Por Colectivo La Voz de los Xiches, Veredas Autónomas, Agencia SubVersiones y Centro de Medios Libres
La Otra Campaña en Oaxaca
El paso de La Otra Campaña por Oaxaca en febrero del año 2006 constituyó uno de los más largos realizados en el país. “El futuro de Oaxaca es el futuro de México” enfatizó el Subcomantante Insurgente Marcos, Delegado Zero del EZLN para La Otra Campaña. Así, la gira duró ocho días, entró por la cuenca del Papaloapan, Veracruz y salió por la Mixteca hacia Puebla, haciendo escala en Tuxtepec, María Lombardo, Boca del Monte, Unión Hidalgo, La Venta, Juchitán, San Blas Atempa, Tehuantepec, Jalapa del Marqués, Guelatao, Santa María Ixcotel, Oaxaca, Yucudá, Tlaxiaco.
En su recorrido, el Subcomandante Marcos tuvo encuentros con diferentes organizaciones sociales y políticas, sindicatos, pueblos indígenas, consejos de ancianos, estudiantes e individuos y colectivos pequeños. Entre otros, los presentes fueron: CODECI, UCIZONI, el Consejo Indígena de Uxpanapa, CIPO-RFM, FPR, MULT, PRT, SME, el Ayuntamiento Popular y Autónomo San Blas Atempa, OIDHO, COMPA, el Frente Unico de Defensa Indígena, CODEDI, UNITIERRA, UNOSJO, Mundo Mejor, CEMPIO, Itanoni, Chocosol, FALP, el Centro de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco, el Centro Social Libertario, trabajadores de la Universidad Autónoma Benito Juárez (UABJO) y de la sección 22 del SNTE, de Puentes y Caminos, empleados de los tres poderes estatales, del ISSTE y del Sindicato de Mujeres.
El recorrido de La Otra Campaña incluyó mítines, marchas, encuentros y visitas carcelarias y llamó a la construcción de un movimiento de unidad de las y los de abajo. En Oaxaca tomó la bandera de la lucha contra los megaproyectos y parques eólicos en el Istmo, donde el Subcomandante Insurgente Marcos expresó, que «ese viento que ahora quieren convertir en mercancía los gobiernos y las grandes trasnacionales se convierta en un viento de rebeldía”. Además La Otra apoyó la causa de los presos políticos, en especial los de loxicha y convocó a una campaña nacional por los presos políticos. A pesar de un panorama político complejo y fragmentado en Oaxaca y en donde La Otra Campaña no estuvo exenta de críticas y roces, se logró reunir en un plenario de seis horas a la gran mayoría de las organizaciones oaxaqueñas presentes en La Otra Campaña.
La Sexta, La Otra Campaña y la lucha por las y los presos políticos
“Nos hemos comprometido como zapatistas, y estamos invitando a las demás organizaciones y a todos los miembros de la Otra Campaña a que pongamos en primer lugar, en esta primera gira, la exigencia de libertad a todos los presos políticos, a todas las presas políticas y la cancelación de todas las órdenes de aprehensión que hay contra luchadores sociales, sea a nivel municipal, estatal o federal.” Estas fueron las palabras del Subcomandante Insurgente Marcos para el 8 de febrero del 2006, justo al salir de una visita a los presos políticos de diversas organizaciones y regiones oaxaqueñas recluidos en el penal de Ixcotel, en Oaxaca, durante el primer recorrido nacional de La Otra Campaña.
Tras el lanzamiento de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en junio de 2005, la demanda de libertad inmediata a los presos políticos de Oaxaca y de México va tomando fuerza durante las reuniones preparatorias y luego durante las primeras semanas del recorrido de La Otra Campaña en enero y febrero de 2006.
El 14 de agosto de 2005 por primera vez, el Delegado Zero se referirá a los presos en el penal de Santa María Ixcotel, Oaxaca, al finalizar la segunda reunión preparatoria de La Otra Campaña: “Los hermanos que están presos en Santa María Ixcotel. Es otra vez la muestra de lo que pasa con los pueblos indios a pesar de tantas promesas y tantas reformas constitucionales. Están en la cárcel reprimidos por organizarse para defender sus derechos y defender la naturaleza. No por robarse dinero, no por comprar acciones en una empresa, no por ser diputados o senadores o gobernadores. Están por defender sus derechos y defender árboles, el agua, la tierra.” (fuente).
El 20 de agosto de 2005 al finalizar la tercera reunión preparatoria de La Otra Campaña, por primera vez las y los zapatistas en el resumen señalarán “Hemos escuchado también propuestas de método en la Otra Campaña y ya algunas de ellas ya apuntando hacia el programa nacional de lucha; por ejemplo, lo de la libertad de los presos políticos” (fuente).
