Por José Aureliano Buendía
Video tomado de facebook de Comité Informativo ESIME Zacatenco
No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía
y sin democratizar, por ende, su superestructura política
El proceso de la instrucción pública, José Carlos Mariátegui
Intempestivos y rebeldes, es así como miles de estudiantes del IPN han tomado las calles de la Ciudad de México durante las últimas semanas. Como un viento renovador y lleno de esperanza han arribado a la vida política miles de jóvenes, entre 15 y 25 años, en medio de un país abatido por la zozobra y el terror, producto de la violencia y la brutalidad del crimen organizado por el estado y fuera de él. El respiro que han dado al movimiento social en México puede ser definitorio para la historia del país.
El viernes 10 de octubre, los contingentes de las diferentes escuelas del politécnico –de los niveles medio y superior e incluso algunos centros de investigación, maestros y padres de familia– marcharon de la Estela de Luz a la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. Hubo una disminución notable en la asistencia, en comparación con la marcha en la que cincuenta mil jóvenes acudieron a tocar la puerta de la Secretaría de Gobernación (SG) y a encarar, con una tímida pero decidida rebeldía nacida en los barrios de esta ciudad, al mandamás de la política interna del país Osorio Chong.
Antes de llegar a esta histórica plaza que aún guarda entre sus piedras los gritos por la justicia negada en 1968, un contingente de menos de 10 mil politécnicos hizo paradas cerca de la Secretaría de Gobernación y de Educación Pública, para entregar la respuesta a lo propuesto por la SG, mientras un centenar de estudiantes, con batas blancas y paraguas en mano acudieron a las puertas de las dependencias, llevando el documento que sería firmado de recibido. Entre los contingentes se explicaba que se hacía así para no ponerle los reflectores a Osorio Chong.
Se acaban los días soleados para EPN
Al tratar de mostrar a los dos movimientos estudiantiles –de politécnicos y normalistas- como cosas completamente diferentes, el gobierno de EPN solo busca dividir la opinión pública pretendiendo raíces diferentes de un mismo problema: el de la incapacidad del Estado por satisfacer las necesidades y aspiraciones de los jóvenes de este país, negándoles la posibilidad que alguna vez representó el Estado de bienestar mexicano, de acceder a un salario digno. Pero más grave aún, el Estado mexicano no respeta el más elemental derecho a la vida de los jóvenes, mucho menos el de decidir sobre sus vidas.
Una fuente de ambos conflictos se encuentra en la profunda antidemocracia del régimen, que permea a todas las instituciones, y hace posible, por un lado, la designación de una directora que no representa a la comunidad universitaria; y toma decisiones a pesar de eso. Mientras por el otro permite la llegada a un cargo público a un sujeto encumbrado en el poder político local por la delincuencia organizada, encarnada en el grupo paramilitar Guerreros Unidos y solapado por los tres niveles de gobierno y todos los partidos políticos, especialmente por el PRD. Es por ello que la lucha de las y los chicos por la democratización del politécnico está cargada de un contenido altamente subversivo, en un país donde se ha vuelto una costumbre la imposición del estado y la empresa en cada uno de los aspectos de la vida pública y privada.
La celebración de los analistas políticos, alineados a la sala de prensa de la presidencia, sobre los buenos muchachos del IPN y su correcta manifestación se suma al “cordial” trato, en tanto estratagema política, que ha asumido el gobierno federal para apaciguar al movimiento estudiantil que le estalló en la cara. Esto ocurrió al mismo tiempo que una serie de dolorosos acontecimientos que desnudan –una vez más- la manera en que el Estado es uno con la delincuencia organizada y con las transnacionales que exprimen los recursos y a los pobres de este país generando un clima de tensión, que no permitirá una solución violenta ante las demandas de los estudiantes.
