Forma sin fondo

Nadan sobre el asfalto cual peces en el agua, dejándose arrastrar por la corriente humana. Los rayos del sol defeño, al estilo de una sequía duranguense que agrieta la tierra, les chupa la vida, les carcome la cara y les tuesta la piel. Nada importa. El odio, la indiganción, las ganas de “cambiar” al mundo o el puro amor al desmadre los une más que un casamiento.

Corean cánticos como fanáticos en final de futbol: enardecidos.

— ¡El que no brinque es Peña! ¡El que no brinque es Peña!— Gritan, recordando ese tonito infantil de burla que los niños suelen hacer. Casi, casi, ese: “¡Lero, lero, candelero”.

¿Quién querría ser un candidato presidencial iletrado, casado con una “actrizilla” telenovelera del 2, que no sabe cómo murió su esposa y que, además, es ahijadito de Salinas? Nadie. Por eso el piso tiembla (quizá menos que en el 85) pero la gente logra agitar la calle cual chapulines brincando en medio de la alfalfa. Sólo la cronista, con algo de recelo se reserva el brinquito, viendo como todos, al son de la voz coral, siguen el paso: ¡El que no brinque… es Peña!

Observaba desde fuera pero adentro. Llegó a las diez y quince y pensó que el contingente se le había escabullido ya. Pero no. En Rectoría una manada de apenas quince o veinte aguardaba. Como bien diría un chico por ahí: “Güey, los de la UNAM siempre somos los últimos en unirnos a las marchas”. “Sí, pinches impuntuales”, le confirmaría otro.

La gente empezaba a organizarse. Alina, la culpable de haber citado a los estudiantes de la UNAM para apoyar la Marcha Anti-Peña Nieto, se movía frente a la torre de un lado a otro. Pequeña, con micro falda de mezclilla, lentes de hipster, y tenis Nike, caminaba para todos lados con su megáfono. La acompañaban los guardaespaldas del contingente, un grupi de muchachos que se colocaron una cinta naranja con moño incluido en el brazo.

— Y, ¿cuál es el plan?

— Pues salimos en cuanto esté lista esta última manta— refiriéndose a un letrero que rezaba: “Somos prole”. Con acróstico incluido: “p” para Progresistas; “r” para Reivindicadores; “o” para Organizados; “l” para Libres y “e” para Estudiantes—. Según esto iremos para Bellas Artes. Por allá se nos unirán chicos de la ENAP y de ahí al Zócalo. Se tiene contemplado que del Zócalo se marchará hasta el Ángel y, según tengo entendido, luego del Ángel al Zócalo. A mi parecer eso ya es mucho, así que como contingente valoraremos si regresamos o nos quedamos a “brigadear”.

— ¡Vázquez Raña: Chinga a tu madre!— vocifera uno de entre el montón. Henchido de valor, como, seguramente, no se atrevería si estuviese solo.

— ¡No somos uno, no somos cien, prensa vendida, cuéntanos bien!— cantan los demás.

Frente a las instalaciones del periódico, que con colorete de sangre maquilla todos los días sus páginas para vender mejor, La Prensa. Frente al fiel derechista, desde 1916 y hasta en los colores, El Universal. Y, para finalizar, frente al que Echeverría le mató el espíritu periodístico para convertirlo en  página doblada, Excélsior. Una y otra vez se repite: “Prensa vendida, cuéntanos bien”.

Entre 40 y 46 mil jóvenes, en su mayoría, pero también adultos, ancianos, niños y extranjeros “solidarios” o más bien, perdidos, agitan pancartas, escupen consignas y peregrinan todo Reforma.

Ellos “pendejean” a Peña Nieto con creatividad. A ella, por ejemplo, se le sale lo surrealista región 4 o Francis Picabia región 5. Su cartel es popular entre los marchistas que le piden fotos como si fueran autógrafos. Un tiranosaurio rex con copete exagerado color negro y sonrisa sexi incluida más una inscripción en latín, o sea semi inentendible: “El dino no regresa” o algo así. Otros, más burdos, presentan carteles con todo e impresión profesional. Se ve que son de la Ibero o, por lo menos, de la Septién. Su cartel recrea una imagen vomitiva para mí: los rostros de Salinas y de Peña son incrustadas en cuerpos de ratas gigantes. Son como los descabezados que han dejado los sicarios por allá, por el norte, pero además sus cabezas están encima de esos pinches animales. ¿O, es que sólo es animal con animal sobrepuesto? Quién sabe. Me volteo. Puedo vomitar.

