Se dictará sentencia en el caso de Obed Palagot, último procesado del 1DMx 2012

Fotografía: Nomads/La Pirata

Lee la carta de Obed Palagot previa a su sentencia.

A un año y medio de las protestas contra la imposición de Enrique Peña Nieto como presidente, se anuncia la audiencia para dictar sentencia al estudiante Obed Palagot Echavarría, acusado del delito genérico de ataques a la paz pública en pandilla, sin que haya una sola prueba que sustente las acusaciones.

#Obed1dmxLibre

1DMX no se olvida: «Desde este espacio de organización de ex-presxs y procesados, pero sobre todo de gente solidaria, convencida de la defensa de la vida digna y libre, les pedimos su apoyo y difusión para con nosotrxs y el compañero Obed Palagot, que el 11 de junio recibirá sentencia a más de 1 año y 6 meses de un desgastarte proceso infundado e injusto. Sabemos que así como su caso lo son la mayoría, fundados en delitos fabricados e incoherentes y sin ninguna prueba. Por ello y con todas las pruebas a nuestro favor ¡EXIGIMOS LA LIBERTAD ABSOLUTA DE OBED Y TODOS NUESTROS COMPAÑEROS DEL 1DMX!»

Obed es el último preso del 1DMX 2012 que falta por recibir sentencia. La audiencia en un principio estaba programada, ante la Licenciada María del Carmen Patricia Mora Brito, C. Juez 47 Penal en el Reclusorio Norte (Reno), en una fecha que desde hace tiempo simboliza la represión en México: el 10 de junio, día de «el halconazo». Sin embargo, con una maniobra arbitraria de último momento, la juez cambió la fecha, postergando un día la audiencia, que ahora será el miércoles 11 de junio a las 2:30 pm. Se invita a todas y todos a acompañar a Obed en esta audiencia clave.

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El 1 de diciembre de 2012, los gobiernos federal y capitalino, mediante sus policías, no sólo llevaron a cabo más de cien detenciones arbitrarias, también provocaron el asesinato, aún impune, del compañero Kuy Kendall, así como la posterior desaparición forzada de Teodulfo Torres. A pesar de la fuerte represión y la fabricación sistemática de delitos en los procesos jurídicos, las autoridades sólo han logrado dos sentencias de culpabilidad: las de Bryan Reyes Rodríguez y  Oswaldo Rigel Barrueta, quienes continúan llevando adelante su proceso para cambiar tal injusticia.

Obed recibirá sentencia en medio de un clima de aumentada represión, generado bajo las administraciones de Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Mancera, que se demuestra con algunos ejemplos: la reciente tortura de los compañeros loxicha en una nueva prisión de máxima seguridad en Oaxaca; el encarcelamiento de Juan Carlos Flores Solís y Enendina Rosas Vélez  por ser activistas en el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y Agua en Morelos, Puebla y Tlaxcala; el prolongado encarcelamiento de tres jóvenes detenidos el pasado 2 de octubre en el Distrito Federal: Mario González García, José Alejandro Bautista (sentenciados ambos a a 5 años 9 meses) y Abraham Cortés Ávila (sentenciado a 13 años y 4 meses),  así como la reciente ratificación del auto de formal prisión a Fernando Barcenas Castillo, “el Fercho”, presuntamente responsable por la quema del árbol de navidad de Coca-Cola el pasado diciembre en el DF.

Obed Palagot, de 25 años de edad, era estudiante de octavo semestre de la carrera de biología en la FES-Iztacala de la UNAM y becario de Conacyt hasta el 1 de diciembre de 2012.  A través de la Asociación Civil Ecopil Arte Crea Conciencia, él trabajaba en un proyecto para la recuperación y cuidado del medio ambiente en la Meseta Ahumada Tequixquiac–Apaxco, Estado de México, donde hacía actividades encaminadas a formar vínculos entre las personas y su medio, trabajando en zonas áridas. Al realizar su servicio social en el programa Renovación de los Recursos Naturales en Tepeji del Río Ocampo, Hidalgo, Obed daba talleres y clases acerca del uso de las plantas en las comunidades a chicos de preparatoria. También es fotógrafo y entusiasta del montañismo. Sus compañeros de clase, amigos, amigas y familiares lo conocen como una persona muy responsable con buenas ideas que siempre ayuda a los demás.

Una carta dirigida a José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el 14 de diciembre de 2012, firmada por  más de cien académicos, estudiantes, trabajadores y egresados universitarios, así como ciudadanos y familiares de los detenidos, le conminó a proporcionar «todo el apoyo legal que la universidad pueda brindar para alcanzar el sobreseimiento de la acción penal  contra Obed» y también contra Ana Lilia Yépez,   Rita Neri Moctezuma y otras personas detenidas el 1 de diciembre durante una «legítima protesta pacífica».

