Brasil: la sociedad petrolera contra los territorios de la utopía

Por Santiago Navarro y Renata Bessi

En 2006, el gobierno brasileño anunció el descubrimiento de reservas de petróleo y gas en aguas ultra profundas, por debajo de una capa de sal de dos mil metros de espesor, –bautizada como Pre-sal la cual posicionará a Brasil como el sexto mayor productor de petróleo para el año 2035. La IV Flota de los Estados Unidos –desactivada después de la II guerra mundial– reapareció en el teatro de operaciones, rondando la costa brasileña. En su momento el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó: «nosotros estamos preocupados, no necesitamos de la IV Flota; lo que necesitamos es que nuestra marina cuide de nuestras plataformas y nuestros yacimientos de Pre-sal».

Desde finales del año 2014, la paraestatal Petrobras vive un momento crítico desde que la Operación Lava Jato –investigación llevada a cabo por la Policía Federal– identificó una red de corrupción que involucra a ciertos funcionarios y políticos con lavado de dinero y crimen organizado. Mientras tanto, en las cúpulas de poder y los medios de comunicación, así como en los espacios académicos, se ha desencadenado una guerra de discursos sobre el tema. Creando así una polarización entre quienes están a favor de la estatización y de quienes defienden la privatización como una de las salidas al problema. Como el economista y profesor de la Universidad de Sâo Paulo (USP), Luiz Ferreira, quien sostuvo que «una de las formas eficientes para devolver —la empresa— Petrobras a la sociedad brasileña es a través de su privatización».

Por otra parte hay quienes defienden el petróleo en el contexto de la operación Lava Jato, como el ex presidente Lula da Silva. El 24 de febrero de este 2015 fue lanzada la campaña «Defender a Petrobras es defender a Brasil», donde se presentó un manifiesto que entre otras palabras reza, «no tenemos el derecho de ser ingenuos en esta hora: hay intereses poderosos contrariados por el crecimiento de Petrobras, ávidos de adueñarse de la empresa, de su mercado, sus compras y de los inmensos yacimientos de petróleo y gas de Brasil».

Fotografía: Santiago Navarro F.

Fotografía: Santiago Navarro F.

El viernes 13 de marzo de 2015, más de 70 mil trabajadores pertenecientes a diversos sindicatos, así como organizaciones sociales y militantes del Partido de los Trabajadores (PT) –quienes votaron por Dilma Rousseff– marcharon por la avenida Paulista, símbolo del capital financiero de este país, reivindicando la defensa del petróleo y sobre todo el Pre-sal. De la misma forma reivindicaron la defensa del mandato de la presidenta de este país, quien se ha visto vulnerada por los actos de corrupción en Petrobras.

En las diversas acusaciones se ha hablado mucho de las personas que fueron corrompidas, pero muy poco sobre las empresas que incurrieron en la corrupción para poder implementar sus proyectos. «Tenemos que ser duros con los corruptos pero también con los corruptores. Esta es una estrategia de privatización», dijo José María Rangel presidente de la Federación Única de los Petroleros (FUP), quien también es parte de la campaña.

Fotografía: Santiago Navarro F.

Fotografía: Santiago Navarro F.

Aunque realmente los dos discursos no caben para la gente común que no ha recibido ningún beneficio del llamado patrimonio de los brasileños. Fuera de las dos posiciones, hay personas comunes que consideran que existe una crisis de credibilidad en los diversos partidos políticos, tanto de los progresistas como de los de derecha y del mismo gobierno. «Ahora están discutiendo quienes son los ladrones en Petrobras. ¿Qué país ese este?, todos en el gobierno son unos ladrones, esto viene desde la dictadura», afirmó Pedro Costa del municipio de Linhares en el estado de Espirito Santo.

«Entonces cuando hablamos de que el petróleo es nuestro. ¿Nuestro? ¿De quién?, ¿De los capixabas –población de Espirito Santo– de Río de Janeiro, de Brasil o de las empresas? Es un discurso que nos están vendiendo y de todos modos el petrolero pasará a manos de las empresas multinacionales y de todas las empresas que hacen parte de los encadenamientos de producción en torno al petróleo», sostiene Marcelo Calazans de la Federación de Órganos para la Asistencia Educacional y Social (FASE).

Los vientos del progreso en comunidades tradicionales

Mientras que el debate sobre privatización o por la defensa del petróleo se agudiza, las consecuencias de la velocidad de la exploración y explotación de nuevos yacimientos recaen sobre comunidades tradicionales, quienes no se han beneficiado de las ganancias del petróleo.

