De formas y fondos: un análisis desde el interior del movimiento sobre las manifestaciones del 1 de diciembre en México.

Fotografía:Heriberto Paredes

Fotografía:Heriberto Paredes

Mucho se ha hablado de si hubo o no provocadores e infiltrados en las diversas movilizaciones del 1 de diciembre de 2012, de hecho, algunas fotos y videos donde se ve a gente vestida de civil con aspecto de manifestantes y armados con tubos y cadenas dentro de las vallas de la policía dan constancia de eso.

Pero ¿realmente influyeron los provocadores en el rumbo de la manifestación? Mi respuesta sería sí y no. Sí porque es obvio que los medios buscaban la fotografía para criminalizar la protesta y era igualmente obvio que esa foto se las iban a dar los provocadores, y no porque los contingentes estaban muy enojados y venían muy calientes de San Lázaro, no sólo por el hecho de que se había consumado una imposición largamente anunciada, sino también por la información -que hasta ese momento no había sido desmentida- de la muerte de un manifestante.

Mucha gente sigue impresionada ante el nivel de violencia con que se llevó a cabo la jornada sabatina, pero ¿es realmente tan difícil entenderlo?

Después de sendos fraudes electorales como los del 2006 y el 2012, muchxs jóvenes vieron cerradas las puertas de las vías institucionales como método de transformación social en un país hundido en la violencia y la miseria.

La radicalización de la protesta es una respuesta natural ante la falta de soluciones a los problemas que generan la misma y en este país los problemas a los que nos enfrentamos los jóvenes no sólo no encuentran solución sino que día a día se ahondan mas.

¿Quién puede negar que la democracia representativa ha fracasado en nuestro país y los partidos políticos no representan más los intereses de sus votantes y gobernadxs? ¿Acaso no es por medio de la violencia que el gobierno lleva “solucionando” los problemas sociales desde hace ya muchos años?

Los movimientos ciudadanos y algunos individuos han hecho oídos sordos ante la presencia inminente de grupos que han puesto sobre la mesa otras formas de lucha y han tachado tajantemente el uso de la violencia, a ellos les preguntaría:

¿Cuáles son esas formas de lucha pacificas, eficientes, correctas y al alcance de todxs de las que tanto se habla? ¿De que manera hay que hablar con las autoridades cuando se han probado todas las formas y solo han respondido con mentiras y represión?

Es hora de dejar a un lado las caretas y empezar a aceptar que hay grupos, colectivos e individuos a los que se le han cerrado todas las puertas y que han decidido llevar este conflicto hasta sus últimas consecuencias. Si el movimiento quiere entender las razones de lo sucedido en San Lázaro, Bellas Artes y la Av. Juárez, es necesario que abra sus oídos a estos grupos o terminará reproduciendo los mismos esquemas que han tensado la cuerda hasta este punto.

El día 1 de diciembre se cruzó una línea y es necesario que se abra una amplia discusión al interior del movimiento para que más allá de criminalizar a quienes optaron por el camino del enfrentamiento directo, se analice el como es que llegamos hasta este punto y cuales son los pasos a seguir.

Fotografía: Heriberto Paredes

Fotografía: Heriberto Paredes

Por Rafael Prime

There is one comment

  1. Anna Nina

    Mi impresión es que en muchos sectores del movimiento la gente llama a condenar severamente a personas que utilicen la acción directa como una forma de lucha y los ve simplemente como delincuentes protagonistas de simples actos de vandalismo y no como muestras de hartazgo y repudio al asfixiante sistema Neoliberal. Ademas, culpan directamente a los anarquistas de la represión y los descalifican a tal punto que los tachan de infiltrados o sujetos pagados para cometer disturbios. Hay voces que llaman a expulsarlos de cualquier otra protesta donde se presenten porque son la minoría mas repudiada por los que se han puesto la etiqueta de visionarios, políticamente correctos, hasta ejemplo a seguir como ciudadanos. Parece que es tanto el miedo a la represión que desde ya este movimiento trabaja para que los «violentos anarquistas queden en la carcel de por vida. Veo en ello al opresor y oprimido en uno solo, mezcla sometimiento y autoritarismo. La palabra rebelión adquiere un significado romántico, fantasioso cuyo empleo recurrente adorna discursos, eso, solo los adorna. La mayoria dira: Lo correcto es ser un movimiento pacifista y respetar Ley sin provocar un solo disturbio para que los medios de comunicación no nos tachen de violentos o algo peor. Ante que estamos? Miedo? Intolerancia, arrogancia, miopia política? De donde vienen las expresiones de arrogancia o intolerancia. Se han planteado un compromiso con la pluralidad, la diversidad, y respeto a las diversas formas de lucha? Van a seguir pretendiendo que con «diciplinar» a un grupo de jóvenes van a garantizan la paz social? Caray, si todos los «criminales» fueran como estos chavos anarquistas yo me quedos con ellos!!! y no con los porros del Peña Nieto y el General Naranjo y sus operadores israelitas. Estos jóvenes serian los mejores candidatos para construir una sociedad sin jueces, policías ni tiranos solo comunidades participativas con representación plural y horizontal.

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