Tal vez una nueva fase en la lucha política de izquierda haya comenzado luego de los acontecimientos del pasado 1 de diciembre de 2012. Las cosas se salieron de control en muchos sentidos y poco a poco, una vez pasados los primeros días de resaca, las valoraciones comienzan a mostrarse, a difundirse. El hecho concreto que desata la inconformidad de la población –si no de toda, sí de muchos sectores- es la inminente toma de protesta de un presidente ilegítimo e ilegal: Enrique Peña Nieto no sólo roba descaradamente las elecciones sino que además muestra el temor que lo rodea al desplegar un operativo inmenso que impida contratiempo alguno en su acto de inicio de gobierno.
La víspera de aquel sábado la desazón era respirable en las calles, un silencio de resignación volvía a corroer los rostros de las personas, sobre todo porque no se creía posible evitar algo que resultaba inminente. Días antes el operativo de protección a los recintos que pisaría quien dice ser presidente de México, era, por decir lo menos, monstruoso. Varios kilómetros de vallas metálicas cruzaban tajantemente avenidas y calles, cerraban el paso.
Un documental de Judith Gómez, Regina López, Heriberto Paredes (Subversiones) y Rafael Camacho (Subversiones)