Pasadas las 3 de la tarde, como el final de un aguacero, iban disminuyendo los pasos de los estudiantes por el mismo camino que horas antes vería llover miles de piernas para exigir justicia por la masacre de 6 personas en Iguala, Guerrero. En esta tarde no se vería llegar a la marea de banderas guindas del politécnico, como tampoco sucedió el día 2 de octubre. Las razones de esta desmovilización de los contingentes estudiantiles del IPN puede buscarse entre la inocencia de los estudiantes y el discurso infundido desde el gobierno de no juntarse con los “violentos”, incluyendo el trabajo de los porros del PRI al interior del casco de Santo Tomas repartiendo volantes un día antes de la marcha del dos de octubre, firmados por la FET y la FENET.
En cualquier caso, esta posición contrasta con la de algunos jóvenes politécnicos que se han mostrado solidarios, en las calles y redes sociales. Lo que da muestra de una lucha política al interior del movimiento, entre las posiciones más reaccionarias e individualistas y aquellas solidarias y de mayor alcance.
Una banda de pueblo encabeza a la marea guinda de banderas. “SOY POLITÉCNICO», «Porque me duele la Patria en mis entrañas y aspiro a calmar sus dolencias”, podía leerse en el varías cartulinas, echas con prisa, haciendo eco del decálogo politécnico surgido en los años treinta del siglo pasado. Otros mensajes en lienzos más elaborados, se levantan con la frase: “Sepan los nacidos y los que están por nacer que nacimos para vencer, no para ser vencidos”, parafraseando el Che Guevara.
En su respuesta al documento entregado por la secretaría de gobernación, el cual es señalado como impreciso y carente de seriedad, la comunidad politécnica vierte el análisis de 3 días de discusión en las asambleas locales de las escuelas, que mantienen en paro sus edificios y deciden democráticamente el rumbo del movimiento.
La primera parte de la caminata trascurrió con los últimos rayos del sol, encontrando al paso por Reforma, a los miembros de la Tribu Yaqui, quienes realizarían una marcha minutos más tarde partiendo de la columna de la independencia. El contingente yaqui no dejo de apoyar a los estudiantes, recordandoles que este país está desbordado de injusticia, como aquella que mantiene preso a Mario Luna.
Entre gritos de Huelum
Apenas una semana antes, el vocero de la ESIA Zacatenco, insistía en la lectura de un pronunciamiento sobre el caso de Ayotzinapa. – “Antes de iniciar hay una solidaridad por parte de nosotros con los compañeros de Ayotzinapa, con los compañeros que tienen esa cuestión y que un gobierno ha reprimido una vez más, y que es el mismo PRI, el PRI que en el 68 mato estudiantes, en el 71 compañeros, es momento, vamos a tomar el posicionamiento que tiene la compañera de la Superior de Economía para que todos la escuchemos y en ese sentido vamos a poder avanzar compañeros”.
Sin embargo, dicho pronunciamiento tendría que leerse al final del acto, ante la prisa de Osorio Chong por escabullirse del templete, y antes de que pudiera hacerlo, la voz de una chica irrumpe
Los miembros de la Asamblea General Politécnica, del Instituto Politécnico Nacional, ante los hechos ocurridos en el municipio de Iguala Guerrero el día viernes 26 de septiembre del presente año, nos pronunciamos en contra de la represión de la que fueron objeto nuestros compañeros de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, miembros de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, durante la cual murieron seis personas, tres de ellos de dicha normal; además resultaron otras 20 personas heridas y recordemos que 43 siguen desaparecidas. Denunciamos que no es la primera vez que han sido víctimas del acoso policiaco por parte del gobierno estatal y municipal actualmente encabezados por el gobernador Ángel Aguirre Rivero y el presidente municipal José Luis Abarca Velázquez.
Recordemos los hechos del 12 de diciembre del 2011 donde fueron asesinados los compañeros Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús de la misma Normal Rural, por la policía federal, estatal y agentes ministeriales durante una manifestación en la Autopista del Sol México-Acapulco.
Ante la continua represión de la que han sido víctimas los estudiantes normalistas, nos solidarizamos y nos pronunciamos a favor de la aparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y que se esclarezcan los hechos y un castigo a los autores intelectuales y materiales de la masacre de Ayotzinapa.
