Xilonen Pérez / CDMX

Nuestras luchas se entrecruzan con sus distintas formas, sabores y colores. Esa diversidad fue evidente el pasado 8 de marzo. Unas gritamos, otras rayamos, rompimos y quemamos, algunas miramos o documentamos. Todas resistimos las violencias machistas cotidianamente; la rabia y el hartazgo se comparten.

¿Qué opinas?