El 30 de agosto de 2005 al concluir la reunión con ONGs, colectivos y grupos, el EZLN afirmaba: “también estaremos con las organizaciones de defensa de los derechos humanos y por la libertad a los presos políticos” (fuente).
El 16 de septiembre del 2005, durante la bienvenida a la primera plenaria nacional el Subcomandante Insurgente Marcos a nombre del EZLN lanza la consigna que movilizará la lucha por los presos políticos desde La Otra Campaña: “Tenemos que aprender a nombrar a nuestros presos y nombrar las represiones. En una de las reuniones se habló del caso de la represión en Guadalajara contra los jóvenes altermundistas; quienes hablaban, no supieron dar el nombre de los presos. Es escalofriante. Nosotros, como “la Otra Campaña” no podemos hacer eso; tenemos que ser leales entre compañeros, y no dejar solo a nadie, ni olvidarnos de nadie. “
En ese mismo comunicado difundirá el calendario del primer recorrido de La Otra Campaña (ver comunicado).
En enero de 2006, el Subcomandante Insurgente Marcos, Delegado Zero de la Comisión Sexta del EZLN para La Otra Campaña, inicia un recorrido por todo México para difundir la Sexta Declaración y preparar el camino para que nuevas delegaciones zapatistas recorran el país. En ese primer recorrido una y otra vez visita cárceles, en algunas logra entrar, en otras se realizan mítines afuera de sus instalaciones y ahí se va reiterando la demanda por la libertad inmediata de los presos y presas políticos.
De esta forma en Oaxaca visitará los penales de Tehuantepec e Ixcotel, y exigirá la libertad inmediata de los presos Loxicha, los presos de Xanica, y de otros grupos de presos políticos y de consciencia oaxaqueños, llamando a los adherentes a La Otra Campaña a luchar por todas y todos los presos políticos y de consciencia del país, no sólo por los de la organización propia.
El 8 de febrero de 2006 el subcomandante Marcos visita el penal de Ixcotel. Ahí señalaba “Y empecemos por lo primero: si esta Otra Campaña empezó con un llamado a nombrar a nuestros muertos, a nuestros desaparecidos, a nuestros presos, es el momento de empezar a luchar juntos —sin importar qué organización sea— por la liberación de los presos políticos y de conciencia.” “Tenemos que hacer este movimiento ya y empezar a exigir, con movilizaciones conjuntas, con acciones conjuntas, la libertad total e incondicional de todos y cada uno de los presos y presas políticas y de conciencia, sin importar a la organización a la que pertenezcan. Tenemos que luchar por la cancelación total de todas, absolutamente todas, las órdenes de aprehensión en contra de luchadores sociales.” (fuente).
“Estamos invitándolos aquí en Oaxaca a que hagamos eso, que juntos, la Otra en Oaxaca, la Comisión Sexta del EZLN, hagamos un llamado a todos los compañeros y compañeras de la Otra Campaña en todo México y empecemos a avanzar en esta campaña nacional por la liberación de los presos políticos y de conciencia y por la cancelación total de las órdenes de aprehensión en contra de luchadores sociales.”
Con el asalto policiaco a Atenco el 3 y 4 de mayo de 2006 el tema de los presos políticos se lleva a un primerísimo plano en La Otra Campaña. La Comisión Sexta del EZLN se estaciona en el D.F. señalando que ahí se quedará hasta que no sean liberados todos los presos políticos de Atenco. La mayoría son liberados a los pocos meses.
El 2 de enero de 2007, en el Informe Parcial de la Comisión Sexta del EZLN sobre la consulta interna de La Otra Campaña. En el punto 6, “De las tareas inmediatas de La Otra Campaña”, “Luchar por los presos políticos y desaparecidos es la tarea inmediata que más interés genera, con 146 organizaciones, colectivos e individuos a favor de la misma, frente a los 108 de la tarea “Difundir La Sexta” y 39 para “Decidir el programa nacional de lucha” (fuente).
El 10 de junio de 2007 en su propuesta organizativa para una instancia nacional contra la represión de donde nacería la Red Nacional Contra la Represión y por la Solidaridad, el EZLN señalaba que en sus principios esta instancia debiera ser “incluyente en sus demandas. Asumir una posición política de solidaridad con todos los presos y presas, desparecid@s, exiliad@s y deportad@s, aún cuando no trabajemos directamente con todos, sean o no sean de la Otra Campaña” (fuente).
Pero la lucha de los zapatistas por la libertad inmediata de las y los presos políticos no iniciaba esos días, siempre estuvo presente. En la segunda mitad de los 90s había un alto número de presos políticos zapatistas. Tras el arribo de Fox al poder una de las 3 señales que las y los zapatistas demandaban para el diálogo, la primera era: “Libertad de todos los presos políticos zapatistas en Chiapas, Tabasco y Querétaro”.
