Por: Santiago Navarro F., Colectivo La Voz de los Xiches, Veredas Autónomas, Agencia SubVersiones y Centro de Medios Libres
«Nuestro delito es reclamar nuestros derechos, nuestra lengua, nuestra autonomía. Estamos presos por reclamar que las empresas extranjeras dejen de llevarse nuestros recursos naturales»
Voz de uno de los presos políticos de Oaxaca durante la visita del Delegado Zero en 2006
No se podría hablar del caso Álvaro Sebastián y de los presos políticos loxicha sin antes hablar del contexto económico, político y social de Oaxaca, pues ha sido uno de los referentes más importantes del descontento social de esta ultima década. Un descontento que se expresó en la movilización de mas de dos millones de personas en las calles y que tuvo como efecto, una represión y persecución masiva de los inconformes, que dejó 26 asesinatos, más de 500 detenidos y alrededor de 380 casos de tortura. Esta misma Oaxaca es al mismo tiempo un referente de la inversión nacional y extranjera, para quienes la consideran un espacio geoestratégico para la nueva economía verde.
Según el Índice de Confianza de la Inversión Extranjera Directa elaborado por la firma global de consultoría A.T. Kearney, México se encuentra dentro de los primeros 10 países más confiables para invertir, por otra parte, la Encuesta de Perspectivas Mundiales de Inversión 2013 – 2015 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), México es el séptimo destino prioritario para la inversión en el mundo.
Dentro de México, Oaxaca ha ocupado un papel determinante como parte del stock mundial de recursos naturales que están sirviendo para potenciar lo que se conoce como «economía verde», pues es considerado como un espacio estratégico que puede prometer un sorbo de oxígeno a un sistema económico que esta dando pataleos de ahogado.
Oaxaca es uno de los tantos lugares donde se han venido desarrollando mega proyectos de gran alcance, como la construcción de un conjunto de parques eólicos -considerado uno de los más importantes de Latinoamérica-, presas hidroeléctricas, siembra de moncultivos de palma africana, así como el decreto de Áreas Naturales Protegidas y Patentes de la Biodiversidad, entre otros más. Al mismo tiempo que se promueven las energías limpias y la mercantilización de los ecosistemas y comunidades en su conjunto, se promueve la minería a cielo abierto, la industria forestal, la producción de maíz y alimentos transgénicos, la construcción de cárceles privadas, se proyecta infraestructura a gran escala, como la construcción de carreteras para la circulación de mercancías, infraestructura para la administración y flujo de la energía.
Todos estos proyectos han estado enmarcados dentro del Plan Puebla Panamá (PPP) implementado desde el 2001 y renovado con el nombre de Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica «Proyecto Mesoamérica». Varios analistas lo conocen como la segunda fase o la continuidad del PPP. Ahora esta nueva fase se pinta de verde y entre otras cosas que se pueden encontrar en su portal oficial, son las nuevas líneas de inversión sobre energías limpias o renovables y bioenergéticos.
La gran mayoría de estos proyectos no benefician directamente a las comunidades, como es el caso del proyecto eolico en el istmo de Tehuantepec, donde la gente ha resistido para detener este proyecto devastador, como lo dice uno de los miembros de la barricada de la 7ª sección de Juchitán de Zaragoza Oaxaca, quien actualmente esta escondido por tener una orden de aprensión.
Estos proyectos se implementan sin consulta alguna de las comunidades indígenas y campesinas, o peor aún, mediante mentiras, ya que no todos los pueblos indígenas entienden y hablan bien el español; o por medio de la compra de autoridades y personalidades con cierto poder. Si estos mecanismos no funcionan, se fragmentan las comunidades y se crean grupos de choque que permitan la intervención de la policía o el ejército para mantener el orden y la paz que requieren los inversionistas para dar continuidad a sus proyectos.
Este es el contraste de un Oaxaca que es atractivo para las grandes inversiones transnacionales. El otro Oaxaca, es el que ocupa el tercer lugar en pobreza y pobreza extrema de las 32 entidades federativas de México, según el Informe de Pobreza y Evaluación del Estado de Oaxaca 2012 (CONEVAL), mas del 70% de la población oaxaqueña sobrevive con una economía por debajo del salario mínimo. Comunidades enteras se han visto obligadas a migrar a otras entidades o hacia Estados Unidos principalmente. Algunos de los que se quedan se organizan y luchan por mejorar su situación o para detener el despojo de sus bienes comunes.
