Fotografía: Heriberto Paredes Coronel
Marduk Chimalli aparece de pronto tras la rejilla de pruebas del juzgado 7º de lo penal. En ese pequeño espacio en donde los presos se acomodan mientras sus respectivas audiencias se desarrollan. En esta parte del juzgado, detrás del mostrador que sirve como límite entre los asistentes y la burocracia jurídica, pocos conocen la penuria que significa el tránsito por el túnel que conduce a los internos de la parte reclusoria a los distintos juzgados: asaltos, intimidaciones y hostigamientos. Algo cotidiano que Marduk conoce en primera persona. El no debería conocer esta parte del sistema de justicia mexicano, mucho menos si es inocente del cargo de robo con agravante que aún lo mantiene en prisión preventiva en el Reclusorio Varonil Norte. Marduk, pese a la injusticia que vive diario, llega a su audiencia con la cara en alto, con ánimos para avanzar lo más posible en su defensa.
La cita era a las 10 de la mañana, pero tanto los familiares como los amigos y compañeros de la universidad tuvieron que esperar casi dos horas más en lo que el sistema penitenciario “llama a la audiencia a Marduk”. Nadie en el resto de la sala se inmuta porque haya casi treinta personas esperando con inquietud a que inicie este procedimiento. Es en esta larga espera que la Secretaría de Acuerdos, la licenciada Patricia Hernández Asis comienza a mascar chicle, no una pastilla o dos como suele hacerse, ella prefiere casi todo un paquete. Su rostro muestra un claro desvanecimiento de la normalidad y delata un bulto en el cachete.
No es la única persona en alimentar este vicio de oficina. Algunos funcionarios (con actividades desconocidas pero que atraviesan la sala y entran y salen de la oficina del juez, con grandes barrigas y sonrisas falsas en el rostro), el propio juez séptimo de lo penal, Fernando Guerrero Zárate, mascan chicle. Al final, creo que la única economía que se fortalece a partir de los burócratas es la industria de la goma de mascar. La justicia no se está fortaleciendo, eso está claro.
Mientras esperamos, el abogado de Marduk, Sergio Soto y yo conversamos respecto a los caminos que se están fortaleciendo para conseguir la libertad absoluta de quien ahora se ha vuelto un ícono de la política de tolerancia cero que heredamos de Rudolph Guliani. El primer aspecto, comenta Sergio con ánimo y con seguridad, es buscar ganar la apelación en contra del auto de formal prisión en la 7ª Sala Penal del Distrito Federal, en este sentido será un magistrado competente quien revocaría o no el proceso penal, será este 30 de mayo cuando se podrá tener más luces respecto a este primer camino.
En segundo lugar, y Sergio es muy preciso en que es el camino más largo, se trata de lograr lo que en términos jurídicos se conoce como incidente de libertad por desvanecimiento de pruebas. Resulta largo este proceso porque es el camino que está relacionado con la descarga de todas las pruebas y con las audiencias, sin embargo, lo que hay que tener claro es que, resultado de la última, Marduk solicitó el recurso del careo y en un segundo momento la utilización del polígrafo tanto en la parte acusadora como en él. De manera sorpresiva y a favor, el juez determinó que se “adelantara” la próxima audiencia a la semana siguiente y no con un espacio de 15 días como anteriormente se venían dando. En palabras del abogado defensor y de los familiares esta circunstancia puede leerse como una buena señal, algo que fue posible por la presión mediática que se ha venido dando desde hace ya un mes: artículos, análisis, artículos de opinión, la publicación de las propias caricaturas de Marduk, videos, cartas de apoyo, fotografías provenientes de todo el mundo.
Pese a ser el más largo de los caminos, el proceso penal tiene la característica de desnudar con certeza las contradicciones existentes en el expediente: desde las declaraciones de los policías remitentes que no concuerdan ni con la hora de los hechos ni con la puesta a disposición del ministerio público hasta la falta de elementos que sostengan la versión de una supuesta persecución. Ni siquiera existen los objetos robados. En fin, más allá del detalle, es justo este devenir lento y burocrático lo que nos tiene audiencia tras audiencia viendo el mismo espectáculo de la absurda justicia mexicana.
