COP20, la otra realidad: Perú, lxs guardinxs del agua y la quimera de oro

Estas entregas forman parte de un análisis de la Caravana Climática para sumar un pequeño esfuerzo en la gran cadena de la resistencia contra la crisis climática, las causas que la originan y la demanda por justicia. El extractivismo voraz, la exponencial industrialización y urbanización aunadas a la exacerbada producción energética para sostener estos procesos se configuran para construir escenarios presentes y futuros de inminentes catástrofes para la vida humana. Voces, rostros, pies que caminan en América Latina cuentan la historia desde la otra realidad.

En nuestra visita a Cajarmarca, famosa provincia de la sierra norte del Perú donde a la par de la intensa actividad minera (a la cual se pretenden sumar 40 proyectos) se mantiene dentro de los departamentos con mayor pobreza, charlamos con la Dra. Mirtha Vásquez Chuquilín, integrante del Grupo de Formación e Intervención para el Desarrollo Sostenible. Mirtha es la abogada de la familia Chaupe y nos platicó algunos de los detalles acerca de este caso en el que se entremezclan la complicidad del poder judicial peruano con los intereses de la minera Yanacocha (la mina de oro más grande de Suramérica, la tercera del mundo, ubicada a 800 kilómetros al noreste de Lima) y algunos de los magistrados involucrados en el irregular juicio contra Máxima Acuña y su familia.

La importancia del caso representa una de las más emblemáticas resistencias contra la voracidad de la industria extractiva de capital extranjero que confluyen en Yanacocha, donde la decisión y fortaleza de una familia encabezada por la campesina Máxima ha puesto en evidencia la corrupción y el nivel de impunidad que gozan las empresas mineras en Perú. La criminalización de la protesta social es una constante en la región, y el caso de Máxima se encuentra en un momento crítico donde una resolución positiva para la familia Chaupe se vislumbra lejana debido a la insistencia de los tribunales en fallar en su contra en dos ocasiones previas. Aún a pesar de que les asiste la razón, la postergación de la sentencia, programada para finales de noviembre, incrementa la incertidumbre y la espera de una familia que se ha negado a ser expulsada de la tierra que habitan y trabajan.

¿Expansión (i)limitada?

La mina a cielo abierto más grande de oro en Suramérica es propiedad de la empresa minera Yanacocha SLR (integrada por capital del monstruo minero estadounidense Newmont y la International Finance Corporation, esta última miembro del Banco Mundial) la cual se encuentra ubicada en la provincia de Cajamarca al noreste de la capital de Perú. Su capital inicial fue de 2 millones de dólares en 1992; para el 2012, 20 años después, sus utilidades netas ascendieron a la escandalosa suma de $5,615 millones de dólares reportaba el intelectual, congresista e ideólogo de la izquierda peruana Javier Canseco, justo un año antes de su muerte en 2013.

Yanacocha es la empresa que compró el proyecto Conga; el mismo que busca apropiarse y expandir la actividad extractiva a los distritos de La Encañada, Sorochuco, Huasmín y Bambamarca en las provincias de Cajamarca, Celendín y Bambamarca, en las cabeceras de cuenca de cinco quebradas de importantes ríos que confluyen con el río Marañón, el cual también está en la mira para imponerse el proyecto hidroeléctrico Chadin II que tendría la finalidad de proveer de energía a la industria extractiva.

Justo en la zona que la mina Yanacocha intenta devorar, cercana a las faldas entre el Cerro Cocañes y el Cerro Conga, se encuentra el terreno Tragadero Grande. En dicha parcela habita la Familia Chaupe desde enero de 1994 cuando Jaime Chaupe Lozano y Máxima Acuña Atalaya compraron por 600 nuevos soles el terreno que forma parte de la comunidad campesina de Sorochuco, y del cual hoy la empresa minera busca despojarlos mediante triquiñuelas elaboradas y ejecutadas desde los tribunales nacionales al no poder hacerlo por la fuerza durante tres salvajes intentos: el primero el 24 de mayo, seguido por el del 8 de agosto y por último el 11 de agosto de 2011. (Consulta aquí la línea del tiempo del conflicto)

Extractos de la entrevista a la abogada Dra. Mirtha Vásquez Chuquilín

Antecedentes del caso sobre usurpación de tierras contra la Familia Chaupe:

Dos años después que la familia Chaupe adquiriera la parcela de Tragadero Grande, la empresa Minas Conga compra 269 hectáreas a la Comunidad Campesina de Sorochuco; cinco años después la minera Yanacocha obtiene el control de la minera Conga y sus propiedades son transferidas al consorcio trasnacional. Diez años después, en 2011, suceden los intentos de desalojo por parte de la minera. A través de su personal de seguridad, acompañados por la policía peruana y contando incluso con un cargador frontal, minera Yanacocha destruye su casa y saquea los escasos bienes de Máxima y su familia. La empresa no reconoció los documentos que presentaron en su momento como posesionarios y comuneros del terreno. Eso nunca importo.

Situación jurídica actual de Máxima Acuña y su familia:

El pasado 20 de noviembre se canceló la audiencia final donde se podría ratificar la condena por usurpación de tierras o la absolución para la familia Chaupe quienes durante todo el proceso han demostrado que sólo han defendido su tierra y su libertad. Mediante maniobras poco usuales la audiencia, que fue suspendida arbitrariamente con la finalidad de prolongar la resolución, se reprogramó para realizarse el primero de diciembre a las 9 de la mañana. Al mismo tiempo a 800 kilómetros al sur, resguardados tras la simulación de un diálogo, delegaciones de los 189 países miembro de la ONU, representantes de empresas y ONGs paleras acordarán la manera en que se continuará con la devastación del mundo bajo las lógicas del capital y el extractivismo aunque de cara a la sociedad intentarán mostrar un rostro comprometido con su supervivencia. El lavado verde se habrá consumado de no aportar alternativas al modelo de vida que buscan legitimar y perpetuar durante el teatro de la COP20.

Lo que sigue en el caso Chaupe:

Somos un río

Video por Espacio Abierto:

¿Cuáles son nuestros territorios, nuestras historias y culturas? ¿Cómo vivimos y cómo nos vinculamos? ¿Qué propuestas formulamos para hacer frente al extractivismo, al patriarcado y al cambio climático? Cuestiones como estas son el punto de origen para incentivar el diálogo en la Cumbre de las Mujeres, evento a realizarse del 28 al 30 de noviembre en la provincia de Celendín, departamento de Cajamarca.

Como parte de las iniciativas autogestionadas por las comunidades en el contexto de la Cumbre de los pueblos frente al cambio climático (a realizarse del 9 al 12 de diciembre en Lima) las mujeres de Celendín convocan a los movimientos sociales, redes y ciudadanxs en general para participar en la Cumbre de las Mujeres donde se pretende vincular a los distintos actores de las resistencias en Perú para intercambiar experiencias y fortalecer las luchas contra el modelo de desarrollo extractivista y patriarcal que explota y mercantiliza tanto a mujeres como a la naturaleza.

El encuentro, intermedio entre la cumbre efectuada en Celendín el pasado 23, 24 y 25 de octubre y la proyectada para Lima, tiene como objetivo reflexionar y desarrollar colectivamente propuestas alternativas al modelo capitalista, así como reafirmar la solidaridad con el proceso de resistencia de las mujeres en Celendín frente a los proyectos mineros que pretenden perpetuar el despojo y violencia contra las comunidades que defienden el agua y los bienes comunales.