Viejos fantasmas, nuevos disfraces

Por fin. Salieron al cuarto para las once. Por la facultad de Derecho, pero también por Medicina algunos gritaron: “¡Abogado, consciente, se une al contingente!” o “¡médico, consciente, se une al contingente!”. Y desde allí en adelante las voces desentonadas de unos doscientos estudiantes de la Universidad Nacional no pararon de repetir el Goya, clásico ya, del estudiantado.

Eran chicos de Psicología, Medicina, Química, y, en su mayoría de Ciencias Políticas. Gente que se declaró indignada y fastidiada del trato preferencial de las televisoras al candidato del PRI. Gente que se dijo preocupada porque el PRI regresara a la silla del águila o que el PAN matara más inocentes con su inútil guerra. Gente que pensaba, ilusionada, que la marcha impactaría la opinión pública del país. Todos, sin excepción, se declaraban apartidistas en ese momento pero entre comentario y comentario se persignaban porque AMLO ganara, porque él, según todos, todos los entrevistados, él sí era un paso para el cambio.

— Ja, ja, ja, ¡te voy a denunciar en la FEPADE! Ja, ja, ja— carcajeó Quetzali Espinoza cuando le pregunté a quién daría su voto—. Voy a votar por el señor Andrés Manuel López Obrador y con esto te digo que no vengo representado al partido ni lo vengo representándolo a él. Aquí esto es completamente apartidista. Aquí nadie viene porque sea del PAN o del PRD. Lo que queremos es informar a la gente.

— ¿Ya sabes por quién vas a votar?

— Sí, por Andrés Manuel.

— ¿Por qué?

— Conocemos todas sus propuestas, su gabinete es el que más nos mueve. Todos los demás no tienen nada. Y su partido es el único socialista aquí en México. Aparte lo que más me indigna es la privatización de PEMEX. ¡PEMEX es de todos!

— ¿Crees que si gana AMLO vendrá una trasformación?

— Va a ser el comienzo. En seis años no se puede matar un cáncer de 82 años y es un buen comienzo— dice Juan Murillo, químico que de manera graciosísima se ha “refriteado” la metáfora de la metástasis que usara nuestro ilustre presidente al declararle la guerra al narco. Pero más graciosísimo que pensara que aún existe el socialismo, ¡ah, y en México!

Ya en el metro la multitud paró de golpe. ¿Tendré que comprar mi boletito para ir al Zócalo? (pensé en solitario). No. La muchedumbre agolpada en Copilco gritaba a manera de gorrear: “¡Metro, Metro, popular! ¡Metro, Metro, popular!” y los polis no pudieron más que comunicarse por radio con quién sabe quién y dejar pasar de improviso a los “marchantes”.

Por los pasillos de Pino Suárez la gente fotografiaba a los estudiantes. Eran como una caravana cirquera que sorprende a un pueblillo que, en su vida, ha visto tanta gente rara junta. Sí, rara. Con agujeros en los oídos, con rastas hasta las nalgas, con pancartas, ya lo dije, multicolores y risibles, y, en el Metro a hora pico gritando:

— ¡Siempre que marchamos! ¡Siempre que marchamos! ¡La gente nos pregunta! ¡La gente nos pregunta! ¡¿Quiénes son ustedes?! ¡¿Quiénes son ustedes?! ¡Y les contestamos! ¡Y les contestamos! ¡Estudiantes, sí señor! ¡Estudiantes sí señor! ¡De lo bueno lo mejor! ¡De lo bueno lo mejor! ¡Quítate de en medio! ¡Quítate de en medio! ¡Pinche Peña Nieto!

Frente al Ángel que tiene senos (inexplicablemente) la gente se reúne. No hay mítin. No hay líder. No hay orador. Sólo gente que berrea hasta el cansancio. Arroja flemas por la boca en contra del candidato del PRI:

— ¡Gaviota, Gaviota, tu esposo es un idiota!

