Para Alejandro Bautista

Yo he puesto la mano osada
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.

José Martí
(fragmento de «Versos Sencillos», 1891)

Domingo 3 de mayo, en un aniversario más de la violencia ejercida contra el pueblo de San Salvador Atenco, se decidió homenajear a Alejandro Bautista. No podía ser otra fecha, no podía ser una que se saliera del calendario de lucha, una que no significara injusticia y búsqueda de organización y apoyo del pueblo, la decidida para dedicarle a Alejandro unas palabras, unos versos, un espacio conmemorativo en honor a su vida como activista, amigo, hermano, camarada, comediante, actor y todas las facetas que vivió.

Alejandro Bautista falleció el pasado 28 de abril, fue un infarto que le robó el aliento. Su salida del Reclusorio Preventivo Varonil Norte había sido recién el pasado 6 de noviembre (la noche de su cumpleaños). El motivo de su encierro, fue una detención arbitraria que sufrió el 2 de octubre de 2013 mientras documentaba la violencia ejercida por la policía durante la marcha. A pesar de haber padecido eso Alejandro no detuvo su activismo, instalándose sobre avenida Reforma, en el plantón  que exige la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y participando en diferentes manifestaciones, principalmente por la liberación de los presos por motivos políticos.

En el homenaje, destacó la participación teatral y escénica, ya que Alejandro era actor y comediante. A lo largo del día, el grupo teatral CLETA tuvo diversas participaciones, y se llevó a cabo un maratón de ajedrez, debido a la pasión que él tenía por ese juego.

En la puerta del plantón se colocaron algunas mantas con consignas y mensajes políticos acompañadas de fotografías donde se veía a Alejandro con carteles y pancartas , así como una tortuga hecha de papel maché donde se leía: faltan 43.

Debajo de la mesa donde reposaban las cenizas de Alejandro acomodaron flores acompañadas de su eterno ajedrez. Estaban expuestos los dibujos, pinturas, poemas y cartas que hizo durante su injusta encarcelación. Ojos encerrados tras las rejas, paisajes grises, personajes con la cara cubierta, fueron trazos que expresaban la desesperación que sufrió durante los 400 días que estuvo en prisión.

El evento comenzó con palabras cargadas de emotividad de su hermana Christina, quien nunca detuvo la lucha para liberarlo:

Te prometo no cansarme y si acaso me equivoco, guiarme con esa inteligencia, bondad, valor y energía que eran propias de ti.

Tú nombre será limpiado y pagarán los responsables de mermar tu salud, durante tu injusto encierro, y que cada lágrima que de nuestros ojos salió se convierta en una persona consciente con valor para poder lograr juntos y organizados ese México de justicia e igualdad y con árboles frutales por toda las calles por el que tú luchabas.

No conocí bien a Alejandro pero crucé con él un par de palabras en varias ocasiones, compartí con él su pastel de cumpleaños, marchamos juntos, fotografíe alguna vez su mirada, y sé que nunca se cansó de luchar, incluso interpuso algunas demandas penales en contra de funcionarios públicos, entre ellos Marcelo Ebrad. Hoy aquellos que compartieron el camino con él se despiden cariñosamente.

Hasta siempre Alejandro.