Texto por Marcelo Becerra / Fotografías: Roger Araoz
El gobierno del presidente boliviano, Juan Evo Morales Ayma decidió aceptar en 2008 un préstamo del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES) por 415 millones de dólares para construir la carretera que integraría a Bolivia con Brasil a través del TIPNIS. El costo por kilómetro cuadrado sale, aproximadamente, a 1 millón 300 mil dólares: la carretera más cara del país. El argumento oficial pasa por la integración y el desarrollo del país andino-amazónico.
El 1 de agosto, el Estado adjudica la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos a OAS (empresa constructora impuesta por la BNDES, que impulsa la expansión de empresas brasileras a otros países), y lo hace con un sobreprecio de, al menos, 100 millones de dólares. Sin consulta previa, informada y de buena fe, el gobierno firmó un contrato “llave en mano” que permitiría partir, dividir, asfaltar, talar y depredar el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, acción contraria a la que estipula el convenio 169 de la OIT del que Bolivia es parte.
Pese a que el gobierno rescindió el contrato con la constructora el 10 de abril de 2012 no ha abandonado la intención de construir la carretera por el corazón del TIPNIS. La mañana del 15 de agosto de 2011, se inició la VIII Marcha en Defensa del TIPNIS luego de que 700 originarios amazónicos celebraran un ritual con la presencia de varias ex autoridades indígenas que efectuaron la Iº Marcha por la Tierra, el Territorio y la Dignidad: ellas y ellos eran los que iniciaron el proceso de cambio político, social y cultural que vive Bolivia, ellas y ellos marcaron el camino a la transformación histórica del país exigiendo la Asamblea Constituyente en 1990.
La movilización de Tierras Bajas provocó desconcierto y confusión en la opinión pública nacional e internacional. Por un lado, una marcha indígena que reivindica la defensa de la “Pachamama”, “la Última Casa Grande” y, por otro, un gobierno indígena que proclama internacionalmente los derechos de la Madre Tierra, pero internamente prioriza el modelo de desarrollo que él ha diseñado sobre el derecho de los demás. Comenzó así una campaña de minimización y desprecio a la marcha, argumentando la intromisión de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que no permiten el desarrollo del país. “Tenemos recursos económicos garantizados y aparecen algunos supuestos defensores del medio ambiente, mediante ONG’s que usan a nuestros hermanos para que no se construya este camino. Quiero decirles: quieran o no quieran vamos a construir este camino”, expresó Morales durante un discurso presidencial el 2 de agosto de 2011.