Activistas visibilizan sus luchas por encima del límite

Texto: Balam Pineda
Fotos: Jhaz Morales, Paula Gómez y Carolina Escoch

El 11 de agosto de 2018, en Culiacán, Sinaloa, se reunieron para hablar del agua, del aire y de lxs que nos faltan. Un puñado de desconocidxs les invitaron. Tampoco se conocen entre sí. Da lo mismo. Urge discutir estos temas, salir de las narrativas enajenantes. Para esto se congregaron activistas en Lugar De, espacio emergente de y para artistas y feministas que no desean hacer activismo en su lugar de origen.

Entre lxs convocadxs está el colectivo de madres rastreadoras de desaparecidxs, conocido como Sabuesos Guerreras, A.C. que agrupa a cien familias, y que encontró más de cinco mil restos óseos en una noria a las afueras de Culiacán, dos meses atrás. La opinión pública, en general, no se enteró. Isabel Bernal, principal vocera de las Sabuesos, lleva ya 19 meses buscando a su hijo Yosimar García Cruz, desaparecido en Culiacán. El colectivo no acepta ninguna ayuda de gobiernos locales, a quienes acusan de cómplices de la ruinosa situación en materia de derechos humanos que prevalece en la entidad noroccidental.

También está Nalleli Cobo, de tan sólo 17 años, culichi de nacimiento y angelina por crianza, es una joven y esperanzadora revelación en la lucha medioambiental en Los Ángeles, California. Nalleli, junto a la organización STAND LA (Stand Together Against Neighborhood Drilling, Los Angeles o De Pie Juntos Contra las Perforaciones en los Vecindarios, Los Ángeles), y otros colectivos locales en resistencia, lucha desde hace ya varios años para hacer retroceder a las corporaciones petroleras que extraen el hidrocarburo del patio trasero de miles de hogares, envenenando el aire que respiran más de medio millón de personas en uno de los condados californianos más importantes.

Finalmente, en el extremo del país pero todavía de este lado de la frontera y con 20 meses de resistencia a cuestas, se encuentra Mexicali Resiste, movimiento ciudadano que cobró notoriedad nacional e internacional por su lucha contra el despojo neoliberal del agua. El enemigo específico: Constellation Brands, corporación de origen estadounidense que pretende dejar sin agua a lxs mexicalenses para producir cerveza de exportación. La multinacional, desde luego, no está sola. Tiene por testaferro principal al gobernador panista Francisco «Kiko» Vega, quien no ha vacilado en emplear la represión contra lxs indignadxs cachanillas en los puntos más álgidos del conflicto.

Todxs ellos se dieron cita, presencialmente y por videollamada, en el encuentro «Reflexiones sobre el Activismo Transfronterizo», organizado por Jhaz Morales, Lugar De y Balam Pineda, el pasado 11 de agosto. La principal intención: socializar con el público, de manera amena y sencilla, las lógicas y objetivos de las resistencias que, desde las márgenes, no dejan de interpelarnos. El esfuerzo de convocatoria y espacio fueron gestionados de manera libre y desinteresada, con recursos de lxs propixs organizadorxs y mucha ayuda de compas feministas, artistas y otrxs solidarixs.

La primera en llegar, poco antes de las seis de la tarde, fue Nalleli Cobo, acompañada de tres generaciones de mujeres incansables: su mamá Mónica, su abuela Rafaela y su bisabuela Manuela de 101 años de edad, quien subió tres pisos para escuchar lo que su bisnieta tenía que decirle al público culiacanense. Isabel Bernal arribó con las demás rastreadoras al poco rato, lista para exorcizar nuevamente un poco del inefable dolor en su caminar como madre rastreadora. Finalmente, y después de varios problemas técnicos y de comunicación, Lugar De logró enlazar a tres integrantes de Mexicali Resiste: Oreandy, Eric y Txus.

La lucha contra los pozos petroleros

Nalleli, inaudita como es, abrió con la charla con fuerza: «tenemos que reconocer que, nosotros, la gente tenemos todo el poder». Desde los nueve años de edad cobró consciencia del grave problema de contaminación del aire en su comunidad, cuando sufrió una intoxicación por los gases emanados de un pozo petrolero de la empresa AllenCo, ubicado a menos de 15 metros de la ventana de su casa. AllenCo llegó a utilizar aromas diferentes en los gases tóxicos para evitar que los vecinos notaran el intoxicamiento. Como consecuencia, Nalleli padece asma actualmente.

Pocas personas en Lugar De dan crédito a lo que han logrado la también angelina, Mónica Uriarte –mamá de Nalleli– y Stand LA: cerrar temporalmente el infame pozo de AllenCo. Nalleli tenía entonces 13 años. Actualmente, la empresa está buscando reabrir el mismo pozo, amparados en la supuesta mejora en sus procesos para cumplir con los mínimos estándares en materia de medio ambiente.

A pesar de las amenazas de muerte recibidas después del cierre del pozo, el optimismo de Nalleli hoy goza de cabal salud. Su madurez y convicción de que el camino de la lucha es uno que vale la pena tomar, resulta incluso desconcertante para más de unx en Lugar De. Además, Nalleli ha aprendido que muchas veces la gerontocracia, el mundo de los adultos «sabios» y «experimentados», sólo en apariencia la toma en serio. No le importa mucho, ella sostiene que seguirá haciendo oír su voz, y concluye enfática: «no quiero que me vean como que sólo soy una joven, puedo hacer más cosas que sólo ser joven».

