A 40 años del golpe neoliberal a Latinoamérica

Por Coordinadora Ayotzinapa Somos Todas y Todos (Chile)

El 19 de marzo, diversas organizaciones políticas-sociales se reunieron en Chile con el fin de conmemorar los 40 años del golpe de Estado en Argentina, uno de los más sangrientos y cruentos de la operación civil, militar y transnacional denominada «Operación Cóndor». Dicha operación, un plan de coordinación entre regímenes dictatoriales contra las diversas experiencias ético-políticas de transformación de la vida colectiva, se realizó a nivel continental en 1970 y 1980 en diversos países del cono sur. Tan sólo en Argentina, el plan Cóndor dejó 30 mil desaparecidos, estimándose una cifra negra que aún sigue en el silencio de los sicarios-militares que actuaron en el proceso.

La jornada del 19 de marzo estuvo marcada por la necesidad de activar nuevas estrategias para la convergencia entre las múltiples formas de resistencia, que tanto en Chile como en otros países y regiones siguen afrontadas y enfrentadas a las prácticas neoliberales que promovieron e instalaron las dictaduras. Las prácticas neoliberales aún persisten, profundizadas y actualizadas de acuerdo a un paradigma de gestión gubernamental que, al mismo tiempo que estatal y transnacional, se ha vuelto global.

La reflexión que emergía mientras se recorría la feria de stands no dejaba de tornar sensible los delgados umbrales con los cuales las dictaduras y las democracias neoliberales tienden a indistinguirse. La Operación Cóndor no sólo puso en ejecución una máquina sistemática de despojos materiales sobre tierras, industrias y garantías en servicios sociales conseguidas de forma distinta al principio de acumulación capitalista sino que, de la mano del terror y la extrema vulnerabilidad, también pretendió despojar relatos, experiencias, cuerpos y afectos colectivos. Pese a ser fusilados, enterrados y desaparecidos, se volvieron irremplazables y, hasta la actualidad, irreductibles a cualquier política estatal de reparación y consenso.

Junto con los stands, en la jornada se saludó y reconoció la infatigable lucha de padres, familiares y amigos de miles de mujeres, hombres, jóvenes y niños. Ellos han mantenido vivas e inagotables la memoria, las fuerzas, la valentía, la incesante creatividad y el coraje de quienes lucharon por un nuevo común. Quienes murieron por querer vivir de otra forma han forjado hasta hoy la historia colectiva de quienes nacen día a día prestos a la vida con dignidad y sin miedo.

Ayotzinapa Somos Todos

La coordinadora Ayotzinapa Somos Todos, que articula diversas individualidades, colectivos y organizaciones chilenas internacionalistas, se presentó en la jornada a través de un stand, en el cual se expusieron fotografías de la Caravana de Padres y familiares de los 43 compañeros desaparecidos en México. Se realizó la entrega de panfletos con información y cartas abiertas de las agrupaciones tanto de Ayotzinapa como de periodistas libres y organizaciones afines a la resistencia mexicana contra el narco-estado y sus cómplices militares y paramilitares. El stand y la coordinadora logró establecer amplia difusión y reconocimiento ad portas de la jornada de conmemoración del año y medio de la desaparición de los 43 normalistas (el próximo 26 de marzo), fecha para la cual en Chile se realizará una actividad abierta en una reconocida plaza del centro de Santiago.

Por medio de la tribuna dada en el acto central a la Coordinadora, se hizo hincapié en la necesidad de reflexionar sobre la actualización de los mecanismos de tortura y desaparición con la cual se amenaza a nivel global a mujeres, hombres, jóvenes y niños. Esta maquinaría es propia del modelo neoliberal y con ella se trata de normar las diversas formas de vida de acuerdo al principio general del mercado. Es fundamental, para reactivar procesos internacionales de apoyo y resistencia, mirar con recelo el proceso de reorganización de la maquinaria capitalista a nivel global, sobre todo cuando los derechos humanos son funcionales a democracias que recurren a la guerra, la militarización, la desaparición generalizada, el miedo y el emprendimiento más salvaje, como el narco-tráfico y sus formas expresivas de violencia y consumo, como vectores de desarrollo.

Vivos se los llevaron, vivos los queremos

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