Comunidad de Degredo, municipio de Linhares, costa del estado de Espirito Santo. Un color amarillo intenso contrasta con la vegetación compuesta por palmeras de coco y el color tenue de las casas rústicas construidas con láminas de metal y madera, algunas otras de concreto. Es el color de cual están pintados los tubos de gas y petróleo que, como arterias, están esparcidos por toda la comunidad. En esta geografía, una vez más alardea el discurso del desarrollo y el progreso que traerá la minería y el petróleo.

La mayoría de las personas en la comunidad trabajan con el cultivo de las palmeras de coco, como productores de miel, pero sobre todo, con la pesca artesanal. Ellos mismos tejen sus redes para pescar y la mayor parte de las veces ellos mismos construyen sus lanchas. No es la primera vez que escuchan el discurso del progreso. Pedro Costa, un pescador y apicultor, relata que desde que tenía 14 años, en 1952, los procesos de exploración y explotación de petróleo hicieron acto de presencia prometiendo el desarrollo y la mejoría de sus comunidades. Pedro guarda silencio por un momento y con una voz suave continúa, «ese desarrollo nunca llegó, lo único que conocemos de ese discurso es la desgracia».

Fotografía: Santiago Navarro F.

Fotografía: Santiago Navarro F.

José Costa, también pescador y apicultor, viste una camisa amarilla y un pantalón desgastado de color anaranjado. Es de la empresa donde trabajó tiempo atrás, con un logo que dice, Giokinetics. Es una empresa multinacional con sede en Houston, Texas. Especializada en la industria del petróleo y en la minería. Esta empresa se jacta en su sitio web de ofrecer sus servicios en todo el mundo, principalmente en Medio Oriente, Alaska, en las selvas y montañas de América del Sur, donde hay petróleo y mineras.

Uno de los servicios que ofrece Giokinetics es la adquisición e interpretación de datos sísmicos en tierra y agua. Se trata de una tecnología geofísica que aplica el método de prospección sísmica de reflexión. Un sistema que puede usar descargas eléctricas mediante aire comprimido o a través de detonaciones con explosivos. Son ondas de choque sísmicas disparadas hacia las profundidades del mar, las cuales viajan a velocidades que permiten a los geólogos determinar cuáles capas tienen que perforar y a qué profundidad actuar para extraer el petróleo. En Brasil, es una de las empresas que esta rastreando el petróleo no convencional, conocido como Pre-sal.

Pre-sal es una gigantesca área de reserva de petróleo que se encuentra a 7 mil metros bajo el nivel del mar, En Brasil. Los yacimientos se localizan entre los estados de Santa Catarina y Espirito Santo

Según los datos de Petrobras, del año 2010 al año 2014, la producción diaria promedio anual de Pre-sal aumentó casi 12 veces, pasando de un promedio de 42 mil barriles por día (bpd) en 2010 a 739.500 bpd en 2014. De acuerdo con el informe de la EIA del año 2013, Brasil, está destinado a convertirse en sexto mayor productor de petróleo y uno de los líderes mundiales en la producción de energía, hasta alcanzar los 6 millones bdp en 2035, lo que supondrá un tercio del incremento neto de la producción mundial de petróleo.

Fotografía: Santiago Navarro F.

Fotografía: Santiago Navarro F.

«A pesar de que la exploración del Pre-sal se inició en el año 2010 aquí en el estado de Espírito Santo, los impactos se venían dando desde la década de 1990. La explotación de petróleo ya existía aquí, pero no era tan intensa así como hoy es con Pre-sal. Los impactos comienzan desde antes de instalar las plataformas, se utilizan explosiones con un método que se llama sísmica», comenta José dos Santos, presidente de la Federación de Asociaciones de Pescadores y Acuicultores de Espirito Santo.

Santos asegura que este método de prospección está matando a los peces y a las diversas especies marinas que dependen del sonido para comunicarse. «Los investigadores nunca nos dieron una respuesta, si mata o no a los peces, pero nosotros tenemos la certeza de que sí los mata y eso afectará a las comunidades», finaliza Santos.

De acuerdo con el «Informe sobre los principales impactos de las prospecciones petrolíferas en el mar», publicado en el año 2012 por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud, los dispositivos más comunes para la realización de campañas de adquisición sísmica suelen generar niveles de intensidad sonora de 215-230 decibelios (dB), con frecuencias de entre 10-300 hercios (Hz), cuando la comunidad científica ha adoptado 180 dB como el nivel de intensidad sonora a partir del cual se pueden producir daños fisiológicos irreversibles en cetáceos –grupo de mamíferos marinos, compuestos entre otros por distintas especies de delfines y ballenas que se comunican a través del sonido. De igual modo, la capacidad del sistema auditivo humano, en una exposición de 120 dB puede provocar una pérdida total.