Porque vivos de los llevaron, vivos los queremos
Daniel Solís Gallardo Orundo. Presente
Yosvani Guerrero. Presente
Aldo Gutiérrez Solano. Presente
La técnica al servicio de la patria. Presente
Los gritos de Huelum no dejaron de sonar cuando al pasar frente al palacio de Bellas Artes se dejó caer la lluvia sobre el centro de la ciudad, comprimiendo la marcha estudiantil que enseguida se cubrió con lo que estaba a la mano. De repente, las sombrillas de colores y las mantas sirvieron para proteger a algunos, otros, se divertían patinando descalzos bajo la lluvia por la avenida Lázaro Cárdenas, fundador del Politécnico en 1936, en una época en que el ideal de la educación socialista dio origen al IPN e impulso con ímpetu a las Normales Rurales, como la de Ayotzinapa.
En una segunda parada en la esquina con Belisario Domínguez, se acudió a entregar el documento a la secretaría de educación, cuyo flamante secretario, Emilio Chuayfed –cómplice de la masacre de Acteal en 1995- apenas ha salió a dar la cara a las demandas de los estudiantes, repitiendo el guion del secretario de gobernación, reconociendo al movimiento, como “sano y respetuoso” y llamándolos a volver a clases. Nada dice sobre como uno de los orígenes del descontento estudiantil se debe a la reforma educativa, con la cual Yoloxochitl buscaba alinear el desenvolvimiento del Instituto, a la nueva vida del país, esa donde se han privatizado todas la industrias nacionales, haciendo incensarios a los jóvenes altamente calificados para impulsarlas. Esas dirían, son ideas comunistas trasnochadas.
El último contingente de la tropa eran los chicos de la ESIME Culhucan, quienes parecía contestarle a los de arriba las preguntas que les quitan el sueño: “Porque el poli no es priista, porque el poli es comunista, y si el poli es comunista, que me anoten en la lista, llego el día, llegó el día, de tumbar a la burguesía. Legó el día, llegó el día, porque el poli es rebeldía, 1, 2, 3, Huelum…”
Una vez que la marcha se acercaba a la plaza de Tlatelolco, los huelum callaron, de repente las manos se alzaron con la V de la victoria en homenaje a los caídos bajo esas mismas piedras, a manos del ejército mexicano y los paramilitares de aquellos años, pero también por los caídos hace unos días, y los que como la lluvia de octubre no han dejado de caer, en Guerrero, en Tamaulipas, en todo México. Desde las ventanas del edificio Chihuahua, un escalofrío debió sacudir a los que observaban a los estudiantes caminar silenciosos bajo la lluvia, y estallar luego de un minuto de silencio en un estruendoso “Huelum”, grito de batalla que busca despertar a los muertos de este país.
Luego de que al inicio de la marcha algunos politécnicos no aceptaran la solidaridad de la sección 22, quien puso a su disposición una camioneta con sonido, el mitin en Tlatelolco sería con un megáfono que apenas se escuchaba y una chica de la Superior de Ciencias Biológicas subida en hombros declarando:
Al Instituto Politécnico Nacional, a los estudiantes de la UNAM, UAM, UACM y otras instituciones que nos han apoyado. A los directivos del IPN. A las autoridades del gobierno federal con quienes hemos mantenido dialogo. A la prensa nacional e internacional. Al Pueblo de México. Declaro lo siguiente no sin dejar de decir que por mi voz hablan muchos estudiantes politécnicos. Es en la década de los años 30 cuándo se ve materializado gran parte del ideario de la revolución mexicana, la función del IPN en 1936, y dos años más tarde la expropiación petrolera en 1938, son, podríamos decir sin miedo a equivocarnos, la culminación del movimiento revolucionario de 1910, y los proyectos más grandes para concretar la independencia tecnológica, económica y política.