Una segunda carta publicada en La Jornada firmada por su directora de tesis, la Dra. Emma Berta Gutiérrez-Cirlos Madrid y 175 personas más sostiene que:

El trato recibido por él y los demás encarcelados, ampliamente documentado en la prensa, muestra la absoluta arbitrariedad con la cual ha actuado la policía. La liberación de 56 de los 70 detenidos constituye un reconocimiento de tales arbitrariedades. Tenemos conocimiento por la prensa de que el proceso que se le siguió estuvo plagado de irregularidades, y que la acusación no se ha sustentado sobre prueba alguna, lo cual constituye otra arbitrariedad inadmisible y una violación al estado de derecho.

Para el 22 de diciembre cientos de investigadores, profesores, estudiantes y egresados de la UNAM, así como de la UAM, la ENAH, de otras universidades mexicanas y extranjeras, habían firmado otra carta dirigida al rector de la UNAM denunciando las «detenciones arbitrarias y extremadamente violentas de que fueron  objeto nuestros estudiantes Obed Palagot Echavarría y Ana Lilia Yépez Cancino».  Exigían la liberación inmediata de Obed y se pronunciaron por la anulación del proceso jurídico que se sigue en contra de Ana Lilia, «pues consideramos que el abuso de la fuerza y el uso tramposo de las reglamentaciones en vigor están muy lejos de un Estado de derecho y de las aspiraciones democráticas de la ciudadanía».

En un sistema de justicia donde las y los jueces y magistrados trabajan por consigna, las irregularidades en el proceso de Obed reflejan otras que han sido constantes en los procesos de los presos detenidos el 1 de diciembre, el 2 de octubre o en otras fechas claves, en las cuales las averiguaciones están mal hechas, los policías mienten y sus testimonios son contradictorios. Se ha constatado que juran que alguien fue detenido en un lugar a cierta hora; luego, un video, aportado por la defensa, registra claramente que la detención ocurrió en otro lugar y en otro momento. La falta de pruebas, en muchos casos, ha resultado en la inmediata salida de decenas de detenidos; en aquella ocasión específica, el 1 de diciembre de 2012, salieron así 56 personas.

En el caso de Obed, según las declaraciones de los policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Simón Beltrán Olivares, Rosalba Hernández Paez y Ángel Moreno Díaz, él fue detenido a las 13:00 horas en la avenida Juárez esquina con avenida Balderas, cuando en realidad fue detenido a las 13:51 horas en 5 de Mayo y el Eje Central Lázaro Cárdenas.

Beltrán Olivares dice: «Lo reconozco plenamente sin temor a equivocarme por las vestimentas que portaba siendo playeras de diferentes colores, pero tenían la leyenda de yo soy 132», sin embargo ese día Obed llevaba playera gris sin  estampado alguno, pantalón gris y gorra blanca.

Es acusado de ataques a la paz pública en pandilla, acusación que consiste en usar «violencia extrema», realizando «diversos actos contra las personas y cosas, al utilizar tubos, cadenas, arrojando petardos piedras y palos, dañando cosas, vehículos, inmuebles, agrediendo físicamente a los elementos policíacos y civiles», aunque no hay una sola prueba que apoye las acusaciones. Por el contrario, los propios videos de la SSP demuestran que Obed fue detenido con violencia por la policía cuando reclamaba a los granaderos por varios abusos e intentaba proteger a su novia Ana Lilia Yépez, quien fue golpeada por los granaderos.

En su recomendación 7/2013, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal dice: «Obed Palagot acudió a manifestarse al Centro de la Ciudad de México. Las causas por las que la policía argumenta su detención son del todo ajenas de su detención real. Según la policía, fue detenido en flagrancia en el momento en que dañaba un camión de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) en las calles de Juárez y Balderas cuando en realidad su detención se llevó a cabo en Eje Central y Cinco de Mayo a las trece horas con 51 minutos».

En un video se observa claramente que a la 1 de la tarde Obed se encontraba entre un grupo de personas que se opusieron a un encapsulamiento policiaco en la calle Palma, esquina con Madero, gritando: «No nos vamos, suéltenlos». Al final se ve que llega a 5 de mayo a la 1:51 pm.

En otro video, desde el segundo 00:14 hasta el segundo 00:33 se aprecia su llegada a 5 de Mayo por el Eje Central y de su detención a las 13:51.