Como toda organización de lucha, tras su salida a la luz, el EZLN no ha dejado de tener presos políticos en estos casi 20 años, desde ahí es donde ha reivindicado la libertad inmediata para todas y todos los presos políticos, y desde donde se lanza la lucha por los presos y presas políticos desde La Sexta Declaración de La Selva Lacandona y en una primera etapa desde La Otra Campaña.
Entrevista con Érica del Colectivo La Voz de los Zapotecos Xichés en Prisión
¿Como nace y quien es el Colectivo La Voz de los Zapotecos Xiches?
Este colectivo nace a raíz del trabajo que estuvimos haciendo dentro del penal de Ixcotel con los compañeros conocidos como los presos Loxicha. Surge en el 2009, tres años después de la caravana de la Otra Campaña y de su paso por Oaxaca, y surge por la necesidad de construirnos una identidad propia que reflejara nuestra forma de trabajar y nuestra percepción sobre la prisión política. ¿Quiénes son el Colectivo La Voz de los Zapotecos Xiches? Principalmente Álvaro Sebastián Ramírez que el es el motor de este trabajo, es Érica Sebastián Luis que acá fuera es la voz, los ojos y los oídos de Álvaro que esta allá adentro. ¿Quienes más? Pues somos algunos compañeros que somos solidarios con Álvaro y con Érica, que hacemos la labor de acompañamiento.
Surge la propuesta de trabajar como colectivo a raíz de la necesidad de construirnos una identidad propia, pero una identidad que reflejara ese trabajo que nosotros llamamos de abajo y a la izquierda, que parte de nuestra adherencia a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y de nuestra pertenencia a la Otra Campaña y específicamente el ser integrantes de la Red contra la Represión y por la Solidaridad.
¿Qué es luchar contra la prisión política en México y cómo es hacerlo desde la Sexta Declaración?
Difícilmente podría responder que es luchar por la libertad de los presos políticos en México, puesto que hay diferentes esfuerzos en todo el país. Específicamente en el penal de Ixcotel, nosotros entramos a partir del compromiso de trabajo que adquirimos como adherentes a la Otra Campaña. En donde el compañero Subcomandante Insurgente Marcos al recorrer Oaxaca realiza una visita al penal de Ixcotel, que es donde estaban los presos loxicha, los compañeros de Xanica y de otros casos considerados prisión política. Cuando el Delegado Zero platica con ellos se hace un acuerdo de no dejarlos en su dolor ni en su lucha y que la propuesta de la Otra Campaña partía de que un movimiento que no cura sus dolores pues no tiene futuro. De ahí partíamos para considerar de que la lucha por la libertad de los presos políticos, la cancelación de ordenes de aprehensión de compañeros luchadores y luchadoras sociales, la justicia y esclarecimientos de asesinatos de compañeras y compañeros por motivos políticos, el regreso de los exiliados, la presentación con vida de desaparecidos y desaparecidas y lo que después de Atenco se convertía en el regreso de los deportados. Compañeros internacionalistas que tenían una vida ya hecha aquí en México y que después de la represión son expulsados ilegal y arbitrariamente a sus países de origen cuando ellos ya tenían nacionalidad en el país. Desde ese punto de vista empezábamos a ver que era necesario intentar trabajar de otra manera en contra de la prisión política y por la libertad de los compañeros y compañeras presas por luchar.
A principios del 2006 nos costó mucho trabajo porque no había ningún antecedente de donde pudiéramos partir: la lucha por la libertad de los presos políticos veíamos que estaba en una tradición de táctica y estrategia, “movilización, negociación, movilización”, entonces incluso en las reuniones preparatorias para lanzar una campaña nacional por la libertad de los presos, no se logró llegar a mucho, aunque había sido un acuerdo con la Comisión Sexta y la Otra Campaña en Oaxaca de que de aquí tenia que salir esa propuesta nacional que arrancara a nuestros compañeros de las prisiones. Pero esto fue bastante difícil, porque los que pensábamos que urgía construir otro modo de hacer política, prácticamente nos encontrábamos con el método predominante de que los presos se tenían que negociar, que van a salir sólo con negociación. Decían que con la fuerza de la Otra Campaña se presionara al gobierno para sentarnos a negociar, buscar mesas de diálogo y así poder arrancar la libertad de nuestros compañeros.
Esa postura chocó con la idea de los que queríamos construir otra cosa. De los que no estábamos mirando hacia arriba, no mirábamos al poder, y pues que primero queríamos encontrar un punto de partida para saber donde estábamos parados. En el caso de Ixcotel, estaba la compañera Isabel Almaraz Matías, mujer indígena loxicha, estaba Pedro Castillo, Gonzalo vinculados también a grupos armados, estaba Abraham de Xanica y estaban los presos Loxicha: había algo muy diverso. Por los años que llevaban presos los compañeros Loxicha, era una situación muy imponente, ¿cómo íbamos a llegar nosotros a plantearle una propuesta de trabajo a los compañeros? Tenían todo nuestro respeto por haber luchado desde tanto tiempo por su liberación.