La punta del iceberg

La prospección sísmica es solo la punta del iceberg de lo que implica la extracción del Pre-sal. Sólo en la zona costera de Espirito Santo se tienen proyectados tres decenas de mega proyectos. La explotación requiere de una serie de empresas públicas o privadas que van desde los que tienen que realizar los estudios de impacto ambiental, el control de residuos radioactivos, la infraestructura eléctrica, carreteras, sistemas de drenaje, almacenamiento y, sobre todo, el transporte marítimo y terrestre.

«Imagina que la costa de Espirito Santo, que es relativamente pequeña –400 kilómetros de extensión– pasa a recibir diversas propuestas. Son 30 megaproyectos. Existe un impacto que es de cada uno de ellos, pero también existe un impacto global», sostuvo la investigadora Cristiana Losekann, quien también es autora del libro «Ambientalistas en Movimiento en Brasil».

Fotografía: Santiago Navarro F.

Fotografía: Santiago Navarro F.

El flujo de los navíos en los 30 puertos podría rebasar mas de 3000 barcos por mes. «¿Tu imaginas hoy un movimiento de embarcaciones de 100 o 200 embarcaciones –en cada puerto–, dependiendo de la carga, yendo y viniendo? Entonces tu multiplicas eso por 30, en la visión que ellos ponen de aumentar el volumen de carga y la productividad. ¿Como será esa velocidad de crecimiento?», comentó Ernani Pereira, presidente del Sindicato de Portuarios quien también afirmó, «hay que dejar de ser hipócritas y hay que decirlo; sólo el trafico de las embarcaciones ya genera una contaminación sorprendente para los puertos y para el ambiente marino».

Daniela Mirelles de la organización FASE, nos relató que una gran diversidad de empresas están llegando a este estado y aparentemente son proyectos desconectados del Pre-sal. «Lo que pasa es que las reservas de petróleo y gas son tan grandes que están activando una cadena de producción que gira en torno al Pre-sal. Podemos citar algunos ejemplos, como la industria del acero, del transporte marítimo y terrestre, las empresas productoras de equipos especiales».

Un puerto más: Manabi

Sólo por dar un ejemplo de la dimensión de estos proyectos: en el municipio de Linhares, específicamente en la comunidad de Degredo, se tiene proyectada la construcción de un puerto, llamado Puerto Norte Capixaba para las operaciones offshort, que abarcará una dimensión de 597 hectáreas a lo largo de 6 kilómetros de la zona costera de esta comunidad.

Según informaciones recabadas en la presentación, realizada en diciembre de 2014, del proyecto de la empresa Manabi –responsable del proyecto portuario–, en torno a este puerto se levantará un franja de estructura de apoyo, con una área industrial, líneas de transmisión de energía, carreteras y vías férreas, los cuales atraerán nuevas inversiones en otros proyectos.

Fotografía: Santiago Navarro F.

Fotografía: Santiago Navarro F.

Manabi, a pesar de considerarse a si misma como una de las más grandes del mundo, fue creada recién en el año 2011, con una base de inversión de US$850 millones, de los cuales el 11.5% proviene de la empresa estadounidense EIG Global Energy Partners; 17,8% de Ontario Teachers Pension Plan (OTPP) de Canada; 17,3% de Korea Investment Corporation; 14,7% de Fabrica Holding; 9,7% de Southeastern Asset Management; y 29% de otras empresas. El objetivo principal de esta empresa, además del puerto, es la construcción de un minero ducto, donde fluirán cada año 25 millones de toneladas de fierro de alta calidad –Palled Feed–, destinadas para la exportación a diversas partes del mundo.

Para que el fierro llegue al Puerto Norte Capixaba en Linhares, el mineroducto abarcará 511 kilómetros, cruzando por 23 municipios. Tendrá un punto de partida, desde el municipio del Morro del Pilar, donde ya se esta explotando el fierro en el estado de Minas Gerais, hasta el municipio de Linhares en el estado de Espirito Santo.

La capacidad de producción de esta minera, esta proyectada para un poco más de dos décadas de explotación, según el informe técnico realizada por SRK Consulting, –un grupo consultor internacional independiente, líder en el mercado mundial de certificación de reservas minerales, petróleo, entre otros.

De acuerdo con el informe de esta consultora, las reservas certificadas en Morro del Pilar, son de 1.3 billones de toneladas de recursos medidos e indicados y 312 millones de toneladas inferidas.

La empresa Manabi abarca las tres áreas del megaproyecto con tres nombres; Manabi Logística S.A para el Puerto Norte Capixaba; Dutovias do Brasil S.A para la construcción del mineroducto; Morro do Pilar Minerais S.A para la explotación del fierro.

Fotografía: Santiago Navarro F.

Fotografía: Santiago Navarro F.