Obed ha declarado que el día 1 de diciembre salió de su casa en bicicleta a las 9 de la mañana y se dirigió al Palacio Legislativo para ejercer su derecho constitucional de manifestarse en repudio a la imposición de Peña Nieto y a la toma de protesta de ese día. En entrevista, explicó que casi cinco horas más tarde, caminaba en el centro de la ciudad por el Eje Central con su novia Ana Lilia y su amiga Rita Neri Moctezuma cuando vieron que un señor se cayó y un grupo de granaderos empezó a patearlo y golpearlo con sus escudos. Cuando Ana Lilia corrió para decirles que dejaran de golpearlo, ellos se lanzaron sobre ella.

En ese momento yo corro para protegerla. Cuando corro y me pongo en medio para detener los golpes que le estaban dando, en algún momento llegan más granaderos, me jalan, me encapsulan, y me golpean durante casi dos minutos entre más de treinta granaderos. A mi novia también la golpean y la toquetean.

Uno de los policías golpeó a Obed con una piedra, dejándolo con heridas en la cabeza, la mandíbula, la ceja del ojo derecho, el cuello, los brazos y los antebrazos.  Lo subieron a un camión de policía y él vio que cuando estaban subiendo a Ana Lilia le comenzaron a jalar el cabello, y les exigían que se acostaran encima de otras personas que se encontraban en el suelo  del camión patrulla. Vio que también subían a su amiga Rita.

Los llevaron al Ministerio Público 50 (conocido como el Bunker) donde Ana Lilia estuvo dos días en las galeras. Obed y Rita fueron trasladados a reclusorios en donde permanecieron  27 días; ella en el penal Santa Martha Acatitla y él en el Reclusorio Norte (Reno).

Obed cuenta que «el día tres de diciembre de 2012 a las 5 de la mañana aproximadamente, nos sacaron a todos los hombres de las celdas en las que nos encontrábamos en el MP. Nos formaron a todos en el pasillo y nos hicieron subir con el médico legista para que nos revisara…»

Después, los bajaron a las celdas donde los empezaron a clasificar «con una nueva lista que tenían los policías de investigación». Los separaron en sólo seis celdas. En algunas metieron hasta quince personas por celda mientras en otras quedaban solo cuatro personas.

«Una vez que nos tuvieron formados en el orden que querían, nos empezaron a mover de forma aún más agresiva, aumentando los insultos y el tono de éstos». Al pasar por la puerta de un zaguán negro, entraron en un estacionamiento que estaba muy oscuro.

…ahí había también elementos de policía con uniformes comando azul marino y chalecos, portando armas en sus manos (pistolas automáticas y metralletas) haciéndonos ver que estaban listos para usarlas y que no dudarían en hacerlo. Ellos gritaban «¡Agachados! ¡Rápido! ¿Qué estás viendo?», los policías eran alrededor del mismo número que nosotros pero todos ellos armados, mientras pude notar que la mayoría, si no es que todos, los que estábamos formados estábamos muy asustados…

A nosotros nos formaron al lado de dos camiones de granaderos a los cuales nos subieron los elementos vestidos de comando en conjunto con los policías de investigación. En el camión nos sentaron por parejas, yo estaba sentado del lado de la ventanilla del conductor, del lado izquierdo en la tercera fila de asientos y a mi lado derecho estaba Alejandro Lugo Morán, quién estaba esposado; enfrente estaba César Llaguno y un chico que se llama o apellida Silvestre.  Cuando estuvimos todos arriba de los dos camiones estos se pusieron en marcha junto con los elementos de seguridad pública en sus respectivos vehículos en forma de caravana, rodeando todos los vehículos a los dos camiones. Yo me logré ubicar hasta que salimos al Eje Central Lázaro Cárdenas, más o menos a la altura de Izazaga. En algún momento alguno de los que iba esposado en el camión dijo «vamos al Reclusorio Norte». En ningún momento ningún servidor público nos hizo saber a dónde nos llevaban y mucho menos para qué. Hasta ese momento supe a donde nos llevaban sólo porque uno de los detenidos lo intuía. Era lunes por la mañana y había muchos niños yendo a la escuela, cuando pasábamos en los camiones la gente se nos quedaba viendo y veía aquel operativo de no sé cuántas patrullas, pero seguro más de diez, e igual número de motociclistas abriendo el paso en el Eje Central y en medio los dos camiones llenos de prisioneros mudos, en un silencio impuesto por la justicia mexicana. Al pasar por Bellas Artes el chico Silvestre sólo dijo «el sábado yo estaba aquí» y los ojos se le llenaron de lágrimas y enmudeció. Cuando pasamos por el Eje 1 Norte no pude evitar pensar en las flores blancas que crecen en los árboles de la Biblioteca Vasconcelos y lo mucho que pasaría antes de volverlas a ver.

