Texto: Mumia Abu-Jamal
Para millones de personas en Estados Unidos, la vida se reduce a un día tras otro de represión en pequeñas celdas bajo la mirada impávida del Estado.
Es una cruel ironía que sus cuerpos y sus vidas estén atrapados en un sistema que sólo sabe humillar y explotarlos mientras el discurso público está repleto de palabras como “libertad”.
Un complejo industrial carcelario sí existe y quienes más lo niegan son los que más ganancias sacan de él. Como el Mago de Oz, no se atreven a permitir que mires tras el telón.
Ahí, por diseño político y violencia jurídica, encuentras un poder indómito y desenfrenado que causa estragos en las vidas de la gente pobre –a nombre de “correcciones”.
¿De qué tipo de “correcciones” hablan? Simple y sencillamente, la represión, en que la gente puede pasar toda una vida en el “hoyo” de una prisión o vivir la brutalidad desnuda que se practica ahí bajo el amparo de la ley.
Gracias al “primer presidente negro” Bill Clinton [quien fue apodado de esa manera porque sabe tocar el saxofón, como truco electoral para ganar votos (NdT)], es prácticamente imposible presentar y sostener una demanda de derechos civiles en un tribunal. Cómo él demostró, sólo un presidente neoliberal responde a una ola de denuncias con cambios en las reglas para hacerlo más difícil levantar una demanda. “No cambien las condiciones; cambien las reglas”. Esto es el neoliberalismo.
Siguen vigentes esas mismas reglas hoy en día, porque no importa que haya un presidente con rostro negro en la Casa Blanca. A decir verdad, él no hace las reglas.
Las condiciones, las opciones de vida y las posibilidades post-prisión son cada vez peores para cada vez más personas.
Esta situación no cambia.
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
-© ‘14maj
14 de febrero de 2014
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México.
Publicado en PRISON RADIO.