Era muy complejo el panorama, no encontrábamos ese punto de partida pero lo que inmediatamente encontrábamos es que los presos políticos han sido moneda de cambio, han sido un botín para organizaciones, para los representantes y los dirigentes. Tu luchas por la libertad de un preso político y de inmediato tienes una posición destacada en los medios que te coloca en un papel de interlocutor con el Estado para negociar las condiciones de libertad o de la no libertad. Fue lo que vimos al hacer la revisión de casos en la historia contemporánea de México, veíamos que la mayoría de presos obtenían su libertad por negociación con el Estado y algunos poseían una base social grande. Pero en el caso de los presos loxicha ya no tenían una organización afuera que los estuviera respaldando, sus familias prácticamente desintegradas, los vínculos con sus comunidades deteriorados y vimos que estaban en un aislamiento económico, político, mediático que pues dificultaba esta idea utópica con la que salimos en el 2006 de que en cada penal que hubiera un preso político hacer un centro de agitación política.
Hace unas semanas vimos la liberación de presos políticos de Chiapas, integrantes del Colectivo la Voz del Amate. ¿Qué ha significado para ustedes trabajar junto a familiares y compañeros de otros presos adherentes a la Sexta?
Pues compartir con ellos la misma lucha por la libertad de los presos políticos es una escuela, es como lo que queríamos hacer desde un inicio y que poco a poco se ha ido logrando. Una gran escuela donde aprendamos unos de otros, donde las experiencias de los demás nos vayan nutriendo y que nosotros podamos mínimamente aportar algunos logros que podamos tener. Es muy motivante saber que los compañeros presos no están solos, que donde quieran que estén hay compañeros solidarios tejiendo redes para visibilizar sus casos y que tarde o tempranos vamos a lograr la libertad de todos. Pero eso no se va a dar sin hacer nada, es un trabajo que tiene que ser desde abajo, que tiene que involucrar a los compañeros presos. En el caso de los compas de Chiapas, es un trabajo muy importante que ha trabajado el compañero Patishtán, incluso nosotros como colectivo al empezar este trabajo con Álvaro, adentro de la prisión empezamos a llevarle la información acerca del caso de Alberto y del trabajo que el hacia. El se identificó mucho con el trabajo de Alberto porque igual a Álvaro se le acercaban los presos comunes para que les diera revistas, lecturas, libros, que les diera “material” decían ellos. Al conocer Álvaro al compa Alberto en la búsqueda de una identidad propia, entonces Álvaro y Érica optaron por tomar el ejemplo de la Voz del Amate. Ellos dijeron somos adherentes, somos de la Sexta y construyamos aquí La Voz de los Zapotecos Xiches en Prisión. Sí hay una fuerte vinculación, tal vez no directa, pero sí una gran escuela que nos va formando para lo que hacemos.
Para quien esta leyendo esta pieza, si pudiéramos abrir una ventana que permitiera ver a Álvaro Sebastián y su caminar dentro de su prisión política, ¿qué veríamos?
El caminar de Álvaro ha sido el de un compañero, de inicio nos impresiona su fuerza, es un compañero que tiene muy claras las cosas, que su trabajo organizativo en la región lo lleva muy presente, el sabe que aún estando adentro puede contribuir a la lucha que estamos haciendo acá afuera. No sólo por la libertad de los presos políticos, sino para el trabajo organizativo en sí de un colectivo, de las organizaciones, del movimiento. Sus comunidades son algo que lleva muy presente, la vida de su región, de sus pueblos, de toda la gente que dice él que lo está esperando en la región. El caminar de Álvaro es el de un compañero que no se rinde, que a pesar de lo adverso él siempre está pensando en lo que va hacer, como va a organizarse con los demás.
Al conocer la Sexta Declaración de la Selva Lacandona él ve y reconoce un proyecto de trabajo, es de los pocos compañeros que nos ha planteado el reconocimiento de sí mismo en el documento. Él dice “es que así trabajábamos nosotros en la región, estos son los principios con los que luchábamos, y definitivamente como pueblos indígenas no hay otro camino mas que la Sexta”. La Sexta, decía el, es uno de los proyectos más avanzados que había conocido y que hasta este momento los zapatistas son los que nos han hablado con la verdad a todo el pueblo mexicano y a los pueblos del mundo donde nos invitan a una propuesta diferente, a construir otra cosa.
