Golpizas

Texto:  Mumia Abu-Jamal
Foto: Fibonacci Blue / Flickr

Las escenas son, desgraciadamente, demasiado conocidas. Una persona es golpeada despiadadamente, implacablemente, por un policía o un grupo de policías.

Sale un video y, por lo menos al principio, la simpatía del público fluye hacia la figura de abajo, la golpeada.  Sin embargo, la contra-narrativa  no tarda en salir. La persona golpeada era beligerante, combativa, decidida a resistirse al arresto o, lo que es peor, drogada. Luego la historia desaparece.  Se acabó.

En California, una abuela de 51 años es aporreada por un policía quien le lanza más de doce puñetazos –una andanada de golpes.

En Palestina ocupada, el joven Tariq Abu Khdeir es golpeado, pateado y pisoteado por policías en uniformes negros quienes luego echan al niño aturdido dentro de un vehículo estacionado.

¿La abuela? Dice la policía que ella estaba jugando en el tráfico.

¿El joven? Dicen que andaba con otros chavos que llevaban cuchillos.

Sí, cómo no. Por eso, los golpean.

Los videos son escalofriantes. Rodney King sin garrotes. Delbert África sin rifles.

Son procedimientos operativos estándar. Es lo que hacen los policías.

Hasta que la gente vea los videos reales de los policías en acción, la policía y los medios de comunicación pueden restarle importancia a las golpizas. Pero estamos en tiempos de las redes sociales, y ves lo que ves: cerdos en acción, pegando a niños y mujeres –porque pueden hacerlo.

Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.

-© ’14 maj

8 de julio de 2014

Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org

Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com

Traducción Amig@s de Mumia, México