— ¡Se ve, se siente, Enrique delincuente! ¡Se ve, se nota, su cola de ratota!

— ¡La UNAM no te quiere, Televisa no te educa!

— ¡Ni un voto al PRI! ¡Ni un voto al PAN!

— ¡Peña Nieto asesino de mujeres y de niños!

Salieron de Pino Suárez así, llamando la atención. La ruta cambió drásticamente. Ya era tarde. El gentío de la UNAM aplanó el pavimento por Izazaga, San Jerónimo, Isabel la Católica hasta llegar a Venustiano Carranza. Inexplicablemente, como hormigas que van siguiendo un camino larguísimo sin perder su objetivo, todos llegaron tan cerca que pudieron observar las esculturas bronceadas de Botero frente al Palacio de Bellas Artes.

Y cuando los del Ángel gritaban, en Guerrero, Hidalgo, Querétaro, Michoacán, Guadalajara, Torreón, Puebla, Monterrey, Tijuana, Tabasco, Veracruz,  Chihuahua, Guanajuato, Tepic, Ensenada, Puerto Vallarta, Cancún, Playa del Carmen, Ciudad Juárez y Oaxaca otros procuraban no quedar atrás.

— Yo veo la represión que han hecho los príistas y me entristece que teniendo nuestro pueblo un México tan bonito estos carajos priístas han hecho lo que han querido porque no hay quién los pare. Es el momento de parar esta situación.

Silenciados mucho tiempo, como Doña Cleotilde Rivero, salieron a las calles a gritarle al PRI.

— Yo vengo del Estado de México y hay mucha gente que dice: “Voy a votar por el PRI”. Y, o sea está bien, cada quien sabe por quién votar. Pero, ¿por qué vas a votar por el PRI? “Para que no me quiten mi apoyo” o “porque están dando despensas” o “porque me van a dar 500 pesos si voy y voto”. Y tú dices: ¡a través de eso va a ganar una persona que no tiene ni idea de qué es lo que va a hacer con el país, más que robar! No, no es justo. Que quede de líder de un país como este, que ya de por sí está jodido.

Enfadados por la corrupción de mucho tiempo, como Quetzali, salieron a gritarle al PRI.

La pregunta es: ¿Es el PRI el culpable de todos nuestros males? ¿Es la gente mísera y hambrienta de las sierras, que recibe ayuda por votar por algún partido, la culpable de que estemos jodidos? ¿Y no es acaso también el PAN, al que sólo se le gritó cinco veces en la marcha? ¿Y no es también el PRD? ¿Y el PT, y el PVEM, y el Partido Nueva Alianza y Movimiento Ciudadano? ¿No es el pinche sistema político mexicano?

«En México, la calma mortal del régimen autoritario del Partido Revolucionario Institucional fue rota por una juventud que pedía en la calle lo que aprendió en las escuelas: democracia, crítica, libertad» dijo en 1999 Carlos Fuentes. Jugó con esas palabras grandes como lo son la democracia, la crítica y la libertad.

¿Dónde quedó la crítica cuando se sigue ciegamente a un partido político o a un candidato y se le avienta mierda al otro?

Mejor aún, ¿en dónde se quedó la democracia?

Por Lorena Edith Cruz Vásquez

Agencia Autonoma de Comunicación (AAC)

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  1. México: Forma sin fondo

    […] Fuente: SubVersiones jQuery(document).ready(function($) { window.setTimeout('loadTwitter_20942()',1000); }); function loadTwitter_20942(){ jQuery(document).ready(function($) { $('.dd-twitter-20942').remove();$.getScript('http://platform.twitter.com/widgets.js'); }); }var dd_offset_from_content = 40; var dd_top_offset_from_content = 0; Quizás también te interese:El negocio de las tierras protegidas en Chile Autoguerra sucia (Editorial patrocinada por el equipo de cam…Neelie Kroes en Re:publica: El copyright no es sagrado… ¡ya …ImprimirCorreo electrónico Etiquetas: Opinión […]

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