Semana Santa con la Tribu Yaqui

Por Guadalupe Duarte Espinoza

La Campaña Namakasia Solidaridad con la Tribu Yaqui, surgió de lugares lejanos a la región, principalmente del centro de la república mexicana.  Sin importar la distancia, los integrantes de la Campaña se hermanaron para apoyar al pueblo Yaqui en la ejemplar lucha que está dando en defensa de su agua y en contra del Acueducto Independencia, el cual  trasvasa el agua del Rio Yaqui.  De esta manera, las luchas de distintas geografías se hacen una, y acompañan la resistencia digna de la Tribu Yaqui.

La tribu inició la batalla jurídica a inicios del 2010, a casi un año del bloqueo intermitente de la carretera internacional a la altura de Vicam que la tribu mantiene a manera de protesta. Esta fue razón suficiente para que estudiantes de diferentes facultades, maestros, representantes de varios colectivos y diversas organizaciones se hayan sumado en apoyo a esta lucha.

Es por esto que por primera vez en la historia, autoridades tradicionales y religiosas aceptaron que un grupo «de fuera», pudiera estar presente en los rituales de Semana Santa de la Tribu Yaqui. Estas ceremonias son sagradas y se llevan a cabo de manera hermética  para resguardar las tradiciones más emblemáticas que han dado fuerza, identidad y cohesión a la tribu durante siglos.

Lunes 14 de abril de 2014

Partimos rumbo a Vicam, Sonora, en un camión con personas de diversas instituciones, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la Universidad Iberoamericana, la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), la Universidad de Barcelona, la Universidad de Galicia, la Universidad de Quindío Colombia y la Universidad de Chile Alberto Hurtado; entre otras.

También asistieron personas de diferentes organizaciones y colectivos como: Colectivo Redmycz Zapatista, Colectivo Calpulli Transformador, Mujeres y la Sexta, Frente del Pueblo, Comunidad Santa Cruz Alcalpixca, Comunidad Zona los Volcanes, Medios y «La otra Lucha».

La caravana no sólo estuvo integrada por personas de diferentes estados de México, sino también por personas de otros países como Chile, Estados Unidos, Colombia y España.

Martes 15 de abril de 2014

Llegada del autobús a Vicam por la tarde para instalarnos. Durante la cena, una de las autoridades comento «En estos días de Semana Santa se invocan las fuerzas más altas que existen» y la energía que se genera se extiende de norte del continente hasta Yucatán.

Miercoles 16 abril de 2014

Casi al filo de medio día hubo una presentación por parte de varias organizaciones y grupos a las Autoridades Tradicionales, en agradecimiento y muestra de solidaridad con su lucha actual en defensa del agua. Consistieron en breves mensajes que se leyeron, diversos obsequios y cinco mantas, cada una representativa de un grupo.

En este recibimiento, el vocero de la Tribu, nos hizo saber la invaluable ocasión que teníamos de vivir esa experiencia:

Sean bienvenidos, esta es una oportunidad única, ya que es la primera vez en la historia en que la tribu Yaqui, acepta que un grupo numeroso, no perteneciente a la tribu, pueda estar presente en ceremonias sagradas como la de Semana Mayor… Esta es una gran oportunidad de estar presentes y ser testigos de toda la fuerza espiritual que se genera en estos días tras las actividades yaquis en Semana Santa y que les servirá en sus vidas.

Así, nos otorgó la confianza de que el grupo tuviera respeto a lo largo de su estancia. Aclaró que esta vez se hizo la diferencia debido a el apoyo a la lucha otorgado desde el interior de la república.

Por la tarde del mismo Miércoles partimos rumbo al Museo de los Yaquis en Cocorit uno de los pueblos a unos 45 minutos en carretera rumbo a sur, a un costado del Municipio de Cajéme. Ahí pudimos aprender más sobre su cultura, historia y cosmovisión yoeme.

