Han comenzado a acentuarse los efectos de la reforma educativa en Oaxaca, la represión es lo que queda como recurso para el Estado. El golpe a las normales, cuna de los profesores, es el primer gran impacto que tendrá este reajuste de modelo educativo. Un esquema que dejará sin trabajo a cientos de estudiantes que se están formado como trabajadores de la educación. De ahora en adelante, los normalistas tendrán que competir con el ejército de desempleados que arrojan las universidades en cada generación.
Son casi dos meses de resistencia que han sostenido más de tres mil estudiantes que forman parte de la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO). La única opción que han encontrado para exigir que el gobierno y las autoridades correspondientes los escuchen ha sido el bloqueo de carreteras, la toma de camiones de transporte público y de transporte de mercancías de empresas transnacionales, así como la toma de gasolineras donde han regalado gasolina a los usuarios y de casetas de peaje, dejando pasar libremente a los automovilistas.
Tras realizar estos actos, y de nuevo obtener como respuesta sólo oídos sordos por parte de las autoridades, los estudiantes decidieron radicalizar sus acciones, ya no únicamente con la toma de instituciones y centros comerciales, sino con la quema de vehículos de empresas transnacionales que tenían retenidos. El viernes 21 de marzo, por la noche, el gobierno de Gabino Cué respondió con una brutal represión, que recuerda aquella que ordenara el gobierno de Ulises Ruiz contra la APPO en el año 2006, y da pie a la pregunta referente a las promesas de campaña del excandidato y actual gobernante del estado: ¿qué tipo de cambio es éste que reprime con tal brutalidad a los estudiantes que exigen su derecho a trabajar?
Más de 162 normalistas fueron detenidos, en su gran mayoría mujeres, a quienes la policía golpeó como si fueran delincuentes. El secretario general de la Sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y uno de los representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Rubén Núñez Gines y la comisión política de este gremio, negociaron la liberación de los presos. A las cinco de la tarde del día 22, habían liberado 40 estudiantes, algunas mujeres no podían caminar por los golpes recibidos, por tanto, fueron trasladadas al hospital en una ambulancia. El día concluyó con una manifestación de los normalistas y gente que se solidarizó, marcharon con rumbo al zócalo de la ciudad de Oaxaca, 86 detenidos ya habían sido liberados, no obstante, se presumía que el gobierno se había comprometido a liberar a todos los presos antes de las 12 de la noche.
El sindicato de la Sección XXII y los normalistas afirman que se movilizarán y llevarán a cabo acciones hasta que liberen a todos los estudiantes. «La prioridad ahora es sacar a todos nuestros compañeros para que no los sigan golpeado, pero no daremos un paso atrás con nuestro pliego petitorio» sostiene una estudiante de la comisión de prensa y propaganda de la CENEO.
Deysi García, profesora de la Sección XXII, participante en la construcción del Plan Estatal de Transformación de la Educación (PETEO) y exalumna del Centro Regional de Estudios Normales de Oaxaca (CRENO), considera que la represión hacia los estudiantes es lo que también les espera a los profesores en el transcurso del año o para el 2015. «Tendrá un efecto dominó que ha comenzado desde la cuna de los profesores. En las normales esto es preocupante porque muchos de los profesores deberían de estar aquí. Éste es el inicio de los efectos de la reforma educativa».
De la misma forma refirió, que así como a los estudiantes se les cataloga de vándalos y delincuentes, eso mismo les sucederá a los profesores y se tendrán que despedir de sus trabajos. «Es el inicio de la privatización de la educación, porque si de por sí, no es accesible para muchas familias, será mucho peor cuando los padres de familia tengan que pagar por al educación de sus hijos».
«La desaparición de las normales rurales y la reducción del presupuesto fue una de las primeras llamadas de atención a la que no le dimos mucha importancia y si hoy hacemos caso omiso a la situación que están viviendo los normalistas, no sólo seremos afectados los profesores, sino todos los padres de familia y sobre todo, los niños» sostuvo Deysi García, quien se sumó con su madre a la movilización.
Mientras tanto los alumnos están a la espera de que sus compañeros sean liberados, y como señal de buena voluntad para el diálogo, entregaron un conjunto de vehículos de las empresas, como se acordó en las negociaciones con Gabino Cué y el procurador de justicia, Héctor Joaquín Carrillo Ruiz.