En una entrevista para SubVersiones, Rafael Martínez Gómez habitante de la región de Tierra Caliente, Michoacán nos explica cómo ha ido avanzando el proceso de reconfiguración de las distintas fuerzas sociales implicadas en el alzamiento armado de varias poblaciones michoacanas. También habla acerca de la constitución de un Concejo Popular en el municipio de Chinicuila, aclarando que esto se da para ayudar a crear formas de participación ciudadana en un contexto demasiado vertical. Involucrado desde hace casi 20 años en el intento de crear movimientos ciudadanos en el municipio de Coalcomán, Rafael sostiene: “nos dimos la tarea de crear este Consejo por estar en medio de una guerra, fundamentalmente entre los Comunitarios y los Caballeros Templarios. La gente no armada teníamos que hacer algo».
Continúa, «un grupo de ciudadanos nos capacitamos para hacer reuniones y de ahí nos fuimos a las colonias, siguiendo el modelo de Cherán. Este Concejo sirve para sacar las necesidades del pueblo, de las colonias, sirve para que se discutan juntos los problemas, pero también tiene otro objetivo: que en un momento dado pueda convertirse en una especie de controlor social, que esté vigilando los recursos del ayuntamiento, del gobierno del estado, y sea la parte más organizada y conciente, más grande que el mismo ayuntamiento, de tal forma que la misma estructura vaya desapareciendo como ente representativo. Sirve para poder tener un control ciudadano sobre las autodefensas y la policía comunitaria, porque hay el temor que se pueda convertir en otro actor armado que tome el poder sobre la vida de la gente”.
Empezamos con esto una revisión de los distintos actores que conviven en el complicado contexto que, como anteriormente lo dejó claro el Dr. Mireles Valverde y ahora Rafael Martínez, lejos de distensarse se complejiza aún más. Nuestra intensión es ir desgranando lo que falsamente es un bloque social unificado, aunque no por ello pretendemos caer en las estériles -y sospechosas- versiones de los medios de comunicación corporativos, quienes dan credibilidad a los voceros del crimen organizado al igual que el propio gobierno michoacano. Presentamos la siguiente entrevista que se suma a la ya larga cobertura que hemos realizado en esta y otras zonas del Estado de Michoacán, esperamos con ello contribuir a clarificar un poco lo abigarrado de una guerra no debería existir, pero que la población ha tenido que sobrevivir.
Eso de las risitas cuando el entrevistado dice con bastante clarividencia que «lo moderno» sucede cuando se recuperan los derechos del artículo 10 de la Constitución de 1857. Derechos cercenados en la Constitución de 1917 y más tarde otra vez en 1973 por Luis Echeverría. Después de 100 años de Revolución mexicana, «lo moderno» sí, es 1857. Es para llorar que eso les dé risa…..