Álvaro lo tiene muy claro y lo lleva muy presente e incluso después de los trece días que rompimos el aislamiento y que Érica pudo verlo por pantalla en el penal de Mengolí, una frase que se nos queda muy grabada es: “dile a los compas que aquí ya estoy promoviendo la Sexta”.
Creemos que aún antes de junio del 2005 que saliera a la luz pública la Sexta, Álvaro es como mucha gente de abajo, de los pueblos, donde no hay reflectores, no hay cámaras, donde no hay prensa pero que están haciendo ese trabajo de la Sexta, desde mucho tiempo antes.
¿Para los compas del colectivo qué ha significado trabajar junto con los presos loxicha?
Desde el 2006 que empezamos a entrar en contacto con los compañeros loxicha, fue hasta el 2009 que Álvaro dice reivindicó la Sexta, me suscribo y vamos a darle forma al trabajo. Tuvieron que pasar 3 años de conocernos, de platicar, de ir tejiendo ese acercamiento que de buenas a primeras no se puede dar un trabajo organizativo o político. Fue un proceso lento, que nos permitió ir conociendo detalles tanto de la lucha por la libertad de los presos aquí en Oaxaca, como cuestiones muy especificas del caso loxicha y ahí entendimos que uno de los criterios importantes es que no queríamos luchar “por” los presos políticos, teníamos que cambiar ese modo de relación y la forma que encontramos es luchar “con” los presos políticos. Ese cambio de palabra, encierra una forma de caminar y de ver las cosas, de platicarnos entre todos, de reflexionar juntos, de decidir en colectivo y de no suplantar. No tomar al compañero o compañera presa como un objeto que esta ahí y que necesita de nosotros para luchar por su libertad, lo que logramos con Álvaro es que se apropiara de su carácter político y que reivindicara su lucha por su libertad desde dentro del penal. Por eso menciono que él es el motor principal de este trabajo, en ese sentido luchar “con” los presos políticos nos ubica en nuestra justa dimensión, de acompañantes. No de los protagonistas, no de los que dirigen, no de los que coordinan, tampoco de los que suplantan, venden, traicionan y claudican la resistencia o lucha de los compañeros presos políticos. Eso nos dio un panorama bastante claro para tejer una relación bastante fuerte con Álvaro, pero sobre todo un horizonte político fuera del asistencialismo, en donde Álvaro se convierte en nuestro compañero y el nos acepta a nosotros como compañeros, el modo de relación cambia totalmente . Álvaro menciona que el se tuvo que reconstruir como sujeto, al mismo tiempo que nosotros empezábamos a construirnos y reconstruirnos en otro tipo de sujetos, más allá del que toma la bandera de los presos para capitalizar mediática, política y económicamente, como sigue siendo en parte la tradición de la lucha por nuestros compañeros presos.
¿Qué significa luchar por la libertad de los presos loxicha en el contexto mexicano?
Para nosotros significa que es luchar por la humanidad. Ahora que se cumplen 17 años de prisión de los loxicha, no sólo injusta sino a todas luces ilegal, nosotros vemos que en lugar que el régimen actual abra una posibilidad para que ellos puedan acceder a su libertad, hace todo lo contrario. Los reubica en penales de máxima seguridad, los deslocaliza y los saca de sus redes de apoyo de sus familiares, de toda la solidaridad que han recibido los siete presos en su conjunto. Vemos que la tendencia de este régimen es hacerle lo que le han hecho a los presos loxicha, es hacérselo a cualquiera de nosotros, a la gente común. El contexto de guerra neocolonial, en donde la clase dominante viene por todo y pues los que estorben van a ser tratados del mismo modo. Entonces luchar por los presos políticos loxicha es luchar por la defensa del territorio, por la autonomía de los pueblos, es luchar por la autodeterminación, es luchar por la vida misma. En los siete loxicha reconocemos a todos nuestros compañeros de lucha, de trabajo, reconocemos a nuestras familias, a nosotros mismos.
¿Qué mensaje le da el colectivo a los compas solidarios de México y el mundo?
El mensaje es que sigamos resistiendo, sigamos tejiendo esas redes de solidaridad y de acompañamiento. La lucha por la libertad de un preso de carácter político o de conciencia, es luchar por la humanidad. Si no lo hacemos ahora, definitivamente no tenemos oportunidad para lograr nada. Decían Los tres paseantes de Francia que todos los esfuerzos por pequeños que sean contribuyen a derrumbar los muros de las prisiones. Y esto es cierto, en el momento que Álvaro recibe la visita de los compañeros de la CGT de España, de Los Tres Paseantes de Francia y empieza a recibir y enviar correspondencia, a participar en actividades políticas en Europa, en ese momento esta rompiendo ese aislamiento, esas barreras que le intentan poner a su dignidad, a su sentido de lucha, su lucha por la vida. Definitivamente todo lo que se haga en cualquier rincón del mundo y que sea por la libertad de un preso, una presa política, sí contribuye. A veces nos sentimos solos y sentimos que somos pocos, pero cada vez hay mas señales de que hay un avance importante en la lucha por la libertad, y tenemos que redoblar el esfuerzo.