Como parte de los elementos a favor de la defensa de Marduk se dio a conocer la existencia de una investigación paralela llevada a cabo por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF/1/121/AZCAP/13/D2020) y que, ya sea por parte del abogado o por la propia Comisión, tendrá que ser aceptada como prueba en el expediente. En este documento se consideran, además de los datos existentes hasta ahora, las frecuencias de radio con cruce de llamadas entre el 066 y la estación de policía más cercana al lugar de los hechos), la ruta que siguieron las patrullas y que quedó registrada en GPS, la cual no coincide con la referida con la que declaran los policías en el ministerio público. Pese a lo lento de esta línea, la defensa se muestra con confianza en que también por este lado se podrá demostrar la inocencia de Marduk y recuperará su libertad.
Finalmente, como tercer recurso, aunque no menos importante, es la mesa de trabajo solicitada a las autoridades de la Procuraduría de Justicia del gobierno del Distrito Federal en donde se planteó la petición de sobreseimiento o desestimiento de la acción judicial como figura jurídico-política. Hasta ahora se sabe que durante el desarrollo de la misma, los funcionarios escucharon atentamente la exposición del caso por parte de la familia y la defensa y que hasta ahora se comprometieron a leer con detenimiento el expediente para poder determinar su postura al respecto en los siguientes días.
Estos son los tres caminos que se están abordando para conseguir que Marduk regrese a su casa y a su vida, para que deje atrás estas rejas y ese color de ropa que ahora es impuesto. Sergio Soto afirma que “de manera paralela estamos trabajando en estas líneas, ninguna se contradice y si no es por un lado será por el otro, pero vamos a conseguir la libertad absoluta de Marduk”. Afuera cada día más personas conocen esta historia, van acercándose a la injusticia que en esta ciudad y en este país comienza a desnudar su imposición y establecerse como parte de las políticas sociales que combaten –absurdamente- la delincuencia.
Todo resulta absurdo. El juez que sale de su oficina en el juzgado y se pase alrededor de la rejilla de pruebas en donde Marduk aumenta su declaración o responde las preguntas que la defensa le plantea como parte del proceso, pero que no mira nunca al acusado, prefiere mirar la pantalla de una computadora, todo menos voltear su rostro y enfrentar la mirada tranquila y firme de un joven deportista y diseñador que se ha comportado con una entereza sorprendente. La voz de Marduk al teléfono es sin duda una inyección de fortaleza.
Absurdo es todo como que el rector de una de las universidades en las que Marduk es alumno, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, lo visita en un acto de profunda responsabilidad social. El Dr. Enrique Dussel se ha convertido en el primer funcionario de este nivel en visitar a un alumno en situación de cárcel en este país, y este acto resulta tan paradigmático porque el diálogo universitario que tuvieron, alumno y Rector lo debieron haber sostenido en alguna de las instalaciones universitarias y bajo otras circunstancias, no en la cárcel, no bajo una evidente injusticia. Invitamos a conocer más detalles de esta visita en la nota de Samantha Lara para Somos el Medio: http://www.somoselmedio.org/?p=8175
Un académico de la talla de Enrique Dussel, polémico en las aulas de sus seminarios y cursos de filosofía, polémico por sus tesis acerca de una filosofía de la liberación y su carácter latinoamericano, polémico pero no por ello menos querido, un profesor que abarrotaba sus aulas en cada sesión y que discutía puntualmente muchos de los conceptos y propuestas de pensamiento que planteaba. Un académico de esa talla se ha convertido no sólo en un Rector interino de una universidad pública, desde el momento en que accedió a visitar a Marduk en los locutorios del Reclusorio Norte adquirió una calidad humana enorme en tiempos en que el gatopardismo es doctrina. Ha sido a todas luces congruente con su ser social. “Ese acto es ilegal (la injusta prisión), hacer este acto de acompañar al estudiante es porque siempre tendrá defensa de la Universidad ya que son parte de la comunidad y nos jugaremos todo por todos siempre, declara” (http://www.somoselmedio.org/?p=8175).
Absurdo es todo esto, el propio acto de escribir un texto para referir una injusticia tan visible para todos, una injusticia que se suma al memorial de agravios de este país; debería estar escribiendo acerca de otro tema que construya o proponga, sin embargo la realidad inmediata me ha llevado a una denuncia constante, a estrechar las manos de la familia de Marduk, a escuchar su voz que por teléfono me comentaba su disposición a platicar. Lo absurdo de la realidad mantiene las ruidosas y viejas máquinas que terminaran por tirarse a la basura, de la misma manera en el sistema de justicia tendrá que ser desechado para construir uno distinto que no niegue la presunción de inocencia antes que cualquier otro elemento.