Esa noche llamada Miércoles de Tinieblas se dio inicio a una ceremonia, en la que hubo rezos prolongados y al fondo del templo veladoras encendidas, luces que una a una se iban apagando tras cada rezo, quedando al filo de las doce en la obscuridad. Cada persona con manda recibió tres simbólicos latigazos en la espalda, unos leves, otros fuertes, para expiar las culpas ¿Se expían las culpas? Suena a dogma, pero en esta ocasión yoreme no es así. Aquí, en cada integrante, salta el recuerdo de los errores cometidos en el año, esa evocación de la memoria queda desprovista de atadura justificable y humildemente se acepta en secreto silencio. De rodillas reconoce cada quien la verdad, aunque dolorosa quizá, pero que le hace libre al levantarse y emprender el recorrido de esos días venerados de semana santa, los cuales llenan de fuerza el espíritu inquebrantable del yaqui de antes y de hoy.

Jueves 17 abril de 2014

Comenzaron desde muy temprano los Contis que significan «caminata o peregrinación». El tercero recorrido se realizó hasta la casa de una familia a donde llegó toda la tropa, capitán de chapayecas, sargentos, Pilatos, cabos, cantoras, maistro encargado de los rezos, y el pueblo que acompañaba. Y tras la ceremonia recogieron a un niño quien iba a representar a Jesús en la última cena, la cual se celebró ese mismo día.

Por la tarde, en la representación de la última cena, se colocó una mesa bajo la enramada. Doce niños actuaron como apóstoles y un treceavo como Jesús; del lado derecho de la mesa, niñas representando ángeles y del lado izquierdo una larga fila de yaquis que hacían una petición por cada cuenco de comida. Los cuencos pasaban de mano en mano hasta llegar a los niños, que tras un rezo, comían y bebían lo recibido. Según la Antropóloga Enriqueta Lerma, investigadora de los ceremoniales yaquis, cuando pasan el cuenco de comida, «lo huelen», así representan a los «sures» sus ancestros, porque era la forma como se alimentaban.

Sería imposible relatar lo observado, basta decir que los yaquis están unificados y con sus ceremonias solemnes lo anuncian una y otra vez. Solidez y fuerza de fe, que en forma sincrética, potencializa la existencia misma de la tribu en cada miembro, y que llenan de fuerza la voluntad inquebrantable del yaqui de antes y de hoy.

Fotografía: Guadalupe

Fotografía: Guadalupe Duarte

Viernes 18 de abril de 2014

Amanece el Viernes Santo en Vicam. Todas las mañanas de este día son de inspiración por la belleza y trascendencia de la ceremonias, y esta vez pudimos ser testigos el grupo venido de lejos.

Todos los participantes con mandas y el pueblo en general, se despojaron de sus indumentarias, es decir ya no eran chapayecas, ni cabos, ni autoridades, ahora eran sólo seres. Con los pies descalzos y con la más asombrosa muestra de humildad, se postraron de rodillas enlazados de la mano de dos en dos. Cada pareja de hombres o de mujeres se arrodilló tres veces ante un crucifijo cubierto por un velo sobre el suelo e hizo la cruz con la frente para después, sin dar la espalda, arrodillarse tres veces caminando hacia atrás, y dejar el paso a la siguiente pareja.

Esta es una de las representaciones ceremoniales más bellas y simbólicas de la tribu, donde la verdadera humildad, la de corazón, esa que es sabia y enaltece el espíritu, se presencia esa mañana llenando la atmosfera del lugar.

Al término de la ceremonia, fueron en busca de la urna adornada con flores de papel con brillantina, donde colocaron el crucifijo. Rezos y Contis preceden, el crucifijo sigue cubierto por el velo. No es sino hasta por la tarde que lo descubren, ya que es el tiempo en el que Jesús murió, entonces lo colocan en la urna bendita, para después del rosario iniciar la velación, que dura toda la noche.

Vehemencia, luto, mística profunda, manifiesta en el templo, en un ambiente propicio para la reflexión. Hasta un ateo puede sentir la tristeza de duelo, para la tribu ha muerto un rey… Sin embargo, pareciera que no fue hace 2014 años, queda la impresión de que fue esa misma tarde¿Qué poseen los Yaquis que pueden romper el tiempo y generar los más exaltados sentimientos en terrenos tremendamente complejos para la razón como es lo «espiritual»? Quizá la razón es liberada por la fuerza del espíritu, y galopa con ella, llevándola a recorrer lugares indescifrables.

