Escuchar el florecer: el canto semilla de Marisol Yáñez

Por Hada urbana (Melina Velázquez)

El pasado 18 de noviembre, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, caído el sol y naciendo una luna menguante, Marisol Yáñez presentó su disco «Flor de autonomía, canto semilla». Acompañada de David, el Pacha, Álvarez en las percusiones, Romeo en el bajo, Gallo Sánchez en la jarana y Lucy Sessions en los coros, Marisol nos hizo sentir, imaginar, vibrar, llorar.

Todas las historias que brotan del disco, dibujadas con música, comparten como hilos conductores el arte colectivo y el trabajo comunitario, especialmente con el proyecto «Kuikantos: nuestra música en nuestras lenguas» que consiste en componer canciones en lengua con niños de pueblos originarios.

En una mesa, se podían apreciar postales de fotografías de Pia Alba Villalobos de las comunidades, postales de dibujo de Mextli Molina y Julieta Albores, así como productos de colectivos de promotoras del buen vivir como «Las Pitayas» de Guanajuato y «Las Orquídeas» de Chiapas, con quienes la cantante comparte su caminar.

La música comenzó con «Hebras de sol», y con la historia de dicha canción, de las notas musicales emergió la imagen de un niño brincando y dando sus primeros pasos. Ese sería el primer paso adentro del corazón de Marisol, que toda la noche estaría a flor de piel, compartiéndonos sus caminares, sus historias, sus sentires tras de cada canción.

Cuan fácil fue caminar con ella, sintiendo dolor y un nudo en la garganta en «Mamita Lenca» dedicada a Berta Cásares; solidaridad para los compañeros de la voz del Amate y las normales rurales, principalmente Ayotzinapa en «Faena»; ver la luz de la esperanza con canciones como «Nuestra nueva educación» y «Flor de autonomía»; conectarse con nuestras raíces y enorgullecerse con «Abya yala»; imposible no mover el bote y antojarnos un chocolatito con «Ek Chuan» o bailar pausadamente con una rítmica «Serpiente canto de nube». Para, finalmente, cerrar la noche arrulladas por las potentes voces de Lucy y Marisol con «Tengo alas».

Se agradecen creaciones así, trabajos así, hechos con el corazón, llenos de creatividad, que dejan ver esa red que nos une a muchos, a los que buscan construir y crear de otras maneras, en otras dinámicas y con ello crear la magia continua de la esperanza, y qué mejor que esté decorada con ritmos y voces tan valiosas como la de Marisol.

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