La música es una sola…

La primera vez que escuché hablar de Protestango fue por los buenos comentarios de Manik B, de hecho, creo que fue él quien me presentó a Fideo, aunque sería impreciso afirmar algo así. Lo cierto es que a lo largo de aquellos primeros días en San Cristóbal de las Casas (en realidad los últimos del año), la idea de escuchar y conocer una agrupación con semejante nombre tan atrayente me apreció mucho más interesante que otras actividades propuestas con motivo de la invasión del centro del país a las silenciosas montañas de los Altos.

El trabajo nos abrumó lo suficiente y al final de cada día lo único que nos restaba era ordenar el material recopilado editar algo necesario para el día siguiente y salir a caminar en las fresca noche joveliana. La misma idea peregrina la tenían muchas más personas, por lo que al final sólo restaba conseguirse una esquina en un lugar y tomar algo de vino para calmar ciertos altibajos del clima.

En esas mismas noches caminaba Protestango sin que lo supiéramos…

Fue hasta aquel primer día del año, luego de su presentación en el Centro Cultural Edelo que nos encontramos y de alguna manera ya nos conocíamos o algo similar, resultó muy natural comenzar a platicar y a bromear. Entre el volumen alto de la fiesta y los gritos que dábamos para hacernos escuchar, Fideo nos dijo de su proyecto musical y nos dio una tarjeta. Acordamos hacer un pequeño clip en alguna plaza pública al día siguiente, algo muy improvisado y acústico tal vez pero en donde la reacción de la gente hubiera sido algo auténtico. Obviamente pensamos en los recovecos del mercado de comida de Jovel, ahí si tendríamos un público transparente.

Al día siguiente, con el ritmo acelerado de otras coberturas y de muchas entrevistas pendientes, con la cierta pereza que se presenta al día siguiente de los primeros días del año, con todo y eso, logramos platicar calmadamente acerca de la constitución de este proyecto musical que sus propios integrantes definen como “monólogos rapeados-Tango Hip Hop-Spoken Word”. Lo que compartimos ahora es el resultado de esta charla con aires de formalidad y con realidades de camaradería, es decir una plática que se buscó pero que se fue dando también, que permitió plantear ideas políticas muy claras, no por ello menos polémicas, hizo posible que dos bellas definiciones sobre música nacieran al calor de una entrevista. Y para rematar una pequeña presentación que posponía para un mejor momento aquella de la plaza del mercado. Nada como tener las dos cosas juntas.

No me gustaría definir el estilo musical con mis propias palabras y sí con las de quienes dan vida a este proyecto, propongo que se mire el video que resultó de este encuentro tan fortuito como fortuita es la vida y la música. Lo que abajo habita es tan sólo un anzuelo para que se animen a conocer el proyecto completo ya para que lo compartan con quien tenga esta necesidad melómana incontrolable.

Invitación sin remitentes para subirse a la “murga invisible”…