Texto por Alejandro Amado y Heriberto Paredes / Fotografías por Alejandro Amado
Tal parece que se trata de una venganza, casi es imposible no pensar en ello. Desde que la comunidad recuperó alrededor de 1000 hectáreas de su territorio el 29 de junio de 2009 –fecha en que fundaron la encargatura de Xayacalan– hasta el día de hoy, las agresiones no se detienen, sean los distintos cuerpos policiacos estatales y federales, la marina y el ejército o los Zetas, la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios, siempre hay un verdugo.
A la comunidad no se le perdona el haberse atrevido a organizarse y empezar a recorrer un camino propio, lejos de partidos políticos y de mañas electorales. Con altibajos pero con mucha decisión y claridad, la comunidad nahua de Santa María Ostula luchó por la recuperación de su territorio y al mismo tiempo aseguró que estas tierras fértiles y llenas de minerales en el subsuelo no fueran explotadas por mineras extranjeras o por distintos grupos del crimen organizado que pretendían construir un nuevo puerto para mover la metanfetamina, cocaína y algunos otros productos. Ahí también entrenaban cientos de sicarios, ahí también se divertían jefes de plaza regionales.
Cuando se recuperaron las tierras y se fundó Xayacalan se demostró organización y fuerza y de ese tamaño fue la respuesta: tan sólo de ese proceso en específico se lleva la cuenta de 32 comuneros asesinados y 6 desaparecidos. No es la primera vez que se asesina niños en estas tierras, ya antes los Caballeros Templarios habían asesinado a una niña, sólo para dar un mensaje de quiénes eran los jefes en la región. Este domingo 19 de julio no fueron los sicarios los que mataron a un menor de edad, fue el ejército mexicano quien disparó contra la población desarmada. Fue bajo el mando del Coronel Samuel Nares Hernández, del 65 Batallón de Infantería (recién inaugurado el pasado 24 de febrero de 2015 en Coalcomán, tras una ceremonia con todo el gabinete presidencial) que se realizó el operativo conjunto.
Tras conversar con distintas personas que presenciaron los hechos, es posible tener una reconstrucción mínima de lo acontecido. Aproximadamente a las 10 de la mañana, Semeí Verdía, comandante de la policía comunitaria y Héctor Zepeda, su par en el municipio de Cohuayana, acudieron a una cita en la población de La Placita, punto en donde la marina tiene un retén desde hace 5 años. El motivo era la supuesta verificación de vehículos blindados, sin embargo ahí realizaron la detención de Semeí y Zepeda no pudo ser detenido. Tras varias horas en las que no se tenía conocimiento del detenido, fue posible verificar que había sido trasladado a Morelia y que ahí fue presentado en las instalaciones de la Procuraduría General de la República en la capital michoacana.
A Semeí Verdía se le acusa de violar la Ley Federal de Armas y Explosivos, ya que, aparentemente, portaba armas no registradas de grueso calibre, aunque también se mencionó una investigación por delitos electorales, específicamente por la quema de urnas y boletas en el pasado proceso electoral del 7 de junio. El comandante ya cuenta con defensa legal pero hasta el momento no se cuenta con mayor información.
Poco después de la detención, algunos efectivos del ejército y la marina se dirigieron hacia los parajes de de Xayacalan y El Duín y ahí, según da a conocer el grupo de solidaridad con la comunidad nahua: «los miembros de ejército impactaron sus vehículos contra los puestos de vigilancia y realizaron disparos; intentaron detener a varios miembros de la comunidad que se encontraban en el lugar». Como respuesta a ello los pobladores de Ostula retuvieron a varios militares. En este primer episodio, se intentó detener al tesorero de la comunidad sin que esto pudiera concretarse.
No conforme con haber realizado esta detención, se llevó a cabo un operativo conjunto entre la marina, el ejército (del 65 y del 86 Batallones de Infantería) y la policía federal. Dicho operativo contaba con alrededor de 1000 elementos, los cuales avanzaron por la carretera 200 hasta quitar con los puntos de control establecidos por la policía comunitaria desde hace más de un año. En este operativo, el ejército robó radios de los comunitarios y a través de ellos trató de provocar enfrentamientos entre la policía local que avala la comunidad y el ejército; se robaron además el sello de la Comisión de Vigilancia de la comunidad y en todo momento fueron violentos.
Al punto conocido como Ixtapilla, más adelante de Xayacalan y El Duin, sobre la misma carretera costera, el ejército llegó disparando al aire y lanzando gases lacrimógenos, fue en este punto en donde resultaron heridos Yeini Natali Pineda Reyes de 6 años, Horacio Valladares de 32 años, Melesio Cristiano de 63 años y Antonio Alejo Ramos de 17 años. Fue la policía comunitaria la que logró frenar el ataque y repelió al ejército.