Durante la tarde de ese mismo Viernes, pudimos visitar otros pueblos yaquis, como Potam (significa topo al excavar). Ahí ingresamos al templo, no sin antes ser revisados meticulosamente por los guardianes del templo, jóvenes yaquis que en su papel de cabos, revisaban que no trajéramos aretes, pulseras, anillos, y que tuviéramos el cabello suelto, que representa la vanidad, según nos contaron los yaquis.

En el interior del templo se aviva el asombro cada vez más, ya que impacta ver como en otro pueblo con diferentes autoridades yaquis ¡también se hace exactamente lo mismo!, las bellas urnas con el crucifijo dentro, la velación llena de veladoras, el sonido tenue de la flauta que simboliza el llanto de María, la escolta compuesta por tropa religiosa yaqui vestidos con capa negra y sombreo, el silencio, el ambiente espiritual, reflexivo y el luto, todo es igual que en los otros pueblos.

También ahí había un escenario imborrable para la memoria del espíritu, era el de los chapayecas frente a la urna orando en silencio. Qué personajes tan enigmáticos, parecen traídos de otra realidad, de otro mundo, no solo por su vestidura y máscara, sino por su sola presencia que deja ver no a cualquier hombre dentro, sino a un hombre que ha pasado por todo un proceso de sacrificio y fortaleza espiritual, que solo los yaquis conocen, pero que el espectador, cualquiera que sea, se impresiona al verlo.

Después de salir de Potam nos dirigimos hacia Wirivis (ahora Huiribis que significa pájaro Huitlacoche), otro de los ocho pueblos yaquis que se encuentra cerca de la costa. En este lugar, huele a brisa de mar y aire cálido del desierto. Ahí permanecimos más de tres horas esperando el tiempo de hacer el Conti como muestra de corazón por permitirnos estar ahí. Pasadas las diez de la noche nos marchamos de regreso a Vicam, nuestro hogar por unos días…Al termino del día, pudimos comprobar como la tribu bebe la fuerza de esos días, con la fe inquebrantable, del yaqui de antes y de hoy.

19 de abril de 2014: extraordinario sábado de gloria

Después de cuatro días de estancia en territorio Yaqui, pudimos recibir esa extraordinaria celebración. Fue en el recinto donde cada año se recibe la Gloria, donde se llevaron a cabo los últimos rezos. Como parte de la ceremonia, caminaron al centro del lugar, hasta donde se encontraba una cortina que simbolizaba el umbral entre la tierra y las alturas divinas. Así, avanzando de a poco todos los participantes esperaban ese momento supremo. De un lado se encontraban los danzantes matachines, del otro los paskolas junto al danzante de venado que apareció por primera vez en esos días. Este era un joven yaqui cuya cabeza y ojos estaban cubiertos por un paño blanco como símbolo de pureza, y estaba coronado por la cabeza de un venado con sus ocho cuernos que significaban que dejaba de ser hombre para convertirse en «Venado Danzante». Su belleza era digno símbolo sagrado y milenario de la tribu, su sola presencia impactaba los ojos y el corazón de los visitantes. Su histriónica destreza que solo el talento yaqui puede conseguir, le hace quedar inmerso en esa magna interpretación. Dentro del templo se muestra inquieto, su alerta se acrecienta pues sabe que la gloria se aproxima, el suspenso es general y al termino del último rezo, se abre la cortina y estalla la Gloria. Jubilosos todos en fila tras el umbral ingresan en saltos a la gloria, bien merecida es. Tras semanas y días de sacrificios, el pueblo y los paskolas lanzan sobre ellos confetis y benditos pétalos de colores gritando ¡Gloria, Gloria! La Gloria se vive por momentos aquí en la tierra.

Estalla la Gloria y al mismo tiempo la danza de venado, fascinante, majestuosa. Su danza es un poema yoreme que sella el corazón y hace correr lágrimas de emoción en algunos visitantes del grupo. La alegría yaqui se vivió ese día con danzas que iniciaron desde el atardecer hasta la salida del sol del Domingo de Pascua. Llenaron de fuerza y energía el aliento inquebrantable del yaqui de antes y de hoy.