Una de las muchas violaciones al debido proceso de ley en el caso de Obed fue que se violó el término constitucional al sacarlo a él y la otros compañeros del Ministerio Público aún cuando se había girado un amparo y se les recibió en el Reno sin tener las boletas o el papeleo necesario para eso.

Esta violación se constata en la Recomendación 7/2013 del Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, donde dice: «Quedó demostrado que el agente del ministerio público adscrito en la agencia 50 de la Fiscalía Central de Investigación de la PGJDF en 59 de los 69 casos que ejercitó acción penal violó el plazo de 48 horas para su consignación e inmediata puesta a disposición de la autoridad judicial».

Además, se destaca en la Recomendación que «la situación de afectación a la libertad de las y los 69 agraviados consignados se agravó puesto que el agente del Ministerio Público, a pesar de que no formalizaba su consignación, desde aproximadamente las 7:00 horas del día 3 de diciembre de 2012, ordenó su traslado e ingreso en calidad de «retenidos» al Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla y al Reclusorio Preventivo Varonil Norte, respectivamente. Las y los agraviados permanecieron por un lapso de más de diez horas materialmente privados de la libertad en centros de la reclusión, pero formalmente aún a disposición de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal».

Al llegar al Reno, los custodios del personal penitenciario bajaron a los detenidos y los desnudaron  a las 6 de la mañana. A algunos de los compañeros les obligaron a hacer ejercicios desnudos. Los llevaron corriendo los pasillos donde estaban formados todos los custodios que los iban golpeando en el camino.

Dice Obed:

…nos formaron detrás del grupo que había entrado antes, nos hacían mantenernos a veces parados, a veces  sentados, a veces agachados y a veces contra la pared, buscando cualquier excusa  para abofetearnos «¡que te agaches! ¡Párate! ¡No veas! ¡Pega bien la frente a la pared!». Cuando ya estuvimos todos en aquel pasillo de diez metros de ancho nos empezaron a mover por el pasillo hasta llegar a una entrada y pasando ésta ya eran los pasillos del reclusorio; al entrar, estaban además de internos caminando por ahí, una serie de custodios formados a lo largo del pasillo, listos y dispuestos para golpearnos con puños y patadas; era como una bienvenida.

Ese día por la tarde cuando nos visitó personal de Derechos Humanos los vimos en las oficinas de la dirección, ahí fue muy rápido y nos pedían datos generales. Ese día me enteré que Ana Lilia no había sido trasladada al reclusorio pero no sabía nada de Rita. Aquella noche para dormir, en las celdas había visto como un custodio golpeó a dos compañeros, a Roberto Fabián y a Alejandro Lugo, y en ese momento contábamos, además del uniforme, con una cobija que nos habían dado, sólo una y en muchas ocasiones sucias y orinadas.

Durante las semanas que pasaron en el Reno, estaban encerrados todo el tiempo, todas las visitas se hacían en las celdas o en un pasillo estrecho, y sólo una vez pudieron salir al patio.

…Todo el tiempo estuvimos en nuestras celdas de tres por tres cerradas y sólo el sábado de esa primera semana nos dejaron estirar las piernas en el pasillo de unos tres por 18 metros durante 15 minutos.

Las visitas las recibimos todas en el pasillo de nuestras celdas, excepto una que nos permitieron bajar al patio por un par de horas. Después de que nos dictaron el auto de formal prisión cuando quedábamos 13 nos acomodaron en tres celdas y teníamos más cobijas gracias a las que nos habían dejado los compañeros que salieron, pero fue lo único que cambió. La densidad de nuestro pasillo, por lo demás, era casi igual, encerrados salvo algunos momentos y sólo en el pasillo; el teléfono seguía siendo sólo por una hora, el agua era fría y los tratos malos, si bien no por parte de todo el personal sí por muchos de ellos, médicos que se negaban a revisar con más minuciosidad nuestras quejas, custodios que insultaban y golpeaban, personal administrativo y trabajadoras sociales que te humillaban. Todo esto hasta el 27 de diciembre de aquel año.

Después de casi un mes de encarcelamiento, un amplio apoyo público resultó en la jubilosa salida de Obed y otros 13 compañeros del Reno, para llevar sus casos bajo libertad provisional. Desde entonces, él se ha dedicado principalmente a llevar su proceso, concluir su proyecto de tesis y apoyar a otras y otros presos y procesados en su búsqueda de justicia y libertad.

Obed Palagot, como muchos otros compañeros, nunca debería haber pisado la cárcel. Este 11 de junio, todas las pruebas apoyan una sentencia absolutoria para él. La injusta imposición de una sentencia condenatoria sería un grave error.