Estamos enfrentando al Estado y no estamos locas, somos un ejemplo de cordura mental: FUNDENL

Por Estefanía Ávalos Palacios

El día 21 de abril de 2017, mujeres organizadas en Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL) realizaron una rueda de prensa denunciando a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Nuevo León y dando a conocer un resolutivo de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).

Ahí estuvieron presentes, portando una playera con la pregunta: «¿DÓNDE ESTÁN?», Irma Leticia Hidalgo Rea, madre de Roy Rivera Hidalgo, ausente desde el 11 de enero de 2011; María Luisa Castellanos López, esposa y cuñada de los hermanos Nicolás Flores Reséndiz y Reyes Flores Reséndiz, ausentes desde el 28 de marzo de 2011; y Maricela Alvarado González madre de César Guadalupe Carmona Alvarado, ausente desde el 24 de junio de 2011.

FUNDENL surge en el año 2011 como una necesidad de autorganización y apoyo ante los oídos sordos y el desprecio encontrado en todos los niveles de gobierno de la entidad, desde la administración de Rodrigo Medina y actualmente con la de Jaime Rodríguez Calderón. FUNDENL la conforman familiares y amigos de desaparecidos, y es necesario resaltar que esta labor es encabezada principalmente por mujeres que desde hace seis años se dedican día tras día a la búsqueda de verdad y justicia, es decir, a la búsqueda de los ausentes, tanto de los propios como a la reivindicación de todos los desaparecidos del país, que en cifras oficiales, suman más de 30 mil desde que detonó la guerra de Felipe Calderón.

Para más información visita: fundenl.org

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El propósito de esta rueda de prensa fue dar a conocer las recomendaciones de la CEDH respecto a la inacción de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Nuevo León, a cargo de Bernardo Jaime González Garza, en torno a las investigaciones para localizar a los más de 4 mil desaparecidxs en la entidad.

La CEDH se dirige a los que «resulten responsables» y formen parte del Ministerio Público Investigador número 1 del Tercer Distrito Judicial del estado de Nuevo León. Además de una serie de recomendaciones básicas y elementales, como disponer recursos humanos y materiales suficientes para investigación, informar debidamente a los familiares y esclarecer los hechos verdaderos en cada caso. FUNDENL resalta una de las recomendaciones.

Tal recomendación implica abrir un proceso de responsabilidad administrativa al reconocer y confirmar que ante los casos de desaparecidos presentados por familiares, los elementos de este ministerio «no actuaron con la debida diligencia», así como «determinar su participación por acción u omisión y consecuencias correspondientes por violar derechos humanos».

Este dictamen surge de una queja interpuesta por las familias organizadas en FUNDENL y, comentan las madres que el hecho de que la CEDH de Nuevo León, una institución perteneciente al Estado, reconozca que el trabajo de la Procuraduría General de Justicia no solamente ha sido nulo y negligente, sino una total simulación y burla, es un logro de la lucha, un logro de ellas mismas. Ya que en el andar de la búsqueda de sus hijos se han tenido que enfrentar al Estado y han asumido la tarea de denunciarle constantemente ante la evidente injusticia, corrupción e impunidad con la que opera.

Actualmente, son 25 familias de 33 ausentes las que se mantienen activas y haciendo presencia como FUNDENL. Luisa, Lety y Maricela comentan que hay muchas familias regiomontanas que tienen mucho temor de denunciar la desaparición algún miembro, y es en eventos públicos en las plazas de la ciudad en donde madres, padres, abuelxs e hijxs se acercan con lxs miembrxs de FUNDENL con la confianza de compartir su caso y denunciar desde el anonimato, a lo cual lxs compañerxs responden con cobertura y solidaridad para acompañarlxs y brindar servicios de asesoría legal y asistencia psicológica.

Tenemos un registro de más de 300 que se han acercado, este año muchísimos más. Cada una de nuestras actividades dentro de la plaza implicaba que se acercara en promedio de dos a tres personas, a veces seis denuncias, pero nada más a nosotros, es gente que no se atreve a ir a la Procuraduría.