La defensa del IPN y de la educación pública y de calidad son la lucha de México como país soberano y rector de su propio destino. En septiembre del 2004, quedara marcado en la historia como la fecha en que los estudiantes alzaron la voz, motivados por la aplicación autoritaria que pretendía una disminución de la matricula estudiantil, una enseñanza sin calidad necesaria para abaratar la formación de recursos humanos, así como el desmantelamiento de los derechos estudiantiles, como lo es el de la libertad de organizarse.
La modificación del reglamento del 2004 y de los planes y programas de estudio eran en esencia el intento para formar profesionistas con base únicamente técnica, dejando de lado los elementos científicos y tecnológicos. Todo esto aunado al cambio de planes y programas de estudio de nivel medio superior y superior, que las autoridades pretendían llevar a cabo sin el conceso de la comunidad politécnica. Lo que significaba un cambio en la calidad de la formación de los estudiantes, ante ello los politécnicos decidimos levantarnos en paro, porque tenemos claro que dichas medidas son parte de las políticas neoliberales que se han venido implementando en nuestro país, las cuales en el ámbito educativo buscan una mayor privatización, es decir, que sean las necesidades de mercado y no las necesidades del desarrollo nacional, las que determinen las directrices educativas. Ello entra en contradicción con los fundamentos que le dieron razón de ser al Politécnico.
Por estas razones compañeros, debemos tener claro que nuestra lucha es ante todo por el rescate de la educación pública y gratuita, y por una educación de calidad, donde se den mayores oportunidades a los jóvenes de nuestro país a tener acceso a la educación, lo cual redunda en un mejor país para todos.
Los politécnicos pedimos una respuesta más explícita a nuestro pliego petitorio, estamos conscientes de que algunas de nuestras peticiones requieren un poco más de tiempo para poder concretarse, es por ello que estos días, después de analizar las primeras respuestas gubernamentales y hacer el balance de nuestro movimiento dentro de todas las escuelas del politécnico.
Tenemos claro que hemos logrado objetivos importantes aunque no la totalidad de lo que buscamos, sin embargo nuestra lucha se dirige a una seria de transformaciones del politécnico, por lo anterior, adicional a nuestras primeras demandas nos pronunciamos por la conformación de un Congreso Nacional Politécnico, que se formara con la comunidad de cada escuela y de todo el Politécnico, como una instancia encargada de consolidar el logro de nuestras demandas pendientes, como es la mayor participación de la comunidad en la elección del Director General o lo relativo a la discusión de la posible autonomía la Politécnico. Así como la participación de la comunidad en la toma de decisiones relacionadas a la aplicación del presupuesto entre otras. En concreto suplirá como consejo al Técnico Consultivo, ya que como hemos visto esa instancia no refleja los intereses de la comunidad politécnica.
[… muchos truenos]
Por otra parte, damos las gracias a los que han venido a apoyarnos, sean estudiantes, trabajadores, padres de familia, pueblo de México.
Nuestra lucha es honesta y busca el rescate de la educación pública y gratuita, así como una mejor educación y particularmente la mejoría del politécnico. Adicionalmente no solo nos pronunciamos por nuestras genuinas demandas, sino que nos solidarizamos con los estudiantes de todo el país, particularmente nos unimos a la demanda de que se presenten vivos a los 44 normalistas de Ayotzinapa, porque la esperanza de un país son los estudiantes. Vivos se los llevaron, vivos los queremos. Condenamos el asesinato de los jóvenes que fueron masacrados y exigimos justicia para sus familias
La lucha por paz y justicia en este país está en uno de sus momento más álgidos desde hace muchos años, es necesario que la conciencia de estos jóvenes se temple y dejen de reclamarse apolíticos, que no cedan al gusto de quienes han intentado expropiar nuestra capacidad de hacer política y decidir sobre nuestro futuro y el de nuestro país. Que tiendan las manos y se miren en los rostros indígenas, que desde la normal de Ayotzinapa se levantan exigiendo justicia y que otro mundo posible. El domingo 12 de octubre se realizó un foro en donde la comunidad politécnica abre las puertas de sus edificios a los normalistas y al pueblo de México para explicar sus demandas y construir una página más de la historia que anhelamos, triunfante para los que de abajo somos.