¿Cómo ve el colectivo las luchas de las organizaciones y de los pueblos en Oaxaca?
Bueno, para hablar de Oaxaca y sus luchas, sí es bastante complejo. A nosotros nos agrada mucho un chiste entre los compañeros de la Red contra la Represión y por la Solidaridad en el que decimos que hablar de Oaxaca está complicado: en Oaxaca hasta el queso se hace bola. Entonces sí describe perfectamente la situación respecto a las luchas, a las organizaciones. Nosotros desde la Voz de los Zapotecos Xiches en Prisión, y con nuestra identidad de adherentes a la Sexta, hemos tratado de caminar en ese horizonte que nos plantean: la autodeterminación, la autonomía como pueblos originarios. Definitivamente el no mirar hacia arriba, el no mirar al poder ni para pedir perdón ni para pedir permiso sí nos ubica bastante fuera de la mayoría del contexto local y más si es desde la lucha por la libertad de los presos. Desde ese eje nosotros hemos aprendido aquí en Oaxaca que la lucha por la libertad de los presos políticos es un eje de trabajo, una lucha que no convoca a las masas.
Oaxaca tiene una tradición, llamémosle de ese modo, de luchar con una táctica y estrategia, como lo plantea muy bien la Sección XXII en todas sus actas de acuerdo o en los acuerdos de las asambleas estatales, de movilización-negociación-movilización. La mayoría de organizaciones aquí en Oaxaca surgen del seno de la Sección XXII, por lo que vemos, si no la incompatibilidad, sí una forma muy diferente de luchar. Nosotros, repito, desde el trabajo que hacemos contra la prisión política y en específico por la libertad de los compañeros de Loxicha, del caso de Álvaro, sí vemos que definitivamente vamos por un rumbo diferente al que pretende ir el movimiento o las organizaciones. Por un lado nosotros, al platicarlo con Álvaro, decíamos que la lucha por la libertad de los presos políticos, la lucha con Álvaro, no se limitaba a la cuestión de analizar el concepto del poder, que nosotros no buscamos la toma del poder, no creemos que sea garantía de nada, de nada bueno desde luego, como dice el dicho que hay quienes luchan por el poder por el poder mismo. Entonces nosotros en este ejercicio de reflexión con Álvaro acerca de la prisión, acerca de un recuento histórico de ellos viendo cuántos espacios han acompañado la lucha por la libertad de los presos loxicha en todos estos 17 años, hacíamos la reflexión que, al buscar otro modo, Álvaro sale de ese juego de palabras de los que luchan por el poder por el poder mismo.
Entonces nosotros decíamos, ¿nosotros qué vamos a hacer? No pues no queremos eso. Si lo trasladamos a la lucha por la libertad de los presos, decimos, y Álvaro lo ha ejercido bastante bien, de que no luchamos por la libertad por la libertad misma. O sea no es “compañero, ya obtuvo usted su libertad, nos vemos, fue un placer conocerlo, seguimos carteando, hasta pronto”. En el caso de Álvaro, ese fue el primer grado de reflexión, de decir “bueno, no voy a luchar sólo por mi propia libertad, voy a seguir luchando por mi pueblo, seguir luchando por los pueblos del mundo y si la Sexta me da esa oportunidad de conocer otros pueblos, otros compañeros, otros espacios con los que me identifico y que me ven como un compañero. como igual, pues yo encantado de luchar con ellos”. Entonces ese otro modo de relación se empieza a practicar y nos lleva a otro grado de reflexión un poquito más grande: de decir que Álvaro mismo no era necesario que estuviera libre, que obtuviera su libertad, para después luchar por lo demás, como dividir “primero lucho por mi libertad y ya que esté libre pues entro a la lucha con ustedes, con todos los pueblos del mundo”. Él logra entender, todos logramos entender en esas platicas, que él aún estando preso podía seguir luchando con los presos del mundo, podía seguir luchando por la autonomía, la autodeterminación.
