¿Dónde están?

Una madre me dijo: «Lo que no soportamos es vivir en la cuerda floja de la ambigüedad, si están muertos nuestros familiares que nos digan dónde están y nos entreguen los restos y si están vivos que nos los regresen ya». La respuesta del gobierno mexicano es tan pobre e inoperante como las limosnas de programas sociales que existen en el país. El contubernio de los distintos niveles de gobierno y de las autoridades (civiles y militares) es evidente: cada testimonio y cada historia es una muestra de dolor e impotencia al no recibir la atención debida. Lo que existe hoy en términos de invetigación y búsqueda es fruto de organizaciones como FUUNDEC/FUUNDEM (Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila/México), que a través de movilizaciones y de mucha resistencia avanza clara en su objetivo. La Marcha de la Dignidad Nacional fue una movilización que cientos de mujeres hicieron desde varios estados mexicanos (Chihuahua, Coahuila, Durango, Baja California, Tamaulipas y Guanajuato, principalmente), así como desde Centroamérica hasta la Ciudad de México para visibilizar esta terrible situación, que lejos de acabarse, aumenta. No nombramos las fotografías en protesta, ya que para el gobierno mexicano somos números. Ahora somos rostro e historia también.

Fotografías: Heriberto Paredes Coronel