Vivas en la voz: por un 8 de marzo disidente, combativo y radical

Texto de Viviana MK / Fotografías: Regina López y Polly Krac

 

En el horizonte se vislumbraban cuerpos de formas diversas cubiertos con pintura blanca. La blancura se asemejaba más al luto que a la pureza en la que aún se pretende enclaustrar a las mujeres. Era un blanco estéril que se negaba a serlo, pues una cruz –en un tono rosa vivo que atravesaba la cara hasta llegar al vientre– irrumpía el vacío como un grito desde de las entrañas en medio de la nada.

Foto: Regina López

Los cuerpos blancos avanzaban y sus voces rompían el silencio con unos versos que repitieron durante la marcha a modo de letanía. Entre cada poema, también aprovecharon para lanzar consignas como «vivas se las llevaron, vivas las queremos», «ahora se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables», y «no más (trans)feminicidios» —que son aquellos crímenes cometidos en contra de las mujeres transexuales. También se pronunciaron en contra de las muertes por aborto clandestino, que al atentar contra las decisiones de las mujeres y sus vidas, son un crimen que comparte rasgos con el feminicidio.

Foto: Regina López

Cuerpos rebeldes

Lxs denunciantes iniciaron la caminata desde el monumento a la revolución, se detuvieron unos instantes en la Procuraduría General de la República (PGR) para evidenciar la poca o nula relevancia que tienen los crímenes hacia las mujeres (incluidas las mujeres trans) en el sistema de justicia. Continuaron la marcha-acción en Bellas Artes, donde concluyeron con un pronunciamiento de la Colectiva de Gafas Violetas, en donde se enfatiza la relación directa entre los feminicidios y los mecanismos de control de los cuales se vale el sistema hetero-patriarcal-capitalista para perpetuar las opresiones que mantienen al pueblo sumiso y dividido:

Denunciamos este sistema depredador de la vida y la naturaleza. Denunciamos el heteropatriarcado capitalista imperialista colonial y racista.  Denunciamos la misoginia y el machismo. Denunciamos la lesbofobia. Denunciamos la homofobia. Denunciamos la transfobia. Denunciamos la gordofobia y la policía de los cuerpos. Nos oponemos al neoliberalismo, la dominación y explotación. Nos pronunciamos en contra del amor romántico y en contra de la cárcel del género,  rescatamos en su lugar al género como categoría política de denuncia de desigualdades y relaciones de poder. Denunciamos al Estado Terrorista y Feminicida. Denunciamos la feminización de la pobreza y la precarización laboral. Denunciamos la pigmentocracia. Denunciamos a empresas, instituciones, y a quienes ven este día como un festejo. Denunciamos a quienes ven este día desde un esquema capitalista-neoliberal. Denunciamos a quienes refuerzan la reproducción del estereotipo de «mujer» para seguir legitimando su opresión.

¿Por qué no marcharon con las madres de Ayotzinapa?

Muchos de estos colectivos ya se han pronunciado en contra de la injusticia ocurrida en Guerrero, incluso, advierten que la desaparición de ciertos cuerpos que están fuera de los privilegios sistemáticos y luchan por mantener su autonomía, parten de la misma raíz sistémica que decide qué vidas son dignas y de cuáles se puede prescindir.

No obstante, las colectivas coinciden en la importancia de tomar una postura crítica en torno al planteamiento de lo que significa ser mujer, la elección de serlo o de no serlo, la construcción de la identidad, la maternidad, entre otras cosas. La Colectiva de Gafas Violetas lo expresa en su pronunciamiento:

Nosotras sí somos Ayotzinapa, el problema es que Ayotzinapa no es nosotras. Ayotzinapa no es las trans, las locas, las putas, lenchas y maricas. Ayotzinapa no es tantas luchas consideradas secundarias, marginales y hasta polarizantes.
El punto es que la fecha del 8 de marzo –como se están dando cuenta algunes ahora, algo tarde– es una fecha cargada de un enorme contenido simbólico que no podemos entregar a la coyuntura y que recuerda a este país, aún tan maternalista, que este no es el Día de la Madre, es el día internacional de los derechos de las mujeres. Había tantas fechas posibles, tantos domingos para escoger, y justamente eligieron el 8 de marzo. […] Queremos eventos críticos que contribuyan a la emancipación, no a la pasividad, la reproducción del sistema y la autocomplacencia. ¡No queremos flores ni felicitaciones! Demandamos que TODAS las luchas a las que nos adscribimos se comprometan a despatriarcalizar o no serán jamás luchas contra el sistema, lo seguirán perpetuando una y otra y otra vez como quien corta el césped sin arrancarlo de raíz. Exigimos vidas vivibles. Exigimos vivir bien. Como dice Julieta Paredes: Queremos todo el paraíso, no el 30% del infierno neoliberal.