«¿Y después cuando se termine el petróleo y la minería qué nos va quedar?», preguntó uno de los pescadores que asistió a la presentación del proyecto de la empresa Manabi. La respuesta del gerente de pre-operación del puerto, Romeu Rodríguez –quien se molestó de tantas preguntas– fue la siguiente: «El proyecto será desarrollado de forma favorable para las comunidades costeras. Y tendrán empleo para que compren más peces. También hay talleres que la empresa esta ofreciendo, o proyectos, como una fabrica de hielo o la formación de pescadores profesionales», dijo Rodríguez.

A esta misma pregunta, Alexandre Pasolini, gerente de proyectos de la empresa Econservación, responsable por la elaboración de los estudios de impacto ambiental del proyecto –en Brasil los estudios de impacto ambiental son pagados por la propia empresa responsable de la obra–, dijo, «la compensación puede ser con la enseñanza de otras técnicas de la pesca; el puerto incluso puede ser un atractivo para los peces». Las dos respuestas fueron rechazadas con abucheos por los asistentes.

Fotografía: Santiago Navarro F.

Fotografía: Santiago Navarro F.

El impacto no sólo es en los ecosistemas marinos, sino que también directamente hacia las comunidades que viven del mar. De acuerdo con el Segundo Boletín Estadístico de Pesca y Acuicultura de Brasil, publicado en el año 2010, existen 16,455 pescadores registrados y activos en el estado de Espirito Santo. De ellos 9,226 son hombres y 7,229 mujeres, una población que no podrá ser absorbida por las empresas, las cuales no aceptan trabajadores de mas de 30 años y sólo una pequeña porción de mujeres, obviamente, con cierto nivel académico, como afirman en el informe de sustentabilidad de Manabi del año 2013. «Los puestos de trabajo están destinados para jóvenes de entre 18 a 30 años. Las empresas darán cursos para pescadores profesionales. Carpintería para poder trabajar en los barcos y para la manufactura de motores de los mismo barcos», afirmaron los presentadores de la empresa Manabi.

La investigadora Simome Raquel Batista de la Universidad Federal de Espirito Santo, quien se ha opuesto junto con otros investigadores a la implementación del conjunto de estos proyectos, comentó que «la pesca es una autonomía de vida de estas comunidades que respetan a la naturaleza y eso es lo que esta en peligro. Es una disputa de los territorios. Yo acabo de estar en comunidades que han sido devastadas por el Súper Puerto de Açu, en Río de Janeiro, donde circulará entre otros productos siderúrgicos, petróleo, carbón, granito, escoria, hierro y carga en general. Si estos proyectos avanzan los pescadores desaparecerán y no habrá vuelta atrás».

Fotografía: Santiago Navarro F.

Fotografía: Santiago Navarro F.

Explotación al limite del petróleo

«El petróleo no es cualquier mercancía del sistema capitalista. Es la columna vertebral del sistema capitalista», afirmó Calazans, quien junto con otras organizaciones, han impulsado actividades e iniciativas como las denominadas «Áreas Libres de Petróleo».

El petróleo esta presente en nuestra cotidianidad, en nuestra comida, en la ropa, en los teléfonos móviles. De alguna forma representa la sangre del mercado y, sobre todo, en el sueño anhelado de medio mundo de adquirir productos como los automóviles.

«¿Para qué exactamente necesitamos más petróleo? Para qué tanto consumo? Esas preguntas no se hacen. Se parte del presupuesto de que se tiene que expandir y más que eso, se tiene que expandir a una velocidad enorme, rápidamente, hasta el limite», relata Calazans.

«Disminuir el ritmo de la expansión o disminuir el alcance de la expansión es algo muy estratégico para las luchas de hoy. Para las luchas que los pueblos sostienen por sus territorios. Por que son luchas de sobrevivencia. Esos territorios van a desaparecer», agregó Calazans.

Territorios de la utopía

Marcelo Calazans no cree en el crecimiento económico, en el desarrollo y en la modernidad. Incluso habla del decrecimiento económico. «Hemos visto que el PIB de los países, no necesariamente reflejan la felicidad de los pueblos. Yo estoy de acuerdo con la gente que propone un decrecimiento económico».

Si continuamos a esa velocidad de lo que se conoce como crecimiento económico, no tendremos la posibilidad de dar marcha atrás, asegura Calazans. «Se dice, tenemos que buscar alternativas al petróleo. La energía nuclear, eólica, solar o la que sea. La cuestión no es buscar una alternativa al petróleo, la cuestión es buscar una alternativa para la sociedad petrolera. No es cambiar el petróleo, es cambiar el patrón de sociedad, ese sueño consumista».

Calazans habla sobre la importancia de salvar la memoria. «¿Qué es lo que va a quedar de territorio para las sociedades futuras?. Tenemos que prepararnos porque habrá un limite de la sociedad industrial consumista. Tenemos que prepararnos y guardar estos territorios de la utopía, que es a partir de ellos que podremos recuperar los nuevos valores».