Nosotras no deberíamos ser activistas

«Muertas ya estamos… Somos zombies en esta ciudad». Al expresar esta sentencia Isabel Bernal nos muestra las fotos de las excavaciones que han realizado para encontrar a lxs desaparecidxs. Isabel no repara en el cansancio que puede significar rememorar el horror. Tampoco parece cansarse de desempeñar todos los oficios y profesiones que ha tenido que aprender para poder rastrear cuerpos: investigadora, policía, abogada. La fiscalía apenas y colabora con la revisión del expediente de su hijo y lxs demás desaparecidxs de las Sabuesos, cada dos meses. No hay un sólo avance en las investigaciones que haya sido generado por el gobierno. Hasta los perros de búsqueda para el trabajo de campo son proporcionados por una amiga solidaria.

La vocera sabueso no escatimó en reprochar a la sociedad culiacanense por la apatía e insensibilidad que le han demostrado en los donatones organizados, nuevamente por ellas mismas, para hacerse de materiales e insumos para las búsquedas. También hizo hincapié en las amenazas recibidas por las madres de desaparecidxs que provocan que, en la práctica, sólo entre 15 a 20 mujeres sean las que realmente hacen las excavaciones. De esas mismas excavaciones, en el cerro o en medio de la nada, las Sabuesos han sido expulsadas con lujo de violencia. «Nosotras no deberíamos ser activistas», recalcó Bernal.

A pesar de haber encontrado ya 17 cuerpos, las Sabuesos tienen que combatir el inmenso y permanente agobio de no haber encontrado aún a sus hijxs. Todos los días las Sabuesos continúan habitadas por el cada vez más hondo abismo de lxs desaparecidxs en México.

Mexicali Resiste

En enero de 2017 –mismo mes en que desaparecieron a Yosimar, hijo de Isabel–, después de la aprobación de una Ley de Aguas que privatiza el recurso hídrico y, al calor de la indignación popular por el gasolinazo y otros agravios, inició la revuelta en Mexicali, Baja California Norte. Desde un principio, la espontaneidad y la auto-organización de la gente, tanto en las calles como en redes, fueron las que arrastraron a Oreandy y Txus a sumarse al movimiento mexicalense. Fue «la inercia y la emoción la que nos llevó a construir más cosas», agregó Eric.

Oreandy compartió que después de la ineficacia de los supuestos primeros acercamientos de diálogo por parte del gobierno con Mexicali Resiste, la represión policíaca contra las movilizaciones no se hizo esperar. Oreandy pasó de ser una voluntaria que preparaba comida para lxs compas, a diseñar la propaganda del movimiento y colaborar activamente en las asambleas permanentes. Por su parte, Txus no quitó el dedo del renglón sobre la dimensión global capitalista detrás de la industrialización en Mexicali, en la que, hasta empresas desaladoras de origen israelí están sacando raja del despojo.

El encuentro también buscó humanizar a lxs activistas y vincularles entre ellxs y con el público, sin mediación. Isabel tomó la iniciativa de hacerle llegar parabienes a Mexicali. Txus y Eric correspondieron el gesto mencionando que en la capital californiana hace mucha falta visibilizar la lucha de las madres de desaparecidxs locales, y tender lazos con las Sabuesos sería el camino lógico a seguir. Más tarde, Oreandy pidió reconocer que todxs estamos en la misma lucha, contra el mismo enemigo: el mal gobierno.

Un espacio divergente para crear y discutir: Lugar De

En entrevista, Carolina Escoch, artista visual y feminista, compartió sus motivaciones y objetivos sobre el espacio que gestionan y los eventos auspiciados.

—Carolina, ¿cómo surgió la necesidad de crear Lugar De?

En un inicio se pensó sólo como un espacio de exhibición para artistas locales, incluso pensábamos que queríamos una galería comercial, pero en el entretanto nos dimos cuenta que había otras necesidades en nuestro contexto inmediato que teníamos que atender. En ese momento se acercó Paula Gómez, me presentó el proyecto de Womansplicando y a partir de ahí la invité a co-dirigir el espacio y a darle otro giro. Actualmente tenemos tres programas multidisciplinarios que para nosotras tienen la misma importancia: exhibiciones artísticas, Womansplicando y Fosfórica. Centramos nuestras actividades en lo performático, lo artístico y la divulgación, intercambio y construcción de discursos sobre problemáticas contemporáneas de la región; a través de estos programas buscamos generar vínculos entre artistas, investigadores, activistas y estudiantes.

—¿Cómo describirías el entorno en Culiacán para lxs artistas emergentes?

Decir que el entorno no es favorecedor sería muy cómodo. Sí es importante ser críticos al observar los pocos espacios que hay y su escasa programación anual tanto en las instituciones como en los proyectos autogestionados, pero eso no quiere decir que no esté pasando nada o que no podamos hacer algo para que suceda. Comúnmente los artistas deciden irse, pero ¿qué pueden hacer los que se quedan?
En mi experiencia, trabajando cinco años en el Departamento de Artes Visuales del ISIC (Instituto Sinaloense de Cultura) y además un año gestionando Lugar De, el primer problema al que nos enfrentamos es que los artistas no se acercan a darnos propuestas, o asisten muy poco a las actividades que hacemos, por esa razón hemos replanteado nuestras estrategias buscando hacer programas más inclusivos y multidisciplinarios.
Creo que, como gestores, nuestra responsabilidad es crear espacios y proyectos sólidos en la ciudad que nos permitan ponernos a la par del movimiento político, económico y artístico que exige nuestra generación, así como facilitar encuentros y foros de discusión y al mismo tiempo ser un espacio de experimentación para cualquier disciplina que quiera acercarse.

 

Al terminar el encuentro, Isabel retira de la pared, una a una, las fotografías con los rostros de lxs desaparecidxs, la acompañan adonde quiera que va. Lo mismo que la frase en la espalda de su blusa: ¿Dónde están?