Entonces nosotros, al desarrollar esta dinámica propia, vemos hacia fuera, llega el momento en que tenemos que ver a hacia fuera y pues realmente no nos identificamos con muchas de las organizaciones que están ahí en la táctica de interlocución con el poder, con el Estado, con el gobierno, el mal gobierno. Entonces llega el momento en que volteamos para muchos lados y no tenemos para donde hacernos: no hay para donde hacerse. Todos llegan a plantearte que ó estas equivocado, que estás con una táctica y una estrategia que no corresponde a la altura del conflicto loxicha, que lo que hay que hacer es buscar una mesa, que hay que negociarlo. En fin, diferentes opiniones, pero nadie, nadie hasta este momento había reparado en que son compañeros y que ellos tienen que hacerse de su propia lucha revindicarse a sí mismos y después entre todos vamos viendo cómo hacerle. Y más con la plataforma de la Sexta que nos ha enseñado que, pues, es caminar preguntando como podemos lograr algo, y sin mirar al poder. Sin suspirar al ver hacia arriba y decir “ay, ellos ya están ahí o desde allá adentro podemos hacer algo”. No. Tener muy claro que la libertad de nuestros compañeros la vamos a obtener luchando y eso lo menciona Álvaro muy claramente. Es con la movilización, es con la presión política, es el acompañamiento, con este tejido, con este construir organización que va a lograr mayor solidaridad, mayor difusión del caso, mayor grado de acompañamiento y por lo tanto: la libertad arrancarla luchando. Obvio, acompañado de algunas cuestiones jurídicas que no se pueden dejar de lado. Pero eso nos ubica, definitivamente, pareciera muy a la orilla, muy por fuera de la dinámica predominante con la que se trabaja aquí en Oaxaca, respecto a las demás organizaciones.
No todo es eso. Por otro lado vemos colectivos pequeños, vemos espacios de diversidad, donde se privilegian las diferencias. Como en el otro espacio lo que se busca es la unidad, la uniformidad, entonces si tu le entras debes pensar como ellos, no hay opción de pensar distinto. Pero de este otro lado, abajo, vemos que sí hay muchos espacios que están surgiendo, muchos colectivos pequeños, compañeros individuales que también rechazan esa forma tradicional, sin caer tanto en ese concepto, pero en esa forma de hacer política que no garantiza más que meterte al Estado y desde ahí a ver si se pueden cambiar las cosas. Entonces Oaxaca tiene mucho de eso, y definitivamente, por el otro lado sí hay una corriente que está creciendo, más ahora que resurge la propuesta de los compañeros zapatistas, pues esto viene a dar un nuevo respiro, un nuevo aire de compañeros que se tienen que acercar, que empezamos a buscarnos entre iguales y que tejemos nuestro modo de relación ya con respeto, ya con otras perspectivas.
Entonces Oaxaca está como en esos espacios ahí, coexistiendo, pero que definitivamente la lógica del poder es visualizar a un movimiento cooptado, que figure en los medios: “sí nos reunimos, sí platicamos”. Incluso, hoy nos decían algunos funcionarios del mal gobierno que llegaron a tratar de pararnos la actividad, “Sí, los compañeros presos”. Esa idea de que el Estado es amigo de las organizaciones y viceversa, entonces es algo que nosotros no aceptamos y no compartimos pero que sí nos ubica desde ese enfoque como un poco fuera de contexto.
Si nos fuéramos 7 años atrás y pudiéramos analizar qué sucedió en el 2006. ¿Qué sucedió desde eso que se llamó la Otra Campaña, desde eso que fue la caravana con el Delegado Zero aquí en Oaxaca y lo que en su momento se llamó la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca? ¿Qué fue ese 2006 oaxaqueño?
El 2006 oaxaqueño fue una mezcla de muchas cosas. Hay quienes dicen que fue producto de los más de 500 años de dominación, hay quienes dicen que el hartazgo de estar sometidos al priísmo. En fin, muchos factores que hicieron que detonara un movimiento bastante diverso, muy amplio, pero que definitivamente llegó a demostrar dónde verdaderamente está el poder, que el poder está abajo y que bueno arriba tienen sus auxiliares, sus bomberos, que justamente pareciera que cobran la cuota para apagar esos brotes, esas llamas que empiezan a encenderse. En ese 2006 de Oaxaca, sí hay un factor ahí que nosotros consideramos parte importante también que nutrió esas condiciones para que surgiera el movimiento magisterial popular, y fue el paso de la caravana de la Otra Campaña, encabezada por el Delegado Zero. Cuando Marcos cruza por Oaxaca sí logra contagiar a mucha gente de que algo se tiene que hacer.