Álvaro Sebastián Ramírez, preso injusta e ilegalmente, es reconocido como un luchador social que ha luchado desde los años 70, que preocupado por las condiciones de su región, se vio en la necesidad de organizarse para mejorar la situación que ha vivido su gente, es lo que nos dice Erica Sebastián, hija del preso político, quien también nos comenta que su padre sabía que esto es lo que podría suceder, si decidía lucha por una vida más justa y digna.
«Yo sabia que por mi lucha en algún momento me meterían preso o me matarían y quizás ningún abogado podría sacarme, porque en este país no hay justicia».
En el 2006, la Otra Campaña, iniciativa del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hizo un recorrido por todo México para poder identificarse con otras luchas. En su paso por Oaxaca tuvo la oportunidad de visitar a los presos recluidos en el penal de Santa Maria Ixcotel Oaxaca, donde se encontraban los presos políticos loxicha. El Subcomandante Marcos, en ese momento Delegado Zero, dijo que en México había que ponerle nombre a la injusticia, y que ese nombre era el de cada uno de los presos políticos de conciencia, porque siempre los que pagan, son la gente humilde y sencilla, como los indígenas que han llenado las cárceles por ser indígenas. En ese mismo sentido se refirió a la democracia y a la libertad en un contexto electoral que vivía México en el 2006.
«Ningún país puede llamarse democrático y libre mientras tenga presos y presas por el delito de pensar diferente. Este país reparte órdenes de aprensión como si repartiera despensas para buscar culpables»
Álvaro Sebastián Ramírez y los presos loxicha son parte del contexto histórico de la otra Oaxaca, aquella donde cada organización social ha tenido presos políticos, perseguidos, exiliados y asesinados. En el año 2006, cuando los profesores de la Sección 22 de Oaxaca fueron reprimidos, se detonó una movilización masiva de más de dos millones de personas, donde se expresó de diferentes maneras el descontento social, tomando como primer exigencia, la destitución de Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca en este momento. Según el artículo 39 de la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos: «La soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo y es el pueblo quien tiene el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno». En ningún momento se respetó la voz y la exigencia de la gente, por el contrario, se liberaron cientos de órdenes de aprensión, se agudizó la represión y la persecución de los inconformes.
A partir del 2006 la Otra Campaña del EZLN, dejó en manos de la Otra Campaña en Oaxaca que levantara una iniciativa por la liberación de presos a nivel nacional. Actualmente el colectivo de la Voz de los Xiches en Prisión, junto con la Red Contra la Represión y por la Solidaridad, mantiene una lucha con los presos políticos de conciencia de México.
Uno de los miembros del colectivo de la Voz de los Xiches quien acompaña el caso de Álvaro Sebastián, nos menciona que la lucha con los presos se da a partir de que los mismos presos asumen su caso y que no es solo para la liberación de los presos adherentes a la Sexta Declaración, sino por todos los presos políticos de conciencia del país. Álvaro Sebastián Ramírez se identificó con la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y la Otra Campaña, actualmente «La Sexta», de la que es adherente y promotor desde dentro de la prisión. Eric, de la Voz de los Xiches nos termina diciendo que:
«Álvaro se reconoce con el trabajo que han hecho lo compañeros zapatistas, desde su condición de indígena, cree firmemente en los principios contenidos en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. El se asume como integrante de Red Contra la Represión y la Solidaridad y sabe que es luchando como logrará su libertad»
Sobre la serie «Las siete piezas del rompecabezas Loxicha»
La historia de los presos loxicha se encuentra en un mar de dudas y caos controlado por las mismas instancias de gobierno y de los medios de comunicación masiva. Los medios del poder siguen llenando de obscuridad lo que entendemos como un acto ilegal e insoportable, la prisión política en este país se esconde debajo de un discurso de miedo y de falsas hipótesis que arrastran a seres humanos con nombre, rostro, dignidad e historia.
Con esta convergencia de medios buscamos desanudar y desenmarañar una parte de esta historia de lucha y represión e iluminar la vida y el recorrido de resistencia de nuestras compañeras presas políticas. Nuestro territorio político y ético parte del consenso y de nuestra adherencia a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Luchar con un preso político es luchar por la libertad, libertad de todas y todos los que queremos un mundo donde quepan muchos mundos.
Buscamos amplificar la voz del preso político Álvaro Sebastián Ramírez y de sus familiares adherentes a la Sexta, buscamos resaltar la historia y la lucha de los siete presos políticos loxicha, buscamos articular con otros familiares de presos políticos para crear canales autónomos de diálogo rebelde.