Asimismo, el pronunciamiento invita a traer a la memoria el trágico evento del 8 de marzo de 1911 y su impacto histórico: la huelga de las trabajadoras de la fábrica Triangle Shirtwaist, de Nueva York, en donde exigían mejorar sus condiciones laborales. Su insumisión, aunada a su condición de mujeres (vidas prescindibles), «llevaron» a los patrones a incendiar la fábrica con ellas adentro. Cualquier parecido con la realidad de los normalistas, no es ninguna coincidencia.

Foto: Regina López

Voces al rosa vivo

El aire de las calles se volvió un torbellino de voces que reclamaban la vida y denunciaban el temor a convertirse en una cifra más. Los poemas, en un intento por interiorizar y propagar la indignación, se articularon durante toda la marcha en una especie de conjuro, que de tantas veces repetido, se vuelve realidad. Y así fue, pues las mujeres, ahora en una realidad diferente de la corpórea, estuvieron presentes en los alientos de cada cuerpo denunciante.

CAMINAMOS POR LAS CALLES

Caminamos estas calles
porque no queremos una menos
Caminamos estas calles
porque parece no importarles.
Caminamos de blanco estas calles
por la muerte que llevamos en el cuerpo.
Caminamos estas calles porque mañana
podríamos no existir.
Llevamos una cruz rosa por las hermanas,
cuyos cuerpos viven en el nuestro.
Rosa, porque su fuerza las hizo salir
a caminar las calles de su vida.
Rosa, porque su fuerza las hizo
defender su tierra con la vida.
Rosa, porque su fuerza las hizo
procurar su vida con su vida.
Llevamos una cruz, porque estamos de luto
Llevamos nuestra voz, porque estamos alerta.
Llevamos el cuerpo, porque aún lo tenemos.
Caminamos estas calles
porque no queremos una menos.
(se repite)

–V de Vayaina

 

AGNES TORRES

Ella salió de su casa y nunca más volvió.
¿Quién se la llevo? ¿Un loco, un asesino o violador?
No. Fue tu padre, tu hermano, tu compa o profesor.
Un elemento de la fuerza rural asesinó a Erika
y tiro su cuerpo en un barranco.
Mujer prescindible
¡Vivas nos queremos¡
Un joven “genio” puso a Sandra en bolsas de basura,
la esparció por Tlatelolco.
Mujer basura
¡Ni una más¡
En el baño de Liverpool, encontraron a Jessica
y ocultaron la evidencia;
Mujer mercancía.
¡Mi cuerpo es mío!
Agnes Torres fue arrojada a un barranco,
pero no importa, mujer sin vagina, no es mujer.
Y una mujer, no es hombre, no es nada.
¡Castigo a los asesinos!

–V de Vayaina

 

¡RESISTIMOS Y SEGUIMOS!

Nos quisieron convencer de la castidad.
Nos emborracharon de amor romántico.
Nos impusieron el pecado del goce.
Nos enemistaron con nuestros cuerpos.
Nos impidieron tocarnos.
Nos disfrazaron de máquinas reproductivas.
Nos ataron a la homoparentalidad.
Nos sometieron a la monogamia.
Nos encerraron en una cocina.
Nos impusieron modelos de belleza.
Nos empacharon de culpa.
Nos trataron de putas.
Nos ensuciaron el deseo.
¡Pero resistimos!
Liberamos nuestros clítoris rebeldes.
Recorremos la poesía de nuestros cuerpos.
Besamos a quién, dónde, cómo y cuándo queremos.
Conquistamos la calle, los derechos y los territorios,
Despertamos nuestros orgasmos.
Elegimos ser putas.
Gozamos.
Destruimos estereotipos y construimos elecciones.
Nos vestimos y desvestimos según decidimos.
Abortamos.
Nos empoderamos.
Nos emancipamos,
Perdimos el miedo.
Volvimos a gemir.
Y seguimos, y seguimos

–Yohi Artico Fenoglio

There is one comment

  1. Flor del Camino

    Sólo dando pasos nuevos, despertaremos del largo y cruel letargo vivido.
    Sólo saldremos del hermetismo, desafiando la oscuridad del miedo.

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