Domingo 20 de abril de 2014

Este día una parte del grupo visito por unas horas el Cochorit, una playa cercana para conocer el mar de las costas de Sonora.

Después de las doce ya de regreso en Vicam, pudimos presenciar un acto de despedida y agradecimiento del grupo hacia las autoridades tradicionales con el bastón de mando recién retomado. Bajo la enramada, en ese sagrado lugar de la guardia tradicional, hubo unas palabras del vocero de la tribu Mario Luna quien agradecía en nombre de la tribu nuestra presencia y el haber mostrado respeto durante la jornada. Fueron palabras, sencillas y contundentes, pero también muy emotivas, ya que para el grupo fue un honor el que nos hubieran recibido y el que nos permitieran presenciar su mundo digno, su espacio de voluntad inquebrantable, de sacrificio, de lucidez, de fuerza que potencializa el espíritu. Ese mundo irredento que fortalece la lucha de antes y de hoy.

Y así con el corazón en lo alto y con el compromiso de cada quien desde sus trincheras apoyaría la lucha que la tribu yaqui está llevando por el agua, nos dirigimos hasta la carretera en Vicam junto al sitio del bloqueo y gritamos consignas a favor de la Tribu Yaqui y colocamos las mantas que les regalamos a nuestra llegada.

Los niveles de emotividad aumentaban cada vez más mientras trascurrían los momentos del día de la despedida. Con una de las mantas, el grupo bloqueo por un momento la carretera al grito de protesta por el acueducto. Fuimos testigos de cómo gente del pueblo se conmovieron, vimos como corrían lágrimas de sus mejillas al ver cómo, personas venidas de lugares tan distantes como la Ciudad de México, y originarios de Chile, Colombia, Estados Unidos y hasta España estaban haciendo consignas, dejándolos ver que no están solos en su lucha.

Lo vivido ahí no tiene precio, ni tiempo. Es perdurable, y habita en el espíritu de cada ser capaz de tener conciencia y solidaridad. Eso es ser congruente, el pisar un suelo lleno de poder y ser hermanados en su lucha y como dicen los yaquis, desde ese territorio sagrado donde se defiende lo que el creador dejo a la Tribu Yaqui, quedando ellos como depositarios de sus riquezas, que en el tiempo pasado defendieron con sus vidas y lo seguirán haciendo en el presente de generación en generación. Antes de abordar el camión hicieron una fila para saludar de mano a cada uno de los 45 visitantes, en una despedida culminada de emoción.

Vaya pues ahora, nuestro abrazo fraternal a la Tribu Yaqui de mujeres y hombres solidarios de otras latitudes de la tierra y hasta de esta misma región que nos vio nacer.

Ese día partió el camión de regreso a México D.F, a donde llegamos llenos de fuerza y voluntad, inspirados por el soplo del espíritu inquebrantable del yaqui de antes y de hoy.

There are 2 comments

  1. Eddie

    El simple hecho de leerlo, de recordarlo, me hace revivirlo de nuevo, sentir otra vez toda esa energía, esa fuerza, esa pasión por vivir, fluyendo con fuerza dentro de mi.
    Verdaderamente los yaquis son una raza fuerte, porque sus antepasados los siguen sosteniendo… como las raíces al árbol. Y es tanta, tanta esa fuerza, que por unos días nos adoptaron y nos alimentaron con ella en abundancia, con un elixir tan nutritivo para el alma como no lo hay en todo el mundo.
    NÁMAKASIA!!!

  2. JLValdés

    Defender el agua del heroico pueblo Yaqui, es defender el agua del territorio mexicano de los delincuentes depredadores, e insaciables avaros del neoliberalismo locales como internacionales. Que no les importa pasar sobre regiones con pueblos ancestrales, engañando por medio de la difusión de la propaganda mentirosa, de un «PROGRESO» en base a un «desarrollo sustentable», «amigables con el entorno» y demás cantos de las sirenas, para desaparecer a este valiente pueblo de gente originaria. En aras de utilidades que además, salen del país, dejando a cambio, miseria y muerte….!!!!

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