Las madres también comentan que para ellas, organizarse ha sido fundamental y hacen un llamado a las demás familias a no quedarse solas. Estar juntxs ha servido para poder ser una voz colectiva frente al Estado, un ejemplo es que cuando caminaban solas cada caso estaba considerado en un acta circunstanciada (lo que quiere decir que la denuncia se considera como carente de certidumbre) y fue cuando se integraron a FUNDENL que la investigación pasó a ser una averiguación previa, es decir, que se reconoce la denuncia como certera. Pero también denuncian que, pese a su trabajo constante y reconocimiento público, los procuradores y gobernadores constantemente las han ignorado y evitan reunirse con ellas.

Esto quiere decir que las familias que caminan solas o las familias que todavía no tienen el apoyo y que no están agrupadas, enfrentan esta situación. En nuestro caso hemos estado insistentes, hemos hecho presencia, colaboramos y aun así se presentan estas situaciones. La verdad es inimaginable la situación que presentan los casos de las familias que no están agrupadas en alguna organización.

El trabajo de FUNDENL no está limitado a encarar al Estado, esto ha sido un «extra» ante la complicidad y encubrimiento que distingue al narcoestado mexicano. También, en su búsqueda se han encontrado con otros colectivos y organizaciones de otros estados con los que se acompañan,  coordinan y comparten lo que cada uno en su historia ha ido enfrentando y aprendiendo.

Ellas observan que están en otra etapa de lucha en donde están fortaleciendo la organización, principalmente entre mujeres. Recuerdan que una primera etapa era la desolación y la tristeza.

Morimos de pura tristeza y también pensamos que a lo mejor perdiéramos la cordura, sobre todo en la etapa inicial. Pero nos dimos cuenta que esta tragedia se puede llevar o vivir con ella, acompañados. Solas, ya hemos visto como muchas madres y sobre todo abuelas han muerto de pura tristeza, padres también porque ellos como no los ven aquí con nosotros, tiene una manera diferente de aguantar o llevar este dolor. Se nos han muerto más padres o abuelos, también madres y abuelas, pero nos llama mucho la atención que los varones se nos estén muriendo.

En la etapa actual en la que están, su trabajo se bifurca en varias dimensiones. Por un lado el trabajo de denuncia constante al Estado, tanto a instituciones, fuerzas armadas, autoridades y administrativos; también, la denuncia pública frente a la sociedad regiomontana, cimbrando la memoria y llamando a no olvidar ni normalizar que la cotidianidad transita en una guerra que ha dejado miles de desparecidos, y que el discurso de «Trabajamos por un Nuevo León en paz» es, desde la «T» hasta la «Z» una mentira, pues las desapariciones, feminicidios, balaceras suceden todos los días.

Otro trabajo que realiza FUNDENL es la búsqueda exhaustiva  —a pie, con palas, drones y el apoyo de científicos forenses— de fosas clandestinas y campos de exterminio a lo largo de todo el territorio, por montañas, desiertos y valles, desde el desierto de García hasta colonias de clase media como Cumbres y el cerro de las Mitras. Sí, la violencia en Nuevo León, desde hace ya un tiempo dejó de estar limitada a los guetos y la pobreza, fue visible y experimentada por la clase media y burguesa regiomontana tomando como hecho representativo el asesinato, cometido por el ejército, de los estudiantes Jorge Antonio Mercado y Javier Francisco Arredondo en 2010, y un sinnúmero de empresarios y pequeños comerciantes que suman la lista.

Su labor también se ha enfocado en la formación práctica y teórica, pues han visto que «no sólo es el deseo de querer hacer”»sino de saber hacer y «preparamos para afrontarlo». Mediante el estudio de leyes y abogacía; talleres de investigación forense, como la capacitación que ofreció el Grupo de  Investigación en Antropología Social y Forense; y encuentros y coloquios realizados al lado de investigadores sociales, lxs familiares han adquirido y compartido herramientas y saberes para buscar por cuenta propia a sus ausentes ante la sordera gubernamental.

Por último Lety, Luisa y Maricela llaman a la lucha organizada como una necesidad fundamental. A que las familias se agrupen y hagan colectivo, pues es de este modo como pueden sobrellevar,  fortalecerse y enfrentar esta largo caminar para la localización se sus desaparecidos.