2 de octubre en San Cristóbal de las Casas

Fotografía: Eleuterio Xagaat García

Por Lucero Mendizabal

En memoria de las personas, en su mayoría estudiantes, desaparecidas y asesinadas hace 44 años en la plaza de las Tres Culturas en la Ciudad de México, decenas de jóvenes alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales perteneciente a la Universidad Autónoma de Chiapas se dieron cita el pasado martes desde las 15:30 horas; para marchar como acto de homenaje y de protesta por la conmemoración de uno de los eventos más sangrientos en la historia del país: la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968.

Los jóvenes portaban mantas de distintos colores que adornaron ya sea con imágenes de personajes emblemáticos de «la otra historia de México» como Ricardo Flores Magón, Lucío Cabañas y Emiliano Zapata, o bien, se con frases célebres y nombres de los colectivos presentes. La manifestación llevó una ruta que duró más de dos horas. En el recorrido se internaron por varias de las calles del centro a la vez que tapizaban las paredes con esténciles donde se citaban frases principalmente dedicadas al EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), en la exigencia de respeto a las comunidades zapatistas que han sido reprimidas en fechas recientes debido a la presencia de paramilitares.

Varias de las consignas que gritaban eran directamente contra el PRI (Partido Revolucionario Institucional); coreaban a una sola voz«¡México sin PRI, México sin PRI!». El sonido retumbaba en las paredes de la pequeña ciudad colonial, mientras que algunos de sus pobladores asomaban el rostro para ver lo que ocurría, otros ofrecían muestras de apoyo o incluso se sumaban a la manifestación. No hubo ninguna clase de confrontación.

«One, two, three, que chingue su madre el PRI», «three, four, five, que chingue su madre el pan», «Gaviota, tu esposo es un idiota» y otros más eran los cantos que realizaban aproximadamente 300 jóvenes y asistentes a la protesta. La manifestación fue encabezada por la bandera de México portada por dos mujeres estudiantes. La marcha se detenía frente a los lugares que eran señalados como los que más atentan contra la comunidad mexicana: «…esos son, esos son, los que chingan la nación»: una casa de empeño, bancos y, en la calle Belisario Domínguez. Se detuvo la marcha por unos minutos frente a las instalaciones del Comité Delegacional del PAN (Partido Acción Nacional), el número 11A, en el cual se realizaron un mayor número de pintas.

En las esquinas de Pedro Moreno con Belisario Dominguez se realizó el encuentro con otra marcha integrada por el FNLS (Frente Nacional de Lucha Social), el SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación), La Otra Campaña, la organización Mocri Cnpa Mn, entre otras, en la cual los estudiantes seguirían a la cabeza. La marcha se había multiplicado, de las casi 300 personas a una mancha de mil que coreaban y brincaban, mientras dejaban a su paso un sin fin de innumerables pintas; rastro de que el 2 de octubre tampoco quedaría en el olvido en San Cristóbal de las Casas.

La llegada a la catedral fue otro momento de gran interés. Decenas de personas aguardaban el arribo de la marcha, acto seguido se llevo a cabo un mitín a las 18:30 horas y aunque comenzó una lluvia suave y la gente resistía de pie y atenta, poco a poco se fue marchando. Lo que bien es cierto es que para esta pequeña ciudad las muestras de rechazo al gobierno e instituciones en los últimos meses han ido creciendo. Algunas personas comentan que las marchas solían ser siempre muy pequeñas, «no más de 50 personas», «en su mayoría asistían puros güeros en apoyo a las comunidades zapatistas». Hoy en día las cosas van cambiando; los jóvenes están llenos rabia, muchos de ellos son originarios de comunidades indígenas que han vívido en carne propia el empobrecimiento de sus pueblos y la explotación de sus tierras. Su corazón está lleno de coraje y de rebeldía y prometen seguir tomando las calles si las cosas no cambian.