar la masacre estudiantil ocurrida en 1968. Por ejemplo, en la ciudad de Chilpancingo –capital de Guerrero– los estudiantes de la Escuela Normal Rural «Raúl Isidro Burgos» marcharon indignados por las calles y concluyeron con un bloqueo carretero en una de las principales vías de comunicación, la carretera México-Acapulco.

Fotografía: Andalucía Knoll

Fotografía: Andalucía Knoll

Nuevamente un gran contingente marítimo se vislumbraba bajo el sol. Nuevamente no hubo presencia policial. Sospecha, tensa calma.

En la ciudad de Oaxaca, las manifestaciones ocurrende otra manera, llenas de rabia e indignación desde hace mucho tiempo, pero desde la afrenta represiva de 2006, las consignas se han vuelto más duras, más contundentes. No es para menos, cada vez que las organizaciones salen a las calles a manifestarse o a protestar, la policía ministerial sale con armas de grueso calibre y agrede a las personas; en aquella ciudad, la policía detiene, tortura y en ocasiones asesina a defensores de derechos humanos… ¿y en qué parte del país no es así?

El saldo de detenciones aún no es fijo, hasta las 5 de la mañana de hoy (3 de octubre de 2014) las cifras no eran exactas, muchos hablaban de 75 detenciones, entre mujeres y hombres, una lista confirmada de 20 personas circuló durante la madrugada y más tarde se informó de la libertad de todas las personas.

Muchas imágenes tratan de respaldar lo acontecido en la jornada del 2 de octubre en algunos puntos del país, mucha rabia y mucho dolor caminaron por las agrietadas calles para recordar un agravio más en la historia. Hoy se mantiene firme la exigencia de presentación con vida de los estudiantes desaparecidos el pasado 26 de septiembre en Iguala, Guerrero: ¿Dónde están?