Encuentro Nacional en Zacatepec: de la autocrítica a la articulación de la unidad

Por el Equipo de Comunicación del Encuentro Nacional Por la Defensa del Territorio, la Energía y los Derechos de los Trabajadores.

Fotografía: Lucero Mendizábal

Fotografía: Lucero Mendizábal

Poco más de 650 personas de alrededor de 100 organizaciones, colectivos y pueblos en lucha de los estados de Puebla, Tlaxcala, Morelos, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Guerrero, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Distrito Federal, Hidalgo, Michoacán, así como compañeras y compañeros de Guatemala, España, Colombia e Italia, se dieron cita en la Escuela Secundaria No. 36  de Santa María Zacatepec, Puebla, para dar inicio al Encuentro Nacional Por la Defensa del Territorio, la Energía y los Derechos de los trabajadores.

La bienvenida estuvo a cargo de don Agustín Severian del Frente de Defensa de la Tierra y el Agua de Puebla, Tlaxcala y Morelos,  quien  refirió a los megaproyectos como son los gasoductos, las termoeléctricas, las autopistas y los fraccionamientos que en estos tres estados están despojando de la tierra y apropiándose de los recursos naturales de nuestros pueblos. Invitó a centrar pasamientos y sentimientos, a llenarse de rabia para unirnos y hacer frente a los gobiernos que quieren imponer su proyectos que nos vienen causando desgracia y que no son sustentables.

Rodolfo Chávez fue el encargado de introducir al Encuentro a nombre del CECOP y de la Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos, AMAP; reiteró que este encuentro se propone ir más allá de las cuestiones temáticas o localistas; es integrar luchas diversas para dar una respuesta nacional sobre lo que está sucediendo en el país a partir de las contrarreformas como la energética y la fiscal a través de mecanismos como el Pacto por México que es una nueva forma de corporativismo. Quienes estamos aquí -dijo- estamos luchando por una integración independiente, por un proceso de articulación que dé una respuesta enérgica desde los pueblos sobre lo que se debe hacer en el país.

Por su parte,  Carlos Beas, de la Unión de Comunidades de la Zona Norte del Istmo, hizo una breve recapitulación de los planes de dominación del capitalismo salvaje y su modelo neoliberal en México desde 1992 a la fecha,  con la contrarreforma agraria que se ejecutó en el gobierno de Salinas de Gortari y la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pasando por el Plan Puebla Panamá, (actualmente Proyecto de Integración Mesoamericano). Refirió que dichas acciones iniciales del gobierno mexicano abrieron la puerta a una nueva invasión, a un neocolonialismo, dado que programas de despojo como el PROCEDE y las medidas de privatización desataron movilizaciones contra la nueva ofensiva del capital, pues se veía un gran peligro para la vida de los pueblos. A partir de ello de fueron articulando resistencias como el 1er Foro Mesoamericano de los Pueblos (Tapachula, México, 2001). Sin embargo desde entonces se ha constatado cómo en diferentes regiones se vienen generando grandes proyectos extractivistas, de infraestructura como autopistas, represas, tendidos eléctricos, minas, eólicos, etcétera. Haciendo un llamado a la autocrítica refirió que ante ello se siguen dando y surgen otras luchas heroicas, pero no es la lucha de un sector, no es la lucha de un pueblo; es una gran respuesta nacional que se debe dar, de manera inteligente, con una visión más allá de los intereses particulares, en un momento en que la patria nos está reclamando, concluyó.

Alberto Arroyo, de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC) hizo una síntesis sobre los tratados comerciales, megaproyectos y programas de integración regional. “Estamos en una situación en la que hacemos algo o nos quedamos sin país –inició- Ahora estamos viendo las consecuencias de lo que no se hizo antes, de apoyar las luchas contra las primeras ofensivas y por eso es tan importante hoy los espacios de confluencia, de articulación y dejarnos de tantas estupideces que dividen”.

Entrando al tema comentó que el TLCN, que fue el primer tratado, surgió del gobierno norteamericano a partir de un grupo de intelectuales que diseñaron un instrumento para mantener el modelo neoliberal independientemente de los gobiernos y los mecanismos bancarios internacionales. Para ello, inventaron, descaradamente, la “Constitución Mundial de los Derechos del Capital”  para que gobierne quien gobierne se encuentre protegido por un marco legal mismo que está por encima de cualquier constitución y limita lo que pueda hacer o no cualquier estado. Si existen conflictos, estos se dirimen en tribunales internacionales  y el costo de este proceso lo pagan los gobiernos nacionales. Otros tratados comerciales preocupantes incluyen un catálogo de delitos a modo de protección como la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN) de donde se desprende un acuerdo como la iniciativa Mérida para detener la protesta y militarizar los territorios.  La única forma de oponerse a este poder que se ha ido consolidando, es la que construyen las comunidades desde sus propias estrategias de resistencia en sus territorios priorizando la vida, la naturaleza y la comunidad como espacio de identidad y sentido de existencia.

La presentación concluyó con la intervención de Mario Galicia del Comité de Estudios de la Energía sobre la política energética en México y Centroamérica, expuso que no se requiere de inversión para rescatar a la industria Petrolera. De aprobarse la reformas energética y privatización de los recursos, este ingreso se perdería, iría la extranjero.

Por la tarde, las actividades se concentraron en las cinco mesas de trabajo en las cuales se discutieron posibles alternativas de articulación y planes de acción conjuntos. Así también, hubieron testimonios sobre las experiencias que en sus regiones estaban viviendo de manera más cercana, no sólo sobre las afectaciones que los megaproyectos causan en la vida, también reconociendo lo positivo de la organización comunitaria, de la revalorización del territorio y de otras formas para hacer política y comenzar acciones de manera frontal que se difundirán en la declaratoria final.

Las actividades del día sábado concluyeron a las 20 horas dando paso a la jornada cultural en  la que participaron grupos solidarios, trayendo música, teatro, canto y alegría a las personas asistentes. Uno de los comentarios más escuchados entre las personas participantes eran los nuevos rostros, la heterogeneidad que enriquecía la participación y el diálogo.

El Encuentro en Defensa del Territorio, la Energía y los Derechos de los Trabajadores es un espacio de encuentro y reencuentro con grupos diversos desde sus formas de sentir más allá de las diferencias, desde sus propias posibilidades creativas para construir opciones diferentes, compartir experiencias y reconocernos como personas deseosas de un mundo nuevo, más justo, equitativo y distinto en el que todas y todos podamos realizarnos, luchar por nuestros sueños e intercambiar lo que sabemos porque es tan valioso como lo que pensamos.

Fotografía: Lucero Mendizábal

Fotografía: Lucero Mendizábal