Por TV Cherán y SubVersiones
En la madrugada del 29 de marzo, tres madres de familia y dos estudiantes normalistas de Ayotzninapa llegaron al municipio de Cherán, Michoacán. La comunidad purépecha fue el último punto de un recorrido realizado por dicha comisión, que visitó previamente a la comunidad indígena coca de Mezcala, a los pueblos nahuas de Tuxpan y Ayotitlán, en Jalisco, y a los de Santa María Ostula, en Michoacán. Este recorrido se organizó planeó en el marco del Primer festival mundial de las resistencias y las rebeldías contra el capitalismo, en el que los pueblos que integran el Congreso Nacional Indígena (CNI) acordaron que recibirían a los padres de los jóvenes desaparecidos.
En la tarde del mismo día, los pasos y las voces de centenas de comuneros y comuneras purépechas animaron a las calles en una marcha que recorrió los cuatro barrios que conforman al pueblo, para terminar en la plaza principal. Esta fue la ocasión para el pueblo de Cherán de manifestar su plena solidaridad con las familiares y los compañeros de los estudiantes desaparecidos. «Ayotzi, hermano, Cherán te da la mano» y «Ayotzi, aguanta, Cherán se levanta» fueron algunas de las consignas que gritaron las y los participantes.
Más allá de una relación de mera empatía, el encuentro entre Ayotzinapa y Cherán fue una oportunidad para compartir experiencias, análisis y luchas. Todas y todos reafirmaron la culpabilidad del Estado mexicano, no sólo en Iguala, sino en relación a la violencia generalizada que está sufriendo el país. Condenaron el uso de la represión como una clara estrategia de los gobierno para atemorizar y controlar a la población, así como para impedir los movimientos de resistencia. También subrayaron el papel que toma el narcotráfico en esa estrategia de dominio: aunque lo esté negando el Estado, bien saben que gobiernos, partidos y cárteles están trabajando de la mano. En sus participaciones, varias comuneras de Cherán recordaron que –además de todas las personas que fueron amenazadas, agredidas o asesinadas antes de su levantamiento– la comunidad tiene a cinco comuneros desaparecidos, desde hace más de cuatro años. Los estudiantes normalistas recordaron las fosas clandestinas que fueron descubiertas en el marco de la búsqueda de sus compañeros desaparecidos: «Después de eso, nos quedamos con una gran pregunta: ¿de quiénes son esos cuerpos? El Estado quiere que nos acostumbremos a vivir entre los muertos, ¡pero no va a ser así!».
Con mucha firmeza, las y los participantes reafirmaron su clara voluntad de seguir luchando, por sus desaparecidos, pero también por su presente y su futuro. Como pueblos indígenas, recalcaron la importancia de defender sus identidades y formas propias de auto-gobierno, organizándose fuera del sistema político partidista, construyendo autonomías. «¡Ni PRI, ni PAN, ni PRD!» y «¡No somos uno, no somos cien, pinches partidos cuéntenos bien!» entonaba el contingente, reafirmando su rechazo a las elecciones que están por venir. En este sentido, la experiencia del pueblo purépecha de Cherán K’eri quedó como un ejemplo a seguir.
La muerte de los partidos, es lo que demandan las condiciones que vivimos. Los gobiernos, son engendros de esos partidos. Por ahí es el camino, pero son peligrosos, porque tienen el poder político electoral, el poder económico y el poder religioso de su parte.
Estos poderes, dan forma y conforman al fascismo. Y este, como antaño, como ayer y como hoy, exige sangre para su adoración y fortalecimiento.
Por eso hay tanto caído, tanto desaparecido, tanta impunidad…!!!!