Puentes, no muros

Por Terracería

«Puentes, no muros», podría ser el eslogan del festival de cine documental Meet The Docs, que por primer año se celebró en Forli entre el 2 y 4 de junio de 2017 una pequeña ciudad en la región de la Emilia-Romaña, al norte de Italia.  En las calles de esta ciudad, es común ver en las esquinas (en donde hay wifi gratuito) pequeños grupos de personas africanas, la mayoría francófonas, concentrados en sus teléfonos celulares, texteando o hablando en voz baja, probablemente con sus familias, esposas, amigos o hijas al otro lado del mar.

Si bien la comunidad africana es la de más reciente llegada a esta parte del mundo, no es la única; hindúes, bangladesíes, pakistaníes y alguno que otro afgano, se observan en las calles. Algo que es común a todos ellos es que resulta difícil encontrarlos mezclados, mestizados o remixeados. Los observamos a cada uno en su negocio, con otros que tienen su mismo color de piel o su misma forma de vestirse y representarse. Diversos grupos y comunidades comparten el territorio, o al menos eso aparentan. Al tratarse de una ciudad pequeña,  es más notoria la forma en que sus habitantes se relacionan o dejan de hacerlo y se puede sentir cierta segregación, impuesta o autoimpuesta hacia las diversas comunidades migrantes.

En este contexto, resulta por demás interesante y pertinente la selección de la primer edición de este festival. Se exhibieron ocho documentales con temáticas diversas pero también cercanas entre sí: migración, homosexualidad, derechos humanos, violencia política, cyberbullying, o recuperación de tierras en algún lugar de México. Una mirada íntima a los conflictos y reflexiones que desde la perspectiva del público europeo se consideran necesarias o urgentes.

Matteo Lolletti.

En un artículo publicado en la Revista Billy #2, Matteo Lolletti —uno de los organizadores del festival— escribe que esta primera edición del festival esta libre de cualquier compromiso: «puede decir lo que piensa y lo que piensa es que los derechos humanos y la libertad personal no son negociables, nunca, en ningún lugar del mundo, por ningún motivo».

Para Lolletti, la Italia post Berlusconiana goza de la herencia de la resistencia de los últimos 20 años. Una resistencia hecha de lo real, de la necesidad desesperada de historias que salieran del conflicto entre lo verdadero-falso de la representación de la sociedad del espectáculo. De historias que se convirtieran en historias que se emancipan de lo virtual de las narraciones tóxicas del postcapitalismo.

Para el festival es importante compartir imágenes verdaderas, pues el documental es un puente que sirve para tirar muros y construir nuevos puentes.

En esta búsqueda de narraciones cercanas emancipadoras, y frente a la crisis migratoria que se da a nivel global, uno de los documentales que llaman la atención es Les Sauteur, de Moritz Siebert, Estephan Wagner, y Abou Bakar Sidibìe.  En el filme se observan cientos o miles de migrantes africanos que esperan en las colinas de lo que podría ser la esquina de cualquier parte del mundo. En Melilla, un territorio español en Marruecos, un migrante subsahariano utiliza una cámara que lo acompaña durante sus intentos por saltar el muro, aquel muro que lo separa de la Europa, del primer mundo, de sus sueños de una vida mejor.

Vigilados por cámaras de seguridad, los africanos esperan pacientemente a que el momento sea propicio para saltar. Mientras tanto juegan futbol, recrean sus prácticas cotidianas, cocinan, cantan y bailan.  Al mismo tiempo, tienen que esconderse de la policía marroquí que, al igual que la mexicana o la turca, le hacen el trabajo sucio a las policías migratorias del primer mundo en el impedimento del libre transito de las personas.

Meet The Docs nos reúne frente a la pantalla, nos invita a reflexionar, a mirarnos, a entender un poco más de la condición humana y sus profundas contradicciones. También nos invita a encontrarnos fuera de la pantalla, a planear y buscar nuevas soluciones (y narrativas) a los problemas que nos aquejan todos los días, a seguir resistiendo en este mundo capitalista-patriarcal.

A pesar de los cientos de festivales de cine y documental que existen en el mundo, resulta necesario que se sigan construyendo espacios que —lejos de los reflectores, el mainstream y el esnob mundo del cine mercantil— busquen tender puentes que derriben barreras, o construyan catapultas que permitan saltar lo muros que el dinero y el poder levantan día con día para separarnos.

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