No sabíamos qué, pero que algo se tenía que hacer, que teníamos que organizarnos, que teníamos que acercarnos, que teníamos que juntarnos muchos para empezar a ver como vamos a resolver nuestros problemas. Porque uno de los logros que obtuvo el recorrido de la caravana de la Otra Campaña fue visibilizar muchas luchas, que no sólo los sectores de lucha como los campesinos, los estudiantes y los obreros eran los que existen en el país, que había por ejemplo un colectivo de amas de casa que tienen una cooperativa de comida en su barrio, colectivos de diversidad sexual que hacen trabajos de salud comunitaria, en fin, compañeros de comunidades resistiendo contra las altas tarifas de la luz. Entonces empezamos a romper esa cápsula que teníamos así como contemplada: y empezamos a ver una diversidad bien grande y dijimos: “la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y la caravana de la Otra Campaña nos dice que tenemos un lugar ahí, que ahí cabemos, que estamos convocados”. Entonces que espacios tan diversos, obviados, pues ahora al sentirse parte de un movimiento, al sentirse convocados pues empiezan a despertar una inquietud que después con las condiciones del 2006 magisterial popular, pues empieza a tomar una identidad de que aquí el pueblo manda, y el gobierno tiene que obedecer. Pero sí definitivamente fue un movimiento que tuvo mucha fuerza, en su inercia se llevó prácticamente todo, todos los esfuerzos. Nosotros como parte de la Otra Campaña, como adherentes, no tuvimos la capacidad, de hecho creemos que nadie la tuvo, así como para poder pasar de la espontaneidad a un grado mayor de organización, para crear estructura, o no se qué pudiera haber sido. Pero realmente la participación de todo el pueblo, se desbordó a la lucha. Hubo grados muy elevados de organización. En la barricada se prepara el café, se prepara pan, hay que traer los cohetones, todos cooperan para lo que se requiera, la gasolina, la estopa para las antorchas. Era realmente como darse cuenta que el vecino también existe y que también piensa como nosotros y que en otra colonia, también están haciendo lo mismo. En fin, empiezan a tejerse esos puentes entre todos. Pero que el enemigo común era el poder, el poder de arriba.
Y empieza a darse una tendencia a rechazar la figura de un dirigente, cualquiera que fuera. Lo que predominó fue la colectividad en la práctica, desde los hechos, desde la vida misma. Entonces eso la mayoría de las veces no es algo que alguien pueda decir “a pues esto lo vamos a cocinar así, estos lo vamos a manejar así”. No, fue muy difícil. Y como la Otra Campaña, la mayoría de adherentes desde organizaciones, colectivos, espacios, individuos adherentes, muchos dijeron que no había condiciones para trabajar la Otra Campaña, que era muy arriesgado, que se veía venir un grado de represión muy fuerte y que se retiraban del trabajo. Otros más migraron toda su energía a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, pero no hacia esa energía del pueblo, no a estar abajo, sino realmente a tirarle a un espacio de ese nuevo gobierno popular que se pensaba, bueno que unos pensaban instaurar. Entonces sí vimos que la Otra Campaña en Oaxaca, más bien no tenía una forma de poder sobrevivir a tanta fuerza. No a la APPO de los dirigentes, la que pintaban en los medios, sino realmente a la labor del pueblo. Pudiéramos decir, en determinado momento que toda la gente ya hubiera leído la Sexta: identificaban bien quien era el enemigo, identificaban bien como se llama, identificaban que es lo que estaban haciendo para resolver sus problemas. Entonces prácticamente el panorama fue muy amplio, pero a la vez a nosotros nos quedó bastante reducido, como margen de trabajo fue muy reducido. Entonces nosotros en específico nos empezamos a coordinar con compañeros de colectivos que venían a Oaxaca para solidarizarse con el movimiento y demás, y responder a las propuestas nacionales. Al mismo tiempo que toda la energía que se movió con la APPO, definitivamente desplazó del centro de trabajo la propuesta nacional por la libertad de los presos que tendría que haber salido de aquí de Oaxaca. Entonces fue muy fuerte ese despertar, todo eso que hubo en el 2006 que es bastante complejo, bastante difícil de resumir.
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Sobre la serie “Las siete piezas del rompecabezas loxicha”
La historia de los presos loxicha se encuentra en un mar de dudas y caos controlado por las mismas instancias de gobierno y de los medios de comunicación masiva. Los medios del poder siguen llenando de obscuridad lo que entendemos como un acto ilegal e insoportable, la prisión política en este país se esconde debajo de un discurso de miedo y de falsas hipótesis que arrastran a seres humanos con nombre, rostro, dignidad e historia.
Con esta convergencia de medios buscamos desanudar y desenmarañar una parte de esta historia de lucha y represión e iluminar la vida y el recorrido de resistencia de nuestras compañeras presas políticas. Nuestro territorio político y ético parte del consenso y de nuestra adherencia a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Luchar con un preso político es luchar por la libertad, libertad de todas y todos los que queremos un mundo donde quepan muchos mundos.
Buscamos amplificar la voz del preso político Álvaro Sebastián Ramírez y de sus familiares adherentes a la Sexta, buscamos resaltar la historia y la lucha de los siete presos políticos loxicha, buscamos articular con otros familiares de presos políticos para crear canales autónomos de diálogo rebelde.