Poco después de esto, todos los elementos del operativo se dirigieron a la tenencia de Santa María Ostula, punto nodal de esta comunidad y ahí retomaron a los elementos del batallón que se encontraban resguardados.
Tensión
Horas de tensión se vivieron en estas tierras tras la agresión sufrida ayer por parte de elementos del ejército, la marina y la policía federal; el operativo conjunto tenía la finalidad de destruir los puntos de control establecidos por la policía comunitaria que ahí garantizaba la seguridad de los habitantes, finalmente, tras varias provocaciones de parte de los cuerpos federales, perdió la vida el niño Idalberto Reyes García de sólo 12 años de edad, originario de la encargatura de La Majahuita.
SubVersiones arribó al lugar de los hechos alrededor de las 4:30 de la madrugada, momento en que un convoy de la Marina intentaba ingresar de nuevo a la comunidad pero al ver que el pueblo, enojado por lo acontecido, se mantenía reunido y había restablecido los puntos de control de los comunitarios, por lo que decidieron regresar con dirección a Lázaro Cárdenas.
Tras las denuncias surgidas ayer en redes sociales respecto a un ataque a la población civil por parte de miembros de las fuerzas armadas, Germán Ramírez, nuevo comandante de la policía comunitaria de Ostula, resaltó el tema del saldo luego de los enfrentamientos: «Hubo un menor que falleció y tres personas quedaron heridas: Yeini Natali Pineda Reyes, de 6 años y originaria de El Duin; Melesio Cristino Dircio de 63, oriundo de La Palma Sola, y Horacio Valladares Manuel proveniente de El Zapote Madero».
Los pobladores de Ostula se mantuvieron firmes en su convicción de no ceder ante las provocaciones que siguieron a la detención de Semeí Verdía, además señalaron que cuando ésta se dio, el comandante de los comunitarios se disponía a comer en La Placita, luego de la cita mencionada, y sólo portaba un arma corta. Los habitantes mantienen bloqueada la carretera federal 200 en espera de una respuesta por parte de las autoridades y manifiestan que no responderán con violencia: «ganaremos esta guerra a través de los medios de comunicación y las redes sociales».
Germán puntualizó que además de Verdía, los militares se llevaron a otras cuatro personas sin presentar orden de aprehensión, no se tienen más datos salvo el nombre de uno de los detenidos: Refugio Serrano. no se sabe el paradero de estas cuatro personas ni los cargos de los que se les acusa o las razones para ser detenidos por el ejército.
Denunciaron además los pobladores la colusión del crimen organizado, específicamente de Caballeros Templarios, con autoridades para desarticular una policía comunitaria que ha cumplido su encomienda de brindar seguridad a los habitantes sin extender su accionar fuera de su municipio. Específicamente en este tema, SubVersiones presentará más adelante una investigación puntual sobre quienes son los funcionarios públicos que han estado coludidos con el crimen organizado en este municipio.
Sin armas a la vista, los pobladores de Ostula se mantienen firmes en su convicción de no caer en provocaciones, pero manifiestan la exigencia de justicia para los detenidos arbitrariamente y para que todo el peso de la ley caiga sobre los asesinos de Idalberto Reyes.
Saludos Rafa. Según testimonios de los pobladores, el Ejército inició la retirada haciendo disparos que no sólo eran al aire, también iban dirigidos a los pobladores y los inmuebles. Hidelberto y las personas que resultaron heridas estaban a 300 metros del Puente Ixtapilla.
La versión de los militares es que sujetos armados ocultos en la maleza abrieron fuego contra ellos justo en ese punto, y que eran esas balas las que hicieron boquetes en el restaurante donde impactaron a Hidelberto y a los cuatro heridos.
Aquí lo cuestionable es, creyendo la versión del Ejército, que hayan accionado sus armas -aún cuando fuera al aire como afirman- ante un grupo de manifestantes desarmados, y que ante un ataque que recibieron a 300 metros del lugar, no hayan respondido, y casualmente esos disparos no hirieran a ningún soldado pero sí a cinco civiles. De esa zona no hay videos, aunque sí existen un par en YouTube muy cortos tomados desde un vehículo militar pero son del Puente Ixtapilla.
Ante la versión de que los militares sobre los disparos al aire, el comandante que quedó a cargo tras la detención de Verdía ironizó diciendo que las casas y las personas alcanzadas por las balas, no estaban volando.
Espero haber resuelto tus dudas, gracias por el interés y disculpa por la extensa demora en la respuesta.
Este artículo debe precisar sí los disparos que realizó al aire el ejercito fueron los que provocaron las heridas de los compañeros en Ixtapilla cuando las ojivas bajaban de en su trayecto o sí posteriormente el ejercito o alguien más realizó disparos directamente a la población o cómo es que fueron heridos estos mismos compañeros.