La isla de Mezcala, situada al interior del Lago de Chapala en Jalisco, ha resultado un fuerte natural que desde tiempos prehispánicos, durante la Colonia, y tras la Independencia brindó a sus residentes la posibilidad de resistir ataques militares y sobre todo mantener la isla en manos de los pobladores que ahora la sustentan como bien comunal. Durante el siglo XIX se construyó en ella un fuerte militar que ha sido de los más importantes en México. Incluyendo prisiones y presidios, fue escenario de epidemias, incendios, saqueos y revueltas, además de ser habitada por presidiarios que fueron trasladados a la guerra contra Texas en 1835. Ya a inicios del siglo XX se mantuvo como una de las prisiones de alta seguridad, pero el aislamiento, la construcción de otras cárceles así como otros intereses terminaron por cerrarla definitivamente. Para los pobladores de Mezcala, la isla no sólo representa un trozo de tierra emergida, sino que su valor simbólico se remonta a los tiempos de conquista y dominación que le dan un carácter combativo no sólo por la ventaja natural que representaba resistir desde una isla, sino porque los mismos pobladores desempeñaron esa resistencia y sus descendientes ahora lo recuerdan. La nueva resistencia se genera desde ahora, cuando han surgido rumores de un intento de privatización de la isla para desarrollos turísticos e inmobiliarios siguiendo la misma dinámica que se da en la ribera Norte del Lago de Chapala en donde se están construyendo casinos, hoteles y estancias de lujo que hasta incluyen helipuertos. Pese a que estos planes se mantienen aun ocultos, es un hecho que Chapala y la ribera del Lago son un territorio muy codiciado en la era de los megaproyectos. Este es un sitio más que se une a la lucha de los pueblos en resistencia y por la defensa de sus territorios, ya que los pobladores de Mezcala no piensan en otra cosa más que en resistir.
Fotografías: Mónica Piceno