Por Santiago Navarro F. y Renata Bessi
Pueblos indígenas, organizaciones y comunidades de barrios lanzaron, este miércoles 21 de abril, la Campaña en Defensa de la Madre Tierra, la Vida y el Territorio en el estado de Oaxaca. La campaña, lanzada nacionalmente el 10 de abril –aniversario luctuoso de Emiliano Zapata–, ha recibido hasta el momento la adhesión de 179 organizaciones y comunidades en todo el México y se extiende a 8 regiones del país, Centro (Estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala), Ciudad de México, Chiapas, Guerrero, Norte, Oaxaca, Occidente, Veracruz y la Península.
Ver aquí las organizaciones por región.
La tarea es combatir la desinformación y el argumento de que no está pasando nada con los pueblos y bienes naturales en todo México, explica Juan Carlos Flores, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala. «Vivimos el ataque sistemático por parte de un proyecto de desarrollo extractivo que no toma en cuenta a los pueblos indígenas y tampoco a los barrios y comunidades urbanas. Vemos un dispositivo de despojo y de expropiación. Estos proyectos no son para el desarrollo del país, pero sí para desarrollo de empresas trasnacionales», dice el vocero. «Estamos regresando a los tiempos de la colonia. Vivimos una economía de saqueo».
Mas que hacer la denuncia, el objetivo es contraponer los modos de vida y de gobierno de los pueblos alternos al modelo de desarrollo impuesto por el Estado. «Haremos visible las alternativas de vida y de gobierno que en los pueblos y ciudades estamos construyendo, para demostrar lo que es un verdadero desarrollo y que sí es posible otra forma de vivir en sociedad respetando la madre tierra y a nuestros hermanos, sembrando futuro, no muerte», sostiene el texto de la convocatoria de la campaña aprobado en diciembre del año 2015 en la asamblea nacional realizada en Tezontepec, Hidalgo.
Las reformas estructurales modificaron la estructura del Estado para despojar de sus territorios a los pueblos. «Las reformas estructurales pretenden acabar con las conquistas logradas por nuestros abuelos en la Revolución Mexicana, la reforma agraria que restituye el territorio del pueblo para el pueblo ha sido traicionada, hoy nuevamente están legalizando el despojo de las tierras, montes, aguas y cerros. Han roto el contrato social plasmado en la Constitución, que incluía los derechos de los pueblos indígenas, campesinos, obreros y de la gente pobre de este país», afirma la convocatoria.
Zonas Económicas Especiales
Las comunidades, movimientos y organizaciones en Oaxaca, que pertenecen a la campaña, rechazan las Zonas Económicas Especiales, aprobadas por el senado el pasado 14 de abril, a fin de promover el desarrollo en regiones del sur y sureste, bajo el esquema de créditos e incentivos fiscales a los inversionistas de capital nacional y transnacional en su mayoría.
De acuerdo con la página web de la Presidencia de la República, la ley facultaría para establecer en primer orden tres Zonas Económicas Especiales: la de Puerto Chiapas; la del Corredor Interocéanico, que abarcaría desde Coatzacoalcos hasta Salina Cruz, pasando por el Istmo de Tehuantepec y el puerto de Lázaro Cárdenas, que comprendería la zona limítrofe de Michoacán y Guerrero, es considerada una zona geoestratégica principalmente para la circulación de mercancías y recursos naturales.
La campaña en Oaxaca exige aún la cancelación de los proyectos mineros: San José y Trinidad Norte, impulsados por Fortuna Silver Mines, El Doctor, operado por la empresa Plata Real y la cancelación del proyecto hidroelétrico Paso de la Reina, en la costa de Oaxaca.
Modus operandi
Rose Dionisio, coordinadora de los Pueblos del Valle de Oaxaca, relata que en todos los lugares en que están imponiendo los megaproyectos, existe un proceso de hostigamiento y criminalización de las personas que están en defensa del territorio. «No sólo es la destrucción de la naturaleza, la apropiación de los bienes naturales. Hay presos políticos, procesos legales contra defensores de derechos humanos, criminalización, judicialización de la lucha, represión, desapariciones y asesinatos. Es una constante en estos proyectos», afirma ella.
«Bajo el pretexto del narcotráfico, han sacado al ejército a las calles, violando el artículo 129 de la constitución sobre el acuartelamiento que deben tener las fuerzas castrenses, y utilizan esta militarización para imponer los proyectos de muerte en nuestros pueblos y comunidades, contradiciendo la obligación que tienen las fuerzas castrenses de proteger la soberanía nacional que reside esencial y originalmente en el pueblo», sostiene el texto de la compaña.
Para José Luis Hernández, del Frente Indígena en Defensa de la Madre Tierra de San Francisco Xochicuautla, el Estado mexicano ha implementado un terrorismo de Estado hacia las organizaciones y pueblos que se contrapone a sus proyectos. «Se viola leyes, tratados internacionales, la Constitución. Hemos vivido represiones, persecuciones, hostigamientos. Hasta el momento 22 compañeros han sido encarcelados».
Salir de la defensiva
«Pasar de la defensiva a la ofensiva, tenemos que actuar ya, las consecuencias de esta nueva colonia comienzan a ser irreversibles. No basta con indignarse, con reclamar y exigir, hay que organizarnos de manera independiente, ir compartiendo saberes, identificándonos, fortaleciendo nuestra cultura. Tenemos que recuperar los valores comunitarios, reapropiarnos de eso que intentan despojarnos. Porque sin tierra y territorio la vida no es posible», sostiene el texto de convocatoria de la campaña.
Movilizarse
La campaña tiene algunas actividades ya programada para el año:
21 de julio–Foro de discusión sobre proyectos de desarrollo e inversión en Oaxaca.
22 de julio–Calenda. Fiesta en las calles por la defensa de la Madre Tierra.
29 de septiembre–Festival Estatal en Defensa de Maíz Nativo.
20 de noviembre–Movilizaciones regionales dislocadas.
Además de las actividades ya programadas, todos aquellos que están en contra de los agrotóxicos, los monocultivos y tratan de preservar semillas; todas aquellas comunidades que son avasalladas por megaproyectos energéticos (hidroeléctricas, eólicas, termoeléctricas, gasoductos, fracking), de infraestructura (autopistas, aeropuertos, trenes) y de minería; todas las comunidades que están siendo afectadas por la contaminación de la industria y otros proyectos de muerte; todos los barrios y colonias que en las ciudades resisten la imposición de grandes avenidas, megacentros comerciales, transporte masivo, desarrollos urbanos y basureros; todos quienes luchan contra el intento de volver mercancía las playas, los manglares, los lagos, los bosques y las áreas naturales protegidas, son llamados a integrar a la campaña y desarrollar actividades desde sus espacios.
Llamado
Las comunidades indígenas están a la vanguardia en la defensa de los recursos naturales, defiende Hernández. «Queremos decir que defendemos nuestro territorio, pero también defendemos bosques y defendemos agua. Y eso no es patrimonio solamente de las comunidades indígenas, es patrimonio de la gente que esta en la ciudad, de la gente que no es indígena. Es patrimonio de todos nosotros».
La campaña hace un llamado. «Defendamos la cultura de nuestros pueblos, el control de producir nuestros alimentos, reconstruyamos nuestros sistemas normativos y de gobierno, nuestras instituciones comunitarias: la autonomía y el autogobierno. Creemos nuestras propias leyes, porque cuando la ley es